El llamado del secretario general de la ONU, Kofi Annan, a sustituir las fuerzas africanas por fuerzas internacionales en Darfur no es una iniciativa personal. En efecto, se trata de un proyecto estadounidense-europeo, lo que explica el rechazo, justificable, de Sudán. El despliegue de tropas internacionales significará el fracaso de la Unión Africana para resolver la crisis de Darfur. Es otra forma de decir que la solución africana y árabe no es suficiente, lo que implica la intervención de grandes potencias, sobre todo de los Estados Unidos, para globalizar la solución. Se sigue por lo tanto el ejemplo de Irak y, eventualmente, el de Siria.
La crisis de Darfur no habría sido tan complicada sin la intervención de actores extranjeros para arruinar los esfuerzos africanos. Por otra parte, las crisis en Sudán han sido siempre el testimonio de las intervenciones, regionales o internacionales, tendientes a desestabilizar y a debilitar este país petrolero. Sudán representa, por sí solo, un continente dentro del continente africano. Así, su estabilidad amenaza, desde el punto de vista occidental, las ecuaciones regionales elaboradas entre las grandes potencias desde la Guerra Fría, aún más cuando Estados Unidos aspira, en la actualidad, a desmantelar los países de grandes dimensiones, como Yugoslavia o Irak, para lo que se vale de los pequeños grupos étnicos o religiosos en los países que constituyen su objetivo.
Si bien las minorías étnicas, en el mundo árabe, sólo acuden a Washington para recuperar sus derechos y hacer respetar sus características, Estados Unidos trata de vincular el destino de estas minorías al de la administración Bush, es decir, dominarlas. La intervención militar directa para imponer la visión estadounidense en Darfur, a pesar del rechazo de Jartum y la Unión Africana, muestra hasta qué punto los conservadores se burlan del mapa mundial posterior a las dos guerras mundiales, el cual la administración estadounidense quiere remodelar en detrimento de los árabes.
Algunos de estos árabes, que han participado en la destrucción de Sudán a través de numerosas crisis, han dado la espalda a este país, abandonándolo a las potencias imperialistas. Peor aún, uno de los líderes del partido «Al-oumma» ha aplaudido la intervención extranjera, pensando que ésta impondrá la estabilidad y el respeto de los Derechos Humanos.
«السودان على خطى العراق», por Moukhtar al Dobabi, AlarabOnline, 18 de enero de 2006.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter