Mientras aún se espera la respuesta de los historiadores a la cuestión de saber si Yugoslavia murió de muerte natural, si fue asesinada, si se suicidó o si otros la «suicidaron», en el año 2005 se conmemora el aniversario de su larga desintegración y agonía.
En la geopolítica de los aniversarios, este año recordamos los inicios de dos «protectorados»: el de Bosnia-Herzegovina, que ya data de una década y los seis años del protectorado sobre Kosovo. Los Acuerdos de Dayton pusieron fin a los combates en Bosnia después de varios años de sangrientos compromisos que, en determinado momento, asumieron el carácter de bellum omnium contra omnes. Característico de un acuerdo diplomático, con elementos de un tratado internacional y por ello, completamente atípico, se pretendió imponer también un modelo de sistema constitucional. Fue así como surgió un complejo aparato político-burocrático. Y aunque se obtuvieron algunos resultados positivos, sobre todo en lo concerniente a los refugiados (cerca del 50% pudieron asentarse), el aparato estatal se presenta como algo descomunal, muy oneroso y a menudo ineficaz. Además, según opinan casi todos los analistas políticos, es innegable que Bosnia acoge todavía hoy a tres poblaciones en gran parte étnicamente divididas entre sí y que la pacificación, también hoy, está garantizada por la presencia de un contingente de tropas correspondiente a la Unión Europea.
En Kosovo, durante estos últimos meses, se han presentado diversas propuestas destinadas a encontrar una solución definitiva. Al cabo de años de haberse aferrado a la fórmula «primero un standard, después un estatus» que instaló el peor status quo en una región como esa que vive en una especie de «oscuridad mediática», hoy se vislumbran los primeros indicios de un renovado interés internacional. El 24 de octubre, tras el debate en el Consejo de Seguridad, las Naciones Unidas decidieron abrir formalmente las negociaciones para definir el estatuto de la provincia.
Numerosos observadores coinciden en reconocer que la situación económica y de derechos humanos es en la actualidad, en muchos sentidos, es peor que la existente hace seis años. El 25 de enero de este año elInternational Crisis Group, al cual pertenecen, entre otros, Zbigniew Brzezinski, Marti Ahtasaari, el general Wesley Clark, George Soros y Emma Bonino, presentó un documento que prevé la independencia de Kosovo. Otro grupo, la International Commission on the Balkans, presidido por Giuliano Amato, y financiado por cuatro fundaciones privadas, presentó en abril una propuesta semejante.

Fuente
Il Manifesto (Italia)

«Balcani, vuoto a perdere», por Miodrag Lekic, il Manifesto, 28 de octubre de 2005. Una traducción al francés puede encontrarse en Le Grand Soir.info: «Balkans, vide à perdre».