En 2021, los talibanes mantienen la línea que defendieron en 2001: nada demuestra que Osama ben Laden fuese culpable de los atentados perpetrados en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
Los talibanes que acaban de tomar Kabul, la capital afgana, siguen convencidos de que Osama ben Laden no era un terrorista internacional sino un luchador antisoviético.
De hecho, los talibanes nunca reconocieron, ni en 2001 ni después, la menor credibilidad al video, dado a conocer por el Pentágono, donde un individuo que decía ser Osama ben Laden declaraba ser el organizador de los atentados del 11 de septiembre. Para los talibanes –pero también para los más grandes expertos en reconocimiento facial y vocal– aquel video, al igual que tanto otros divulgados después, a lo largo de una década, son falsos.
Respondiendo a preguntas de la NBC, el 25 de agosto de 2021, el vocero de los talibanes, Zabihullah Mujahid (ver foto), declaró:
«Cuando Osama ben Laden se convirtió en un problema para los estadounidenses estaba en Afganistán. Aunque no había prueba alguna de su implicación, nosotros prometimos entonces que el suelo afgano no sería utilizado contra nadie (…) Incluso después de 20 años de guerra, no tenemos ninguna prueba de que estuviese implicado. Nada justificaba esta guerra. Fue una excusa para la guerra.»
El hecho es que Estados Unidos y el Reino Unido ya habían desplegado sus tropas en Egipto y en Omán, antes del 11 de septiembre de 2001. Washington y Londres ya habían tomado la decisión de invadir Afganistán.
El FBI ni siquiera llegó a acusar nunca a Osama ben Laden de haber estado implicado en los atentados del 11 de septiembre, a pesar de que sí lo hizo su director, Robert Mueller, que acaba de ser nombrado la semana antes de los atentados.
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