Al mismo tiempo, la región hizo una transferencia neta de recursos para servir la deuda externa por más de 200 mil millones de dólares, sólo en los últimos siete años, indicó por su parte un reporte del Observatorio Internacional de la Deuda (OID), organización no gubernamental con sede en Bélgica.

Las cifras son sólo una expresión de los efectos que en la región han tenido los planes de ajuste económico impuestos por organismos financieros internacionales, con los cuales varios gobiernos de la zona tratan de evitar cualquier trato. Se trata de una tendencia que es vista por algunos analistas como el inicio de un cambio de función del FMI y el Banco Mundial, dos entes surgidos después de la segunda Guerra Mundial y que empiezan a perder el protagonismo que los llevó a tener oficinas permanentes en los ministerios de Hacienda o bancos centrales de los países receptores de préstamos.

"La relevancia del FMI no se mide por los titulares de la prensa", comentó Rodrigo Rato, director gerente del organismo. "Su relevancia está en la capacidad que tiene de colaborar con los gobiernos en la consecución de la estabilidad macroeconómica y financiera", dijo el ex ministro de Hacienda español en una reunión con un grupo reducido de reporteros hace unos días en México, en la que estuvo La Jornada.

"No sé si hay un estudio académico que mida la relación entre los titulares de prensa y la estabilidad económica y financiera; yo no la conozco", dijo en tono irónico Rato.