El Consejo de Seguridad de la ONU parecía haberse embarcado en la máquina del tiempo el 19 de septiembre de 2019. Los argumentos mencionados ese día en la sala del Consejo de Seguridad fueron casi los mismos que se oyeron –hace 5 años– en la Conferencia Ginebra 2 sobre Siria.
Por un lado, China y Rusia denunciaron el apoyo militar de las potencias occidentales a los yihadistas –apoyo que viola de manera flagrante el derecho internacional [1]. Desde el bando de enfrente, Alemania, Bélgica y Kuwait acusaban otra vez a Siria de «asesinar a su propio pueblo» pretextando la lucha contra el terrorismo [2].
Después de varios cientos de miles de muertos más, lo que ha cambiado es que:
– los combates ya no están dispersos por toda la geografía de Siria sino que tienen lugar únicamente en una parte de la gobernación de Idlib;
– Estados Unidos y Arabia Saudita ya no encabezan el bloque antisirio, ahora lo hacen Alemania y Kuwait.
Mientras que Estados Unidos y Rusia se ponen de acuerdo para encontrar una solución en Siria sin perder las ventajas que ya han logrado, la Unión Europea –lidereada por Alemania– continúa el doble juego ya abandonado por Washington: Alemania y Francia proporcionan armamento y asistencia a los yihadistas e incluso dirigen sus grupos armados, que utilizan civiles como escudos humanos ante la ofensiva del Ejército Árabe Sirio.
Es importante recordar que Alemania y Francia elaboran diariamente una posición común en el Consejo de Seguridad de la ONU [3]. Sin embargo, carente del coraje necesario para asumir sus propias contradicciones, Francia no firmó el proyecto de resolución presentado por Alemania, limitándose a solicitar a Bélgica que lo firmara.
Hemos subrayado repetidamente que Alemania y Francia mantienen su ayuda a los yihadistas que reclutaron para derrocar la República Árabe Siria. Los yihadistas que aún ocupan parte de la gobernación siria de Idlib son incapaces de alimentar a la población y, desde hace años, son ONGs subvencionadas por Alemania y Francia quienes hacen llegar recursos a esas zonas.
Eso implica que Alemania y Francia son corresponsables de la formación del Emirato Islámico de Idlib, bajo la dirección del grupo terrorista Hayat Tahrir al-Cham. Mientras tanto, con su pragmatismo habitual, Washington ha aceptado el fracaso y se dedica a borrar las huellas de su pasada implicación [4].
El debate surrealista que acabamos de mencionar tuvo lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU… 19 días después de la proclamación de un alto al fuego unilateral por parte del Ejército Árabe Sirio.
Es por esa razón que China y Rusia recurrieron nuevamente al veto para enfrentar la farsa.
El hecho es que el mundo puede comprobar, a través de este nuevo episodio, las mentiras de las potencias occidentales sobre la supuesta «guerra contra el terrorismo». El mundo, y los franceses en particular, puede comprobar también la eficacia de la censura o de la autocensura de los medios de difusión. La prensa francesa ha optado por ignorar este veto.
[1] «Projet de résolution de la Chine et de la Russie sur la Syrie», Réseau Voltaire, 19 septembre 2019.
[2] «Projet de résolution de l’Allemagne, de la Belgique et du Koweït sur la Syrie », Réseau Voltaire, 19 de septiembre de 2019.
[3] «ONU: Alemania y Francia ejercerán juntas la presidencia del Consejo de Seguridad», Red Voltaire, 10 de febrero de 2019.
[4] «Bombardeos estadounidenses contra al-Qaeda en Idlib», Red Voltaire, 1º de septiembre de 2019.
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