Ha terminado el recorrido del Metrobus en la parada de la calle Marqués de Varela, desciendo del vehículo y empiezo a caminar rumbo al Hospital del Seguro, pero en la esquina de la l8 de Septiembre escucho música ecuatoriana tocada en rondador. Efectivamente, al otro lado de la calle, junto al muro del Hospital, frente a un micrófono de pedestal está un indígena otavaleño que, no en rondador sino en antara, conocida como flauta de pan, interpreta en ese momento “El Toro Barroso”, esa hermosa canción creada por el inolvidable artista Hugo Cifuentes, gran pintor, fotógrafo y músico popular. Me acerco y cuando termina su interpretación, le saludo y le digo que me gustaría entrevistarle para el Periódico “Opción”. Previa su aceptación, le pregunto quién es y qué instrumentos toca.
– “Yo soy otavaleño, me llamo Segundo Lema y, como todos nosotros, ancestralmente, somos conocidos mundialmente como artesanos y artistas, somos embajadores del Ecuador en todo el mundo. Yo toco rondador y antara y también canto, he cantado en el Palacio de Bellas Artes de México, en el año 1974. Canto desde mi niñez, cuando estaba en la escuela de las madres Lauritas en Peguche, Otavalo, en ese época ya cantaba Jesús Fichamba, que también era de Peguche, vecino mío, del mismo barrio, venía cantando desde hace algún tiempo en las calles y después en todo el mundo, eso me gustó a mí y con su ejemplo empecé a cantar, entonces tenía once años, los instrumentos aprendí a tocarlos ya viajando con grupos musicales a Estados Unidos y a España. Yo he viajado mucho por este planeta, para mí ha sido un inmenso placer viajar, el primer país que visité fue México, en 1974, invitado por el Presiente de ese país, en una visita de intercambio cultural, fuimos escogidos después de un concurso en el que salimos en segundo puesto, el grupo Ñucanchi Llacta ganó el primero, ambos grupos fuimos a México representando a nuestro país, el grupo nuestro se llamaba Peguche y nuestra actuación fue muy comentada por todos los periódicos del Distrito Federal, fue algo grandioso. Después salté a Europa, en donde me quedé seis años haciendo música y al mismo tiempo confeccionando ropa para las españolas, usted conoce que el indígena otavaleño es multifacético, es por eso que nosotros en la época de invierno trabajábamos confeccionando ropa y en verano salíamos a tocar, con algunos amigos que también trabajaban en algún taller. Después regresé a Ecuador porque quería mejorar mi solvencia económica, entonces pedí mi visa en la Embajada Americana, la visa era gratis, me dieron la visa para mí y para mi hijo, entonces fuimos a tocar en Nueva York, en Manhatan y en otros Estados, el que más me impresionó fue Washington, que está en la parte este, ahí tuve una experiencia importante con un grupo de amigos con los que andábamos tocando, entonces no teníamos competencia y nuestra música era muy novedosa para los americanos, para los gringos, tocábamos en la calle; yo siempre he tocado en la calle porque creo que la música no solamente debe ser para las personas privilegiadas sino para todo un pueblo, yo siempre he tocado en la calle y la única presentación especial que he tenido es la que ya le conté, en el Palacio de Bellas Artes, en México, también he tenido conciertos aquí en mi tierra, he viajado por Ecuador con grupos de danza y música, invitados por instituciones culturales de Quito, de Guayaquil, de Cuenca”.
Así, de un solo tirón y en contados minutos, con una voz clara y bien timbrada, ha sintetizado su vida el artista popular Segundo Lema, otavaleño de Peguche, comerciante y músico callejero.
- ¿Qué música toca?
– A mí me gusta tocar todo tipo de música, en especial, las canciones románticas con flauta de pan, que aquí le llaman antara, también toco la quena y la zampoña, yo toco la música que le gusta a la mayor parte de la gente, especialmente en Estados Unidos les gusta la música suave para relajarse; eso es lo que hemos grabado con mis hijos y con los amigos, esa música es la que ahora estoy tocando en Quito desde hace un mes y ahora que es diciembre hay que aprovechar las festividades. Yo toco y canto música nacional, sobre todo los sanjuanitos que son otavaleños, porque, como quien dice, un sanjuanito tocado por otros compañeros de Perú o de Bolivia no es sanjuanito, el sanjuanito tocado por los otavaleños es más auténtico y tradicional, así como nosotros no podemos tocar bien un huainito peruano porque lo de ellos es de ellos y lo hacen con toda el alma, como nosotros lo hacemos con el sanjuanito.
- ¿Alguna experiencia especial en estas giras por el mundo?
– Mis andanzas por el mundo han sido como las de cualquier persona, ha habido lo bueno y lo malo, lo malo por ejemplo, es que ahora ya no se puede viajar libremente a los Estados Unidos, desde el derrumbe de las torres gemelas se ha restringido mucho el ingreso a los Estados Unidos y en las calles ya no nos dejan tocar, solo se puede tocar en los festivales que organizan los mismos americanos, el resto está restringido por la seguridad del país norteamericano.
- ¿Ha representado al país en algún evento internacional?
– Por supuesto, he representado al Ecuador con la música y con las artesanías, en ferias internacionales, la última vez fue en Madrid en la Feria del Campo, que es famosísima, igual en Barcelona; conjuntamente con mi hermano hemos demostrado la artesanía ecuatoriana; es necesario destacar que los indígenas otavaleños siempre hemos sobresalido personalmente, sin ningún apoyo del gobierno, que nunca nos ha ayudado, a pesar de que existe un departamento en la chancillería creado para ese fin. El indio otavaleño siempre ha estado rodando por todo el mundo, con la solvencia económica de su propio bolsillo, nada más, por eso es que yo digo que los otavaleños somos conocidos en todo el mundo.
– ¿Ha vivido de la música?
– Yo he vivido del arte, también del comercio de los tejidos de Otavalo, hay muchas personas que valorizan lo que uno interpreta, nuestra música es conocida mundialmente y la gente la aprecia, yo no puedo quejarme, no he hecho una fortuna pero he sobrevivido y estoy haciendo estudiar a mis hijos, ellos estudian en la Universidad de Ibarra, el uno arquitectura y el otro idiomas, pero igual siguen mis pasos en la interpretación de la música, pero ellos la llevan como un arte, porque ahora están dedicados al estudio.
- ¿Cuántos discos ha publicado?
– Yo he publicado cuatro discos, solamente uno es cantado, los otros tres son instrumentales, son los que estoy vendiendo aquí: uno de música nacional, otro de música internacional y uno de música navideña.
Harminado la entrevista, muy tranquilo voy visitar a mi cardiólogo.
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