En la millonaria campaña de propaganda desarrollada por el anterior gobierno y el actual, se planteó que la no suscripción del TLC con Estados Unidos constituiría un gravísimo costo para el país, en la medida que se perdería el mercado norteamericano. En primer lugar, casi tres cuartas partes del comercio peruano se realiza con otros socios, no tenemos un grado extremo de dependencia de ese mercado. En segundo lugar, la no firma y/o la eliminación del ATPDEA, no implica automáticamente la eliminación del acceso al mercado norteamericano, sino el pago de los aranceles NMF que ese país le impone a cualquier otro que quiera exportarle.
No deja de sorprender el doble estándar de los apologistas del TLC. De un lado pregonan la necesidad de la integración al mundo y las bondades de la competencia que impulsará nuestras exportaciones y atraerá inversión extranjera, por lo que los campesinos e industriales nacionales deben ajustarse o reconvertirse a otra actividad. Pero, al mismo tiempo, demandan con el ATPDEA o el TLC, un acceso preferencial al mercado norteamericano como único mecanismo posible para conquistarlo. Los exportadores nacionales deberían tener la competitividad suficiente como para poder exportar sin ninguna “ayudita”.
¿Qué hubiera pasado si se eliminaba el ATPDEA el 2006? ¿Cuánto deberían haber pagado nuestros exportadores? La propaganda desinformó, pero no dio respuesta adecuada a estas interrogantes. No lo hizo, porque los costos en este caso son muy pequeños: menos de 200 millones de dólares (como se muestra en el cuadro 1). Esto no tiene ningún punto de comparación con los costos millonarios que se producirán en la agricultura, los industriales nacionales, en propiedad intelectual, medioambiente, y fundamentalmente en perpetuar el modelo económico neoliberal implementado en los noventa .
Muchas de las exportaciones a Estados Unidos son productos mineros, que ingresan con cero arancel y no necesitan un TLC. Otros productos como los de la cadena textil-confecciones que constituyen la mayor parte de nuestras exportaciones manufactureras a ese país, son las que pagan la mayor parte de los aranceles que se aplicarían.
Cuadro 1
Fuente: elaboración propia
De todos los sectores, la mayor participación la tiene el oro (25% del valor total exportado) pero no paga arancel NMF. De otro lado, Vestidos explica el 15% de las exportaciones, pero representa casi el 67% del valor pagado en aranceles por todos los sectores.
Se hace una división por exportaciones tradicionales y no tradicionales (cuadro 2). El sector tradicional alcanza 3,921 millones de dólares, comparado con los 1, 754 del no tradicional.
Cuadro 2
Fuente: elaboración propia
En el sector tradicional, la mayor participación es la del sector minero, alcanzando cerca del 76% del total. El petróleo y sus derivados se exportan en menor valor (790 millones de dólares), siguen el agropecuario y pesquero con 155 y 10 millones de dólares, respectivamente.
El valor que se paga por el arancel NMF en el sector tradicional (31 millones de dólares), representa aproximadamente el 0.80% del valor total de las exportaciones del sector. Asimismo, el sector que paga un mayor valor de arancel es el correspondiente al petróleo y sus derivados, alcanzando los 18 millones de dólares. Si bien el sector pesquero no paga arancel, este representa el menor valor exportado dentro del sector tradicional (0.27%).
La propaganda oficial también ha tratado de sobredimensionar el comportamiento exportador del sector no tradicional, tratando de señalar que son estas exportaciones con mayor valor agregado, las principales beneficiarias del TLC. Como se puede apreciar en el cuadro 2, el sector no tradicional exportó 1, 745 millones de dólares, alrededor de la mitad del tradicional. El sector textil representa casi el 50% del valor total de exportación no tradicional. También, es el sector que paga más arancel, alcanzando los 130 millones de dólares (80% del total).
En el siguiente cuadro (cuadro 3) se presentan las 10 principales exportaciones del sector textil-confecciones, que representan casi 600 millones de dólares y pagarían eventualmente alrededor de 100 millones en aranceles. Respecto a las confecciones (vestido), el mayor valor exportado pertenece a los “T-shirt” de algodón para hombre o mujer, representando 179 millones de dólares. También tiene el mayor pago por arancel, siendo este el 17% de su valor total exportado.
Cuadro 3
Fuente: elaboración propia
Con respecto a las 10 principales exportaciones agropecuarias (ver cuadro 4), el valor exportado es alrededor de 367 millones de dólares, y el monto potencial de aranceles pagados sería de 12 millones de dólares. De estas, el mayor valor exportado corresponde a los espárragos, frescos o refrigerados, cuyo monto de exportación es 124 millones de dólares, pagando casi el 50% de los aranceles de este grupo. Café sin descafeinar y tostar es el segundo producto más importante (112 millones de dólares); pero, este no paga arancel, como tampoco lo hacen uvas frescas, bananas o plátanos tipo “cavendish valery” frescos, y nueces del brasil.
Cuadro 4
Fuente: elaboración propia
Es decir, que buena parte de nuestras exportaciones agropecuarias (sean tradicionales o no tradicionales), ingresarían al mercado norteamericano con cero arancel, aún si se perdiera el ATPDEA o no hubiera TLC.
En suma, hemos querido mostrar con este ejercicio, el sobredimensionamiento hecho desde la posición oficial para tratar de convencer a la población no solo de las bondades del TLC, sino de la supuesta catástrofe que tendría que atravesar el país, por una eventual no firma.
Esto es falso, existe un costo en términos agregados muy pequeño que el Estado podría cubrir con mecanismos de financiamiento o algunos otros de compensación a los exportadores para que no se vean afectados, tal como se está haciendo en otros países andinos. El margen de preferencia, puede afectar sensiblemente a algunos exportadores si se elimina, pero no parece ser el caso de las principales exportaciones o los productos “estrella” que se destinan a Estados Unidos.
En cualquier escenario, este costo es muy inferior a las estimaciones más conservadoras de lo que representará la implementación del TLC con Estados Unidos, si el Congreso de ese país finalmente lo aprueba.
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