Frente al lanzamiento de la Radio de las Madres, los medios gráficos que representan a la derecha argentina respondieron con su siempre frágil discurso.
Espanto, rabia, impotencia, pánico. Seguramente fueron los sentimientos de la rancia derecha argentina frente al sueño hecho realidad por las Madres: tener su propia radio y así combatir un abanico de medios de difusión que, en su mayoría, están manejados por empresas o monopolios que solamente ven con buena cara las declaraciones de “orden y seguridad” frente a la protesta social y “prolijidad y buena letra” hacia el accionar de los organismos financieros internacionales.
Y como la derecha argentina ha sabido construir un andamiaje de amistades y favores, no es raro que sus voceros oficiales en la prensa gráfica hayan plasmado en papel los sentimientos arriba descriptos. Los diarios La Nación, Infobae y Ámbito Financiero dejaron los protocolos de buenas costumbres, que muchas veces defienden desde sus editoriales, y el mismo día en que se inauguraba la transmisión de La Voz de las Madres desde Plaza de Mayo, las ediciones del jueves 24 de noviembre llegaron cargadas de furia y pedidos de una justicia que solo ellos defienden.
El diario Infobae, comandado por Daniel Hadad, no escatimó palabras para las Madres. Al inicio de la nota anunciaba que esta tarde inaugurará la Radio de las Madres, ideada por Hebe de Bonafini y sus socias. Unas líneas más adelante, el redactor de Infobae denunció que la radio de las Madres operará ilegalmente y que la Radio de las Madres es apenas uno de los tantos casos graves que hay en estos momentos. Ya que existen unas 150 AM usurpadas en la Ciudad de Buenos Aires y GBA.
Como primera aclaración a estos dichos, desde el momento mismo en que las Madres se reunieron en Plaza de Mayo, el 30 a abril de 1977, ellas se reconocieron compañeras y no socias, como expresa Infobae. Esta diferencia, por lo visto, no es muy tenida en cuenta en la redacción del matutino. A quien sí le cabe el calificativo de “socio” de Daniel Hadad, es a Raúl Pedro Moneta, banquero indiscutido del menemismo y accionista en las sombras de Canal 9, también dirigido por Hadad. Con respecto a que la radio “operará ilegalmente”, es contradictorio que medios de difusión que en sus páginas se retuercen defendiendo la libertad de expresión, ahora encuentren que una jauría de radios ilegales los atacan. Teniendo en cuenta que los medios en Argentina son manejados por muy pocas manos, es por demás coherente que las Madres tengan su radio y puedan comunicar al pueblo los sucesos y acontecimientos que están vedados en las agendas oficiales. Por otra parte, ¿acaso no es ilegal Radio 10, también del grupo Hadad, quien consiguió esta frecuencia a través de un regalo del ex presidente Carlos Menem? El precio en que se compró Radio 10 fue de 10.000 pesos (valor del pliego de licitación) y, a su vez, se despojó de la frecuencia a Radio de la Ciudad, cuya potencia de transmisión disminuyó de 25 a 1 Khz. La “ilegalidad”, desde Infobae, está acotada: siempre apunta a quienes no concuerdan con sus proclamas de respeto hacia la propiedad privada.
El mismo jueves, Ámbito Financiero, diario de finanzas dirigido por Julio Ramos, desde el título de la nota dejó clara su posición: la radio de las Madres era “trucha”. Este calificativo, que también lo endosa a Radio Cooperativa, confunde la solidaridad con una asociación que sostiene lo “trucho” en este nuevo desafío comunicacional. Mientras el diario de Ramos publicaba esta noticia, en la historia de Ámbito Financiero (en realidad se podría llamar Ámbito Menemista) queda el recuerdo latente de su defensa continua y consecuente hacia el ex presidente Carlos Saúl Menem y sus medidas de gobierno utilizadas para desmantelar el Estado, privatizando todo lo que se cruzara por sus ojos.
Sin perder su histórica línea política, el diario La Nación también se horrorizaba frente al nacimiento de La Voz de las Madres. La preocupación del matutino fundado por Bartolomé Mitre es el mismo: la ilegalidad. Sería una muy buena noticia, si no fuera porque la emisora es ilegal, ya que no tiene licencia legalmente otorgada por decreto presidencial para operar, se lee en sus páginas. En el párrafo siguiente, las preocupaciones se acrecientan: El caso es más preocupante, pues el espectro radioeléctrico argentino, asignado por acuerdos regionales, se extiende entre las bandas de AM 535 y 1705. Las bandas entre las AM 525 y 535 pertenecen al servicio de radionavegación aeronáutica, a cargo de la Fuerza Aérea Argentina.
Vale recordar que el diario que denuncia la “ilegalidad” de las Madres es el mismo que, durante el siglo XX, se dedicó de defender fervorosamente cada golpe militar y reflejar en sus páginas la ideología castrense en forma disciplinada y consecuente. Pero lo que más enardece a La Nación es que la frecuencia 530 pertenece a la Fuerza Aérea Argentina y ahora quedará en manos de las Madres. ¿Esta preocupación tendrá que ver con los jugosos réditos que lograron durante la dictadura militar al obtener acciones de la empresa Papel Prensa? Sin dudas, la verticalidad castrense, en el diario mitrista, funciona tan bien como en las fuerzas armadas que dirigieron la represión en el ‘76.
En el mismo artículo, haciendo gala de una “objetividad” quebradiza, La Nación consulta sobre este nuevo proyecto de las Madres al interventor del COMFER, Julio Bárbaro, y a la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. Bastantes diferencias entre estas dos personas. Julio Bárbaro, que todavía no ha solucionado los pedidos realizados por trabajadores de AM De la Ciudad para que se le devuelva su frecuencia, es el mismo que se aferra a la Ley de Radiodifusión promulgada por la dictadura militar. Frente a la solidaridad de Radio Cooperativa, Bárbaro se refiere a ese acto de la siguiente manera: Pasó todos lo límites. Integrante de “Guardia de Hierro” en la década del setenta, durante la dictadura Julio Bárbaro participó de las reuniones donde se discutía el proyecto político de Eduardo Emilio Masera, genocida máximo durante los años de represión; desertor del proyecto “renovador” que, dentro del peronismo, encabezaba José Luis Manzano, la presidencia de Carlos Menem lo encontró bien parado: era el enlace de grupos económicos (Techint, Bridas o Pérez Compac) con el “nuevo” justicialismo, quien le otorgó el cargo de Secretario de Cultura de la Nación entre los años ‘89 y ‘90. Sus últimas correrías en público, fueron las noticias de su sociedad comercial con el Ministro de Hacienda de la dictadura, Juan Alemann. Frente a este personaje, en las mismas páginas de La Nación -que se preguntaba ¿Cómo puede ser que en la Argentina lo ilegal siempre prevalezca sobre la legalidad?- las palabras de Hebe de Bonafini fueron exactas: No es ilegal. Esa es la polémica de la derecha.
Alguna vez, el escritor David Viñas dijo que la derecha no critica, sino que “rezonga, calumnia o elogia demasiado”. En el caso de la Radio de las Madres se decidieron por lo primero, aunque frente a esto siguen intactas las palabras cargadas de ética que pronunció Hebe: Esa es la polémica de la derecha.
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