Ningún otro pueblo que no sea el pueblo ruso, pagó tan caro la victoria sobre la Alemania hitleriana. Más de 27 millones de muertos y una ruina indescriptible fueron el resultado de esa Segunda Guerra Mundial. Ello sigue siendo parte de nuestro sentimiento de responsabilidad para con el pueblo ruso y con otros pueblos de la ex URSS. Para los alemanes, los días 8 y 9 de mayo son fechas de arrepentimiento silencioso para con todos aquellos que perdieron la vida debido al nacional-socialismo. La invitación formulada al canciller federal alemán es un gran honor y una prueba de confianza hacia nuestra nación. Queremos que este 9 de mayo se convierta en el símbolo de la reconciliación europea.
Ese día representó, en primer lugar, una liberación para los alemanes, pero para muchos esa fecha está ligada también al recuerdo de las migraciones forzosas, a la separación de Alemania del resto de Europa y a nuevos sometimientos. Esa fecha señala también el inicio de la renovación espiritual y política de Alemania. El hecho de que, sobre el telón de fondo de horror de la guerra mundial y pese a la guerra fría, la reconciliación haya sido posible es para mí el milagro de la historia europea. Entre todos los que participaron en el acercamiento de Alemania y de la ex URSS, quisiera citar a Willy Brandt, iniciador de esta voluntad sostenida de paz con nuestros vecinos orientales, materializada desde 1989.
Nuestros dos pueblos no han estado nunca tan cerca como hoy. Estamos unidos en una asociación estratégica por la paz, por una Europa floreciente y por la estabilidad del orden mundial.. El volumen de los intercambios comerciales entre nuestros dos países aumentó en un 18 % sólo en lo que respecta al año pasado y también fortalecemos nuestra cooperación estratégica en el sector del gas y del petróleo. Los contactos entre los ciudadanos de nuestros dos países no han sido nunca tan intensos. Un congreso tendrá lugar, en el mes de junio, en Yekaterinburgo, y hemos iniciado el «Diálogo de San Petersburgo» para discutir en un foro los problemas y posibilidades de nuestras sociedades. Vamos a desarrollar la cooperación escolar y científica. Mientras mejor se conozcan las generaciones futuras, más grande será la confianza entre nuestros dos pueblos.
En los siglos XIX y XX, las ideologías totalitarias privaron a los europeos de sus derechos, reduciéndolos a la esclavitud. La nueva Europa no debe dar lugar a zonas de influencia y ni voluntades de dominio. Rusia y Alemania tienen una responsabilidad para que los errores del pasado no se repitan. El 10 de mayo, Rusia y la Unión Europea definirán las modalidades concretas de su asociación, sobre todo en materia de política exterior y de seguridad. Tenemos que encontrar juntos las respuestas a los desafíos del mundo contemporáneo y a los peligros del terrorismo Sólo lo lograremos si fortalecemos la cooperación multilateral, especialmente en el marco de la ONU y del derecho internacional. Esa es también una lección que debemos que aprender del pasado.
La política de la dominación y el lenguaje de la fuerza han trastornado el destino de los pueblos europeos en los últimos 100 años. La Segunda Guerra Mundial fue una prueba dolorosa de ello. Sólo la Europa de la libertad, de los Derechos Humanos y de la asociación puede ser una Europa de paz duradera. Esa es la lección de las generaciones combatientes y para nosotros, 60 años después del 9 de mayo de 1945, es una obligación permanente.
«Мы просим прощения за страдания, причиненные русскому народу и другим народам», por Gerhard Schröder, Komsomolskaïa Pravda, 7 de mayo de 2005.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter