Elliott Abrams nuevo número dos del Consejo Nacional de Seguridad, siempre ha sido un neoconservador. Fue apartado como resultado del Irangate, en el que se encontraba gravemente comprometido, se reubicó en un think-tank (centro de estudio, propaganda y divulgación de ideas políticas) religioso donde ha desarrollado una extraña alianza con los integrismos judíos y cristianos. Con discreción, vuelve a entrar en escena bajo la sombra de Condoleezza Rice para cerrar el frente palestino y preparar el ataque a Siria.
Elliott L. Abrams se encuentra de regreso. Una persona a la que se le había prohibido el acceso a los edificios del Congreso por los falsos testimonios presentados durante el caso Irangate, regresa por la puerta ancha y acaba de ser nombrado N°2 del Consejo Nacional de Seguridad.
Nacido el 24 de enero de 1948 en Nueva York, de una familia judía practicante, Elliott Abrams cursó estudios en Harvard y después en el London School of Economics. Posteriormente, se convirtió en asistente parlamentario del senador Henry «Scoop» Jackson (1975-1976) y después del senador Daniel P. Monihan (1977-1979).
Lider del Partido Demócrata, que presidió durante la campaña de John F. Kennedy, el senador Jackson fue el autor de una ley que condicionaba el comercio con la Unión Soviética al levantamiento de las restricciones a la emigración de las minorías religiosas [1]. Esa presión favoreció durante 30 años a la emigración de aproximadamente 1,5 millones de soviéticos, de ellos 250,000 cristianos y 250,000 judíos hacia los Estados Unidos, y sobre todo de un millón de judíos hacia Israel, asegurando de ese modo la colonia que en esa época sólo contaba con tres millones de habitantes.
Jackson, allegado del fabricante de aviones Boeing, era el halcón de los demócratas. Se había rodeado de un equipo de jóvenes trotskistas que se habían afiliado al partido y habían constituido una tendencia en su interior, los Social-demócratas Estadounidenses (SD/USA). Entre esos prometedores jóvenes se encontraban Douglas Feith, Abram Shulsky, Richard Perle, Paul Wolfowitz (actual secretario adjunto de Defensa), Nathan Sharansky (actual ministro israelí para Jerusalén y la diáspora) y Elliott Abrams (nuevo consejero nacional adjunto de Seguridad) [2].
Abrams participa en la administración de los dos mandatos de Ronald Reagan. Por recomendación de Jeane Kirkpatrick [3], en enero de 1981 lo nombran asistente del secretario de Estado (Alexander M. Haig) encargado de las organizaciones internacionales. Entonces organiza la retirada de los Estados Unidos de la l’UNESCO [4] denunciando la «politización» de la organización.
En efecto, esta había intentado cuestionar el monopolio de las agencias de prensa occidentales que imponen al mundo sus puntos de vista.
En 1980 Abrams se casa en primeras nupcias con Rachel Decter, hija de Midge Decter et nuera de Norman Podhoretz. De ese modo, entra en el círculo cerrado de los periodistas neoconservadores y se le abren las columnas de Commentary, la influyente revista del American Jewish Committee, y las tribunas del Committee for the Free World [5].
En diciembre de 1981 Elliott Abrams se convierte en asistente del secretario de Estado para los Derechos Humanos y los Asuntos Humanitarios, sustituyendo a su amigo Ernest W. Lefever, presidente del Ethics and Public Policy Center (EPPC), cuya confirmación había sido rechazada por el Senado [6].
Abrams denuncia las persecuciones religiosas en Irán contra la comunidad Bahaia y el control de la Iglesia ortodoxa por el Partido Comunista en la URSS. Sobre todo denuncia a la ONU, acusándola de legitimar el antisemitismo al condenar el sionismo [7].
A su modo de ver, las Naciones Unidas se encuentran bajo la influencia de las 90 naciones del Grupo de los Países No Alineados, donde la OLP desempeña un papel extremadamente importante. Al lograr que la Asamblea General adoptara, en 1975, una resolución que considera el sionismo como una forma de racismo, la ONU habría cuestionado la «la supervivencia de Israel y la del pueblo judío».
Elliott Abrams supervisa la creación de una nueva agencia encargada de continuar el trabajo de la CIA sin recurrir a la violencia: la National Endowment for Democracy (NED) [8]. La idea es utilizar la promoción de los derechos humanos como injerencia en los Asuntos internos de los Estados y así controlarlos. El ejemplo, ya antiguo, del derrocamiento de Mossadegh en Irán, había demostrado que es posible subvertir los Estados corrompiendo formaciones políticas y pagando figurantes para organizar manifestaciones.
