La ONU acoge hoy la mayor reunión de jefes de Estado y gobierno de la historia. Como primer contribuidor, Estados Unidos tendrá múltiples posibilidades de acción durante esta cumbre crucial para el futuro de la organización. Mancomunadamente con nuestros amigos en Europa, Asia y el resto del mundo propondremos reformas críticas para la organización para que ésta sea más responsable, justa y eficaz.
La ONU se ha visto afectada por múltiples escándalos en los últimos tiempos, pero éstos no deben hacernos olvidar los éxitos alcanzados en los últimos 60 años. Las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU han permitido salvar millones de vidas. En 15 años, el número de guerras civiles que terminaron gracias a la negociación superó el alcanzado en los dos siglos anteriores. En 2004, la ONU colaboró en los procesos electorales de 20 países. Supervisó asimismo los tribunales en Rwanda y Yugoslavia, y trabaja a favor del desarrollo en el mundo. No obstante, queda mucho por hacer y esta cumbre nos ofrece una oportunidad para hacerlo.
Es preciso reformar la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y encontrar una forma de vencer los bloqueos provocados por el denominado «movimiento no alineado» en la definición del terrorismo. He venido a la ONU junto a Henry J. Hyde, autor de la UN Reform Act, ley que no apruebo pero que deberá contribuir a la transformación de la ONU. Es también el momento propicio para que John Bolton demuestre lo que es capaz de hacer.
«Bringing the U.N. home», por Tom Lantos, San Francisco Chronicles, 14 de septiembre de 2005.
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