La ausencia de Ariel Sharon no tendrá una repercusión en los servicios militares y de seguridad ya que no habrá cambio en el Estado Mayor. Ehud Olmert no tiene experiencia directamente militar, pero tiene una larga práctica en los asuntos de seguridad. Está lejos de ser un principiante y ejercerá su influencia como todo jefe de gobierno, pero sé por experiencia que cada decisión importante es reflexionada, sopesada y discutida. El Primer Ministro no necesita saber conducir un tanque.
Considero que Olmert va a continuar la política de retirada de Ariel Sharon pues es uno de los que más creen en esa política. Incluso fue el primero que habló de la necesidad de la retirada. Pienso que, todavía más que Sharon, Olmert tratará de asociar los responsables palestinos a futuras retiradas. Una de sus primeras decisiones fue perseguir a los colonos que cortaron miles de olivares en los campos de palestinos. También acaba de autorizar el principio del voto de los residentes de Jerusalén-Este en las elecciones palestinas, lo que es una señal. Olmert no considera la carta de la retirada unilateral como primera opción, pero si no encuentra interlocutor, continuará solo, a condición, sin embargo, de tener el poder, es decir, de ser elegido por una mayoría suficientemente amplia como para poder actuar.
Los temas prioritarios son la lucha contra la anarquía en los territorios palestinos y el terrorismo. Es evidente que algunos grupos palestinos, en el marco de su propia campaña electoral, querrán mostrar que no es más que un continuador de Sharon, pero de otro tipo. Israel lo juzgará por su reacción. Por consiguiente, es necesario que logre mostrar su determinación a la vez que preserve el futuro.
«Olmert dans les bottes de Sharon», por Danny Rothschild, Nouvel Observateur, 12 de enero de 2006. Texto adaptado a partir de una entrevista.
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