Todos los presagios de los agoreros de elites que predecían un fracaso de la magna reunión se equivocaron. La férrea posición de las cuatro naciones del Mercosur impidieron la formalización de un ALCA notoriamente inoportuno por no resolver antes las desigualdades ni tener en cuenta necesarias soluciones previas a gravísimos problemas sociales y económicos. Una mejor visión de la realidad le permitió a Hugo Chávez, ya prácticamente dentro del Mercosur, anticiparse a anunciar que Mar del Plata sería "la tumba del ALCA".

Los "comunicadores" del sistema derrocharon pesimismo y se regodearon difundiendo que la Cumbre disolvía al Mercosur; que el brasileño Luíz Inacio Lula da Silva negociaba por su cuenta con George W. Bush; que el chileno Julio Lagos se adhería a la posición norteamericana: que Néstor Kirchner se achicaba ante un panorama desfavorable, tomando distancia de Lula y Chávez. Y todas esas versiones resultaron falsas. Hasta se calificó la retirada anticipada de Lula como una venganza a las habituales escapadas del argentino, cuando evidentemente, no podía estar fuera de su país ante la inminente llegada de su colega yanqui.

Nada de lo previsto ocurrió. Lula y Lagos se mantuvieron firmes. En cuanto al presidente mexicano, el ardiente portavoz de Estados Unidos y Canadá, terminó reconociendo su derrota y desmintiendo enfrentamientos con Kirchner. Hasta tuvo una confesión graciosa. Dijo que era "un hombre infiel en cuestiones políticas. Si no existe un si a mi propuesta de matrimonio, seguiré haciéndole el amor al ALCA y al MERCOSUR".

El discurso del presidente Néstor Kirchner

Las palabras del mandatario argentino fueron interrumpidas con aplausos seis veces durante el transcurso de su lectura. La primera fue al referirse al fracaso de la teoría del derrame de la burocracia internacional. La segunda, luego de reconocer responsabilidades locales, reclamó a los organismos internacionales, que "alentaron y favorecieron el crecimiento de esa deuda, también asuman su cuota de responsabilidad". La tercera fue al decir que "Hoy, lo que se le niega a la Argentina, no son ya fondos o nuevos préstamos que no hemos solicitado y que, obviamente, ni pensamos hacerlo". La cuarta al expresar: "Para la Argentina que corría hacia el abismo, había ayuda y fondos frescos; para la Argentina que con esfuerzo y soledad se recupera no hay refinanciación. Merecería esta situación que García Márquez le dedicara unos párrafos de su "realismo mágico". La quinta pidiendo "que eviten el sistema de condicionalidades cruzadas, aumenten el grado de transparencia de sus operaciones, reduzcan los costos de su funcionamiento y mejoren su capacidad de préstamo". Y la sexta al afirmar que "seguimos pensando que no nos servirá cualquier integración, firmar un convenio no será un camino fácil ni directo a la prosperidad".

La declaración final

Los jefes de estado asistentes a la Cumbre hicieron declaraciones discretas pero aprobatorias de la declaración final que evitó un fracaso colectivo de no lograrse un acuerdo en la redacción. Para algunos presidentes fue un "parto de los montes" que no alcanzó las expectativas de cuantos querían llevarse el ALCA bajo el brazo.

Los miembros del Mercosur tratan de no exagerar el feliz rechazo del tratado de libre comercio para evitar que algunos se irriten. Para colmo, el presidente bolivariano Chávez, expresó a los periodistas su alegría por lo resuelto en la Cumbre, elogiando a su colega argentino calificándolo de D’Artagnan.

En realidad, el contenido de la declaración final se diferencia poco y nada a las habituales en las cumbres internacionales. Está llena de lugares en cuanto a promesas de compromisos siempre repetidos y jamás cumplidos sobre temas tales como educación, ciencia, salud, seguridad, trabajo digno (repetido una decena de veces), etc., etc. En ese exagerado abanico, se olvidó condenar y combatir el colonialismo cuando sufrimos dos colonias solo en Suramérica (Malvinas y Guayana) y varias en el Caribe como paraísos fiscales manejados por el capital internacional incontrolable de los países ricos.

La declaración final no recordó a Malvinas, pero sí Hugo Chávez en la Cumbre de los Pueblos vivó a "las Malvinas argentinas" y a la "soberanía argentina", obteniendo multitudinaria respuesta.

Eso si, se impone reconocer a la cumbre el mérito de la no aprobación del ALCA y darle tumba marplatense.

Los actos de "vandalismo"

Sin que implique una apología del delito, el tipo de manifestaciones violentas no son una novedad en los casos de cumbres. Ocurren, y generalmente peores, en las ciudades donde se reúnen sus similares europeas o la OTAN, en especial cuando concurre el presidente de Estados Unidos. Ahora, cosa que no fue el caso de Mar del Plata, se eligen lugares de reunión en pequeñas islas fáciles de proteger y hasta en barcos de guerra.

El despliegue de fuerzas de seguridad en esta cumbre no ha sido mayor que en las anuales de los Siete Grandes. Y los norteamericanos siguen sin explicarse el porqué de tanta adversidad a sus presidentes.

Adital