Con Samper fue “a sus espaldas”. Con Uribe II son sus talones…. Las contradicciones entre los generales Naranjo de la Policía y Correa del Ejército, van en aumento. La lista de senadores acusados de vínculo con el narcotráfico apenas comienza. Todo un marco de la crisis institucional, de imagen y de su relación con sectores de la Casa Blanca que pisa los talones a Uribe II.
Cae como coco y en sus pies tiene callos: (i) Las secuelas del ‘conejo’ que puso a los paramilitares con respecto a la extradición, con las consecuencias del computador de Jorge 40 y su memoria. (ii) La pérdida electoral de su socio George Bush, tanto de la mayoría del Congreso de los Estados Unidos como en las elecciones presidenciales de Nicaragua, con el efecto inmediato de caída de Donald Rumsfeld. (iii) La fragmentación y corrupción en la acción de los organismos de inteligencia y su trasfondo: con precampaña para el 2010 de Juan Manuel Santos y su propósito de mantener el conflicto sin favorecer su solución política.
Del elefante al maletín
Ayer, impune, Mancuso declaró en el 2002 que “el 35 por ciento del Congreso era de las auc”. Hoy, con más gravedad, el asunto con el uribismo se repite: Alrededor del 70 por ciento del Senado se encuentra en las cuentas y los cruces de Jorge 40 y de Don Berna. Y en su pillada, los cómplices comienzan a desenrollar.
• Del ‘correo de las brujas’ sale a la luz, que Rasguño, el capo capturado en La Habana, huía de una sentencia por saber y tener información acerca de episodios como testaferro de Álvaro Uribe para la posesión de tierras.
• Su primo Mario Uribe, se mueve con diligencia ante el Fiscal para borrar sus rastros de “lobbysta” paramilitar, en la elaboración de leyes, durante más de una década.
La bomba en la Dirección de Inteligencia
A las ocho de la mañana, el general Montoya y decenas de oficiales cruzaron tranquilos el acceso por la calle 100. Pasaron ‘expuestos’, como ‘blanco fácil’, al frente de la bomba y su dispositivo oculto que no era solo para ‘hacer ruido’. Sin embargo, el Comandante y el resto de los altos oficiales no fueron las víctimas.
Desde hace un tiempo, los Estados Unidos miran con preocupación que su inversión en el llamado ‘Plan Colombia’ no trae a tiempo los frutos que esperaban. Por el contrario, están abocados a una mayor intervención de tropa ‘asesora’ y completar los 5.000 efectivos, claro está con el apoyo de cerca de 6.000 mercenarios o contratistas para el apoyo militar. Sin lograrlo, el Comando Sur exige más eficacia. Y cuando esperan obtenerla… PUM!!! El estallido en el complejo de la Escuela de Inteligencia, la Escuela Superior de Guerra y la Universidad Militar.
Las contradicciones oficiales y el discurso presidencial sobre la autoría del atentado no convenció a los coordinadores de los Estados Unidos. Y en los clubes de oficiales las conversaciones relacionan el hecho y la masacre de Jamundí con víctimas policiales. El hecho cierto es que persiste la tensión entre los mandos de la Policía y el Ejército.
Mientras tanto, el ministro de defensa Juan Manuel Santos repite y repite que en el 2010 el “conflicto debe estar vivo” para que su imagen de ‘duro’ y modernizador de las Fuerzas Armadas le haga el relevo a Uribe. Dada la realidad de la intervención militar de los Estados Unidos, de su utilización y monitoreo sobre la Casa de Nariño; sectores pacifistas y de la mayoría no republicana del Congreso podrían buscar o exigir explicaciones. Con el papel de los grandes medios a su favor, Uribe no las da a las buenas.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter