Los agentes financieros están inquietos ante la imposibilidad de reinvertir los petrodólares que están acumulando mientras que los banqueros se interrogan sobre el verdadero valor del dólar. Una tendencia al descenso de dicha moneda se ha iniciado en las bolsas de valores de los países del Golfo en momentos en que el Banco Asiático de Desarrollo advierte a sus miembros sobre un posible colapso del dólar. ¿Y si resultara, a fin de cuentas, que el billete verde no es más que un papel sin valor?
Un intenso debate se desarrolla desde hace meses en los medios financieros internacionales. ¿Está el dólar tan sobrevaluado que puede encontrarse al borde de una caída brutal, la cual –según los comentaristas– podría ser del 15 al 40%? Según el rumor que alimenta la polémica, ciertos contratos petroleros podrían pasar del dólar al euro engendrando así una depreciación de la moneda estadounidense.
Hasta ahora, las declaraciones oficiales sobre el tema parecían un asunto de guerra psicológica entre potencias rivales y podían ser puestas en duda. De pronto, el 28 de marzo de 2006, el Banco Asiático de Desarrollo puso su credibilidad en la balanza al dirigir a sus miembros una nota en la que les aconseja prepararse para un posible colapso del dólar. El Banco precisa que se trata de una posibilidad incierta pero que, de darse, tendría graves consecuencias inmediatas [1]. El Banco trabaja desde ya en la creación de una alternativa regional al dólar. Se trata del ACU, un conjunto de divisas basado en el principio que dio lugar al surgimiento del ECU europeo.
El Banco Asiático de Desarrollo (Asian Development Bank – ADB) fue creado gracias a la concertación de 64 Estados. A pesar de su denominación, entre sus miembros no hay sólo Estados de Asia y del Pacífico sino también de Oceanía, América del Norte y Europa (como Francia, Bélgica y Suiza). Japón y Estados Unidos, con un 15% cada uno, controlan este banco, lo cual hace aún más significativo el aviso de tormenta monetaria del ADB.
Aunque son asiáticos, los países del Golfo no son miembros del ADB. Seis de ellos prefirieron constituir su propio banco regional, el Consejo de Cooperación del Golfo (Gulf Cooperation Council – GCC). Estos países trabajan con tesón para acercar sus economías entre sí con vistas a la creación de una moneda única, siguiendo el modelo del euro. No se trata de una tendencia de moda sino de la respuesta a una exigencia particular. Sus reservas petrolíferas comienzan a menguar [2] y ya no se trata para ellos de reinvertir sus petrodólares en el desarrollo y la modernización de sus infraestructuras petroleras, a las que solamente tienen que garantizar el manteniendo técnico. Lo que quieren ahora es reinvertir en otros países pero, en ese caso, la conversión de tan grandes masas monetarias tendría consecuencias dramáticas para el dólar y la economía estadounidense.
Cada cual está buscando, por consiguiente, resolver el problema de forma agradable para todos. Estados Unidos, que produce cada vez menos bienes de consumo, necesita inversiones considerables y muy lucrativas para desarrollar sus importaciones de productos de fabricación china. Así que los Estados del Golfo decidieron, por un lado, dotarse de la flota de aviones de carga más imponente del mundo y, por otra parte, comprar y desarrollar los seis mayores puertos de Estados Unidos. Esa solución parecía conveniente a la administración Bush, que ya trabaja con el consorcio Dubai Ports World (de los Emiratos Árabes Unidos), cuya terminal de Jebel Ali sirve de escala al flujo de transportes militares hacia Afganistán e Irak.
Sin embargo, los congresistas estadounidenses, que se creen los cuentos de la administración Bush de que los musulmanes son terroristas, se asustaron ante la cesión de sus puertos a Dubai Ports World. Invocando el trauma de la seguridad nacional, exigieron que los activos del consorcio sean transferidos a un grupo estadounidense que los administraría según los intereses de los Emiratos. Por supuesto, estos últimos rechazaron la propuesta ya que perderían la mayor parte de la plusvalía y hasta correrían el riesgo de perderlo todo algún día.