Abrams asegura y consolidará el vínculo entre la NED y dos unidades secretas e ilegales del Consejo Nacional de Seguridad: primeramente el Office of Public Diplomacy, es decir el Buró de Propaganda, dirigido por Otto Reich [9], luego el proyecto Democracy, encargado de fabricar grupos de presión amigos bajo la autoridad del coronel Oliver North.
En julio de 1985, Elliott Abrams fue nombrado asistente del secretario de Estado George P. Schultz para los Asuntos interamericanos. En Chile, intenta conducir al general Pinochet hacia la salida, sin perder el control del país, según el modelo de lo que se acababa de hacer con la evicción de Marcos en Filipinas y de Duvalier en Haití. Pero, en definitivas, cree que es difícil corromper a los partidos políticos de oposición y renuncia a la «democratización», que no se realizó hasta cuatro años después.
Elliott Abrams se lanza en cuerpo y alma, sobre todo, a la operación de apoyo a los Contras nicaragüenses y se adjudica el sobrenombre de «Gladiador».
En ese momento es «el pitbull de la política de la administración: "primero muerto que rojo"» [10].
Actúa en vínculo directo con los consejeros de seguridad nacional sucesivos, Frank C. Carlucci y el almirante John M. Pointdexter, y su hermano siamés, el coronel Oliver North. Pero pronto estalla el escándalo del Irangate.
«Los miembros del Congreso recuerdan las manifestaciones rabiosas de Abrams durante las audiencias parlamentarias en defensa de los escuadrones de la muerte y los dictadores, negando las masacres, mintiendo sobre las actividades ilegales de los Estados Unidos de apoyo a los Contras nicaragüenses. Abrams se ríe de sus críticos diciendo que lo hacen por ceguera e ingenuidad, o les llama víboras», cuenta un editorialista del Washington Post [11].
Posteriormente será procesado por falso testimonio y no por su responsabilidad en diversas masacres en Honduras. Será considerado culpable de dos cargos, escapando así a la prisión, y, en definitivas, protegido por el presidente Bush padre, quien se protegía de ese modo a sí mismo del resultado de la investigación.
De 1990 a 2001, Elliott Abrams ocupó funciones en diversos think-tanks. Primeramente, en un instituto de futurología, el Hudson Institute, en aquel momento presidido por Donald Rumsfeld y dirigido por su suegra Midge Decter [12]. Luego, Abrams se une al Ethics and Public Policy Center (EPPC), al que ya había pertenecido.
Tomará su dirección y allí desarrolla la idea de que los Derechos Humanos deben convertirse en un «instrumento diplomático» que le permita a los Estados Unidos ejercer presiones sobre los demás Estados. Preconiza, en particular, la instrumentación de los atentados a la libertad de religión y termina por lograr que la administración Clinton cree una comisión sobre la libertad de religión en el mundo [13], de la que ocupa la presidencia en 1999.
Las teorías de Abrams se discutieron poco en los Estados Unidos. Al inscribirse en una corriente mayoritaria, considera que la fe religiosa es la que fortalece el vínculo social. La libertad de conciencia y la laicidad, que les conceden derechos ciudadanos, atentan (a su punto de vista) contra la libertad de religión y contra toda la sociedad. A las religiones les corresponde organizar el espacio público y al «pueblo elegido» mostrar la vía.
En su libro Fe o miedo: Cómo los judíos pueden sobrevivir en una América cristiana [14]escribe: «Fuera de la tierra de Israel, no hay dudas de que los judíos, confiados en la Alianza entre Dios y Abraham, deben vivir separados de la nación en la que residen. La verdadera naturaleza de los judíos es la de estar separados -salvo en Israel- del resto de la población».
De igual modo milita activamente por la prohibición de los matrimonios interreligiosos. De ello se desprende que la EPPC tiene contactos privilegiados con organizaciones fundamentalistas judías y cristianas, incluyendo el Opus Dei representado en su junta de administración por la profesora Mary Ann Glendon [15].
