El proyecto estadounidense de una remodelación del mapa mundial parece ser una de la prioridades de la Casa Blanca. Esta última está lista, para alcanzar ese objetivo, a violar todas las normas y los marcos jurídicos relativos al derecho internacional. En ese sentido, George W. Bush y los neoconservadores no demoraron en cuestionar la legitimidad constitucional, basada en los principios de la soberanía mundial, y que constituye el orgullo de cada país.
Así, los Estados Unidos se abrogan el derecho de atacar y agredir al que ellos quieren, sin discusión de ningún tipo. En esas condiciones, el principio de soberanía ya no tiene sentido. Además, un Estado o un régimen que no es capaz de decidir su suerte y tomar sus decisiones con relación a lo que debe o no hacer, no es un Estado soberano. Dicho esto, algunos responsables políticos no cuentan con los elementos necesarios que les permitan hablar de cierta soberanía en su propio territorio.
Violar la soberanía de los pueblos no es una práctica reciente, pero una violación con un estilo estadounidense es sin duda algo muy diferente, habida cuenta de que les neoconservadores han demostrado una clara voluntad de remodelar al mundo e imponer su propia doctrina. En lo adelante, la regla consiste en añadir los aliados a la lista de amigos, a la vez que se les concede menos respeto. Eso no impide a esos «aliados-amigos» mostrar una gran tolerancia con respecto a las injerencias que permiten un «ataque moderado» cuyo blanco es un enemigo común en su territorio.
Hace unos días, la administración Bush, en el marco de su «guerra contra el terrorismo», atacó una aldea cerca de la frontera paquistaní. El ataque provocó la muerte de más de dieciocho infelices residentes y sembró la duda en el seno del gobierno de Musharraf en cuanto a la confianza ciega concedida a Estados Unidos. Paquistán no es el primer aliado que sufre los ataques estadounidenses so pretexto de perseguir a los miembros de la organización Al-Qaeda. Ese fue el caso, entre otros, de Italia hace algunos meses. Los servicios de inteligencia estadounidenses arrestaron al imán egipcio «Abou Omar», sin autorización por parte del gobierno de Berlusconi.
Sin hablar de la política ilegítima llevada a cabo contra sus adversarios, los Estados Unidos se limitan al ejemplo de sus aliados para mostrar hasta qué punto han podido aplicar su doctrina de dominación. La ceguera de la administración Bush y su tendencia expansionista ya no permiten distinguir entre el amigo y el enemigo.

Fuente
Almoslim (Arabia Saudita)

«!!السيادة الباكستانية.. بمنظور أمريكي», por Amir Said, Almoslim ,
17 de enero de 2006.