Los agentes de las finanzas petroleras son cada vez más reacios a confiar su dinero a fondos de inversiones. Saben bien que las normas internacionales de contabilidad han sido modificadas de modo que actualmente Estados y multinacionales inscriben en sus balances riquezas que en realidad no tienen. Las acciones que poseen no se reflejan en la contabilidad al precio de compra sino con el precio del momento en la bolsa de valores. Este factor, sin consecuencia alguna en período de alza, sería sin embargo fatal en caso de crisis bursátil. Bancos centrales y grandes empresas podrían entonces hundirse en la ruina de la noche a la mañana.
A falta de otra salida, los países del Golfo tratan por tanto de invertir su dinero en Europa, lo cual los llevaría a convertir sus dólares en euros, perjudicando así grandemente a Estados Unidos. El gobernador del banco central de los Emiratos Árabes Unidos, Sultán Al Suweidi, anunció el 22 de marzo de 2006 que proyecta convertir en euros el 10% de sus reservas en dólares mientras que su homólogo de Arabia Saudita, Saud Al Sayvari, condenaba la decisión del Congreso estadounidense sobre la cuestión de Dubai Ports World [3].
Tales decisiones se producen en momentos en que los Estados petroleros, con los cuales Washington tiene importantes diferencias, están tratando de reorientar sus flujos de capitales para invertirlos fuera de la zona del dólar. En ese caso se encuentra Siria, que ha ido cambiando poco a poco sus reservas por euros durante los dos últimos años [4]. Ese es también el caso de Venezuela que acaba de ponerse en contacto con el banco central del Vaticano para cambiar sus dólares principalmente por euros y por yuanes chinos.
Lo más importante es que Irán también podría hacerlo. En efecto, va en aumento el rumor de que la República Islámica podría abrir próximamente una bolsa petrolera en euros [5]. Anunciado para marzo, el proyecto no se realizó y numerosos comentaristas lo calificaron de desinformación. Nosotros tratamos entonces de verificar la existencia del mismo recurriendo a las autoridades de Teherán. Al principio, estas se negaron a confirmar o desmentir la información. Más tarde Mohammad Asemipur, consejero especial del ministro iraní de Petróleo, declaró que el proyecto se llevará a cabo a pesar de un clásico retraso en su aplicación [6]. La bolsa petrolera en euros tendrá su sede en la isla de Kish, un islote iraní en el Golfo Pérsico ya transformado en zona franca. TotalFinaElf (de Francia) y Agip (Italia) ya tienen allí sus oficinas regionales.
En todo caso, esa bolsa tramitaría solamente una pequeña parte de los contratos energéticos iraníes. Contratos de envergadura excepcional ya han sido firmados de Estado a Estado: con China para la venta de crudo [7], y con Indonesia para refinar petróleo [8].
Esta bolsa tampoco tramitará inmediatamente el mercado del gas, fuente de energía llamada sin embargo a revestir importancia mundial para aliviar parcialmente la escasez de petróleo «L’avenir du gaz naturel», por Arthur Lepic, 18 de marzo de 2005.]]. TotalFinaElf y Gaz de France (GDF) están negociando la explotación de la parte iraní del mayor yacimiento de producción de gas natural del mundo, el de South Pars [9].
Como respuesta, Washington apuesta por el gas natural cuyo papel, como ya se sabe, cobrará más importancia en la medida en que comience a escasear el petróleo. La administración Bush estimuló a Qatar –en cuyo territorio se encuentra el cuartel general del Central Command (CentCom) y que posee la 3ra reserva mundial de gas– para que concibiera un megaproyecto de «ciudad energética». Se trata de una inversión de 2 600 millones de dólares tendiente a atraer a los protagonistas a nivel mundial del mercado de la energía hacia una bolsa del gas en dólares [10]. Microsoft ya presentó su candidatura para encargarse de la instalación de toda la infraestructura destinada a garantizar el trabajo de los corredores o intermediarios en las operaciones de compraventa electrónica.
Por su parte, el jefe de la bolsa noruega, Sven Arild Andersen, está estudiando la posibilidad de crear en su propio país una bolsa petrolera en euros que podría competir ventajosamente con la City de Londres [11]. El peso de esta última parece cada vez más desproporcionado a medida que se desmorona la producción británica de petróleo (- 8% en 2005).
El aviso de tempestad monetaria que lanzó el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) no dejará de acelerar todos estos grandes proyectos. Independientemente del razonamiento de los agentes financieros en cuanto a las posibilidades de reinvertir sus petrodólares, los banqueros también están inquietos en lo tocante al valor real del dólar en este momento.