Para Abrams, la oposición entre los Estados Unidos y Francia es fundamental ya que reside en el antagonismo de sus proyectos políticos que en el siglo XVIII Thomas Paine ya había explicado [16]: si los Estados Unidos son una nueva tierra prometida, la Francia laica es un nuevo Egipto. Entonces, organiza audiencias ante su comisión, en el Congreso y en la OSCE, para denunciar «el totalitarismo laico francés» que persigue a los adeptos de la Iglesia de Cientología y alienta el antisemitismo.
Abrams visita el Center for security Policy (CSP) donde se codea tanto con otros neoconservadores como con sus colaboradores más duros de la administración Reagan [17].
En 1997, Richard Perle (a quien había conocido en el gabinete del senador Jackson y seguido en el CSP) lo solicita para integrar un grupo de trabajo del American Enterprise Institute: le Project for a New American Century (Proyecto para un Nuevo Siglo Americano) [18]. Allí se compromete a favor del ataque a Irak y a Siria. Por cuenta de ese grupo, redacta un capítulo sobre el Medio Oriente en un libro-manifiesto titulado Los Peligros Actuales [19]. En ese documento y en otros, defiende las tesis del Likud (partido de extrema derecha israelí): no existe un conflicto israelo-palestino, ya que los Palestinos no tienen ninguna reivindicación legítima, sino un conflicto árabe-israelí, puesto que los árabes son visceralmente antisemitas.
El proceso de Oslo es una maniobra de Yasser Arafat para conservar su poder después del hundimiento de la URSS que lo protegía. Los israelíes sólo se unieron para formar un frente secundario y de ese modo enfrentar mejor a las masas árabes. Pero le corresponde a los Estados Unidos ayudar al pueblo elegido y derrocar esa correlación de fuerzas.
Sobre la base de tal trayecto y de tales concepciones, Elliott Abrams regresa a la administración con George W. Bush. En 2001, el nuevo presidente lo nombra en el Consejo Nacional de Seguridad asistente especial de Condoleezza Rice, encargada de los Derechos Humanos; luego, en 2002, asistente especial encargado del Medio Oriente y África del Norte.
Por los Derechos Humanos supervisa la tentativa de golpe de Estado en Venezuela para derrocar al presidente electo Hugo Chávez y «restablecer la democracia» frente al bolivarismo [20]. Más tarde, en el Medio Oriente, propone «democratizar Palestina» eliminando a los dirigentes de Hamas y a Yasser Arafat, y colocando a Mahmoud Abbas en el poder.
Los primeros fueron asesinados, el segundo murió de una enfermedad desconocida y fulminante, y el tercero ganará las elecciones después que sus rivales fueron disuadidos de presentarse. Al cerrar el frente palestino, pueden abrir el frente sirio.
En octubre de 2002 explica ante una multitud de cientólogos y moonistas (secta Moon), reunidos en el seno de la Coalición Internacional por la Libertad de Religión, que «actualmente, las élites educadas, particularmente en Occidente, son siempre los hijos de las Luces» [21], una filosofía repudiada que es hora de erradicar antes de que aleje al hombre de Dios y lo empuje hacia el comunismo.
En octubre de 2003, ayuda, con Richard Perle y sus amigos, a organizar la Cumbre de Jerusalén dedicada al advenimiento de la «teopolítica» [22]: la lectura de las Escrituras enseña a los sabios la voluntad de Dios en política.
El presidente George W. Bush acaba de nombrar al señor Abrams adjunto del consejero nacional de Seguridad, Stephen Hadley [23]. Su programa es atacar la Siria baasista, imputándole un atentado [24], y transformar al Líbano en un Estado cristiano.
[1] Esta disposición se conoce como «la enmienda Jackson-Vanik» (1974).
[2] «Los New York Intellectuals y la invención del neoconservadurismo» por Denis Boneau, Voltaire, 4 de febrero de 2005.
[3] La señora Kirkpatrick había sido la presidenta de los jóvenes de SD/USA. Dejó el Partido Demócrata para convertirse en embajadora de Ronald Reagan ante la ONU.
[4] Ese retiro sólo se hizo efectivo en 1984, seguido por el de Reino Unido, que volvió a reintegrar la UNESCO en 1988, y los Estados Unidos en 2002 después de 18 años de ausencia.
[5] El ensayista francés Raymond Aron se convertirá en presidente de honor del Committee for the Free World y creará un equivalente de Commentary, la revista Commentaire. Cf «Raymond Aron, abogado del atlantismo» por Denis Boneau, Voltaire, 6 de febrero de 2004.