Hay que recordar que Estados Unidos no logró financiar por mucho tiempo su guerra contra Vietnam. Empantanado en un conflicto interminable, decidió que sus aliados soportaran aquel peso. En 1971, EE.UU. dejó de garantizar la convertibilidad del dólar al oro. Desde entonces, el valor del dólar estadounidense depende únicamente de la confianza que se concede a dicha moneda. El dólar ya no está respaldado por la economía del país que lo emite sino por la de la zona que lo utiliza. Los banqueros pueden verificar su adecuación mediante un índice anual, el M-3, que establece el volumen de billetes verdes que se encuentra en circulación.
Hoy por hoy, Estados Unidos está empantanado en Irak y se ve incapacitado para financiar la ocupación militar de ese país. La única posibilidad que le queda de poder pagar a sus proveedores es imprimir más dólares. La suspensión, a finales de marzo de 2006, de la publicación del índice M-3 y de todos los subíndices que permitirían determinarlo significa que la cantidad de dólares en circulación se ha convertido en un secreto inconfesable. Ya no es posible evaluar con precisión el valor de esa moneda.
Por efecto de cascada, Estados Unidos esconde también el costo de su presencia en Irak para poder disimular así el monto de la estafa que está cometiendo.
Renuentes a hacerse cómplices de un proceso que tarde o temprano desembocará en una catástrofe monetaria comparable a la de 1929, varios altos responsables de la Reserva Fédéral (FED) ya presentaron su renuncia [12].
En entrevista concedida al semanario alemán Der Spiegel, el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz estima el monto verdadero del esfuerzo de guerra estadounidense en Irak entre uno y dos trillones de dólares en los cuatro últimos años [13], o sea entre dos y cuatro veces más que las cifras oficiales. La parte oculta del presupuesto de guerra representa por tanto entre 500 000 millones y 1,5 trillones de dólares. Esa suma, de ser incluida en las cuentas, vendría a agregarse al déficit público estadounidense, que sobrepasa ya los 400 000 millones anuales. Esa deuda se paga mediante la fabricación de dólares sin valor real. En una economía de mercado, ese uso de la imprenta de dólares debe dar lugar a una depreciación proporcional de la moneda.
Desde hace tres semanas, una tímida tendencia a la baja comenzó en las bolsas del Golfo [14]. En lo adelante, cualquier crisis política puede desencadenar un movimiento de pánico en los mercados internacionales.
[1] «Asia must prepare for dollar collapse», Al Jazeera a partir de la agencia AFP, 28 de marzo de 2006.
[2] Para más detalles sobre el «pico petrolero», ver «El poder del petróleo en el siglo XXI», por Arthur Lepic y Jack Naffair, Voltaire, 10 de mayo de 2004.
[3] «UAE, Saudi considering to move reserves out of dollar», Middle East Forex News, 22 de marzo de 2006.
[4] «Syria switches from dollars to euros», Associated Press, 14 de febrero de 2006.
[5] «L’Iran va lancer une place d’échanges pétroliers alternative... en euros, Voltaire, 10 de febrero de 2005.
[6] «Iranian oil exchange is ‘on hold’», por Jim Willie, Kitco, 21 de marzo de 2006.
[7] Ver «Irán se alía a China frente a los Estados Unidos», Voltaire, 17 de noviembre de 2004 y «La alianza India-Irán», Voltaire, 17 de febrero de 2005.
[8] «Indonesia, Iran to sign multi-billion-dollar investment deal in refinery», Xinhuanet vía Tehran Times, 14 de marzo de 2006.
[9] «GdF en discussions pour se joindre au projet GNL de Pars», Les Echos, 14 de marzo de 2006.
[10] «Qatar to build ’Energy city’», Emirates News Agency, 5 de mayo de 2005.
[11] «Norwegian Bourse Director wants oil bourse – priced in Euros», por Laila Bakken y Petter Halvorsen, NRK vía Energy Bulletin, 27 de diciembre de 2005.
[12] «Is the federal reserve preparing for Iran?», por Robert McHugh, 26 de febrero de 2006.
[13] "The War Is Bad for the Economy, Der Spiegel, 5 de abril de 2006.
[14] «Black Tuesday: Mideast stock markets nosedive», Middle East Online, 14 de marzo de 2006.
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