[6] En esa época, varias ONG habían lanzado una campaña mundial para boicotear la Nestlé en protesta contra su política agresiva de destrucción de las economías tercermundistas en favor del consumo de leches maternizadas. La OMS estudiaba una reglamentación internacional para terminar con los manejos de la multinacional, de la que los multimillonarios franceses Liliane y André Bettencourt eran accionistas de referencia. Para contrarrestar el boycot, la Nestlé contrató a Ernest W. Lefever, quien financió y publicó varios artículos y folletos en defensa de la multinacional. Una vez inventado ese papel de lobbista, el Senado rechazó el nombramiento del señor Lefever. Cf. L’Empire Nestlé (El Imperio Nestlé) par Pierre Harrisson, Ediciones Pierre-Marcel Favre (Suiza), 1982.
[7] «USA ONU - L’ONU aide à légitimer l’antisémitisme, estime un responsable américain» (USA-ONU, La ONU ayuda a legitimar el antisemitismo, stima un responsable estadounidense), AFP, 10 de diciembre de 1984, 22:10 GMT.
[8] «Las redes de la injerencia "emocrática"» por Thierry Meyssan, Voltaire, 21 de noviembre de 2005.
[9] «Otto Reich y la contrarrevolución», por Arthur Lepic y Paul Labarique, Voltaire, 24 de noviembre de 2004.
[10] «Contra-Intuitive», editorial de Mary McGrory, Washington Post, 8 de julio de 2001.
[11] [11] Ibid.
[12] La junta de administración del Hudson Institute estaba compuesta entonces por numerosos amigos de Eliott Abrams, entre ellos Jeane Kirkpatrick (quien lo había nombrado en la administración Reagan) y Carl Gersham (presidente de la NED). También se encuentran los franceses Alain Besançon y Jean-Claude Casanova (revista Commentaire).
[13] En 1997, la secretaria de Estado, Madeleine Albright, creó un «Comité Consultativo por la Libertad Religiosa en el Extranjero», compuesto por veinte líderes religiosos de los Estados Unidos, presididos por John Shattuck. En 1998, se adjuntó un «representante especial por la libertad internacional de religión», Robert Seiple. Presionado por el Congreso, el presidente Clinton promulgó, en octubre de 1998, una ley sobre la libertad internacional de religión (International Religious Freedom Act), que otorga poder al presidente para aplicar sanciones económicas y políticas contra los Estados culpables de atentar contra la libertad religiosa.
[14] Faith or Fear: How Jews can Survive in a Christian America, por Elliott Abrams, Free Press, 1997.
[15] Mary-Ann Glendon, profesora de derecho en la universidad de Harvard, presidió la delegación de la Santa Sede a la Conferencia de la ONU en el Cairo. Después se convirtió en presidenta de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales. En 2001, el presidente George W. Bush la nombró al Comité Consultivo de bioética que acababa de crear.
[16] El periodista Thomas Paine perteneció a la Revolución Americana antes de convertirse en diputado durante la Revolución Francesa. En su libro sobre los Derechos Humanos, analiza las diferencias de conceptos entre ambos países.
[17] «Los manipuladores de Washington», por Thierry Meyssan, Voltaire, 11 de enero de 2005.
[18] «El Instituto Norteamericano de la Empresa», Voltaire, 13 de marzo de 2005.
[19] Present Dangers. Crisis and Opportunity in American Foreign and Defense Policy, Encounter Books, 2000. La expresión « peligros actuales » hace referencia al Comité sobre los Peligros Actuales que el senador Jackson condujo durante la Guerra Fría.
[20] «Implicación de las redes secretas de la CIA para derribar a Chávez», por Thierry Meyssan, Voltaire, 18 de mayo de 2002.
[21] Citado en «USA : promotion sectaire au nom de la liberté religieuse», por Michel Muller, L’Humanité, 18 de noviembre de 2002.
[22] Ver este texto en francés: «Sommet historique pour sceller l’Alliance des guerriers de Dieu» (Cumbre histórico para sellar la Alianza de los guerreros de Dios), Voltaire, 17 de octubre de 2003.
[23] «Stephen Hadley, consejero norteamericano de la Seguridad Nacional», Voltaire, 9 de mayo de 2005.
[24] «Siria: un objetivo militar imperialista», por Paul Labarique, Voltaire, 8 de febrero 2005.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter