Alcalde, ¿a qué se debe esta visita?
Samuel Moreno.- La visita a este colegio tiene tres propósitos: uno, hacer realidad lo que se dijo en la campaña, es decir, vamos a estar presentes en las localidades, revisando las obras, hablando con la ciudadanía. Esta es una administración muy en contacto con los problemas que la afectan; segundo, comprobar el avance de colegios como éste, precisar para cuándo se podrían poner en servicio; tercero, como es nuestro propósito, explicando cuál es nuestra propuesta educativa.
¿Cuáles son los pilares de la propuesta educativa que usted lidera?
S.M.- Primero, seguir trabajando en el tema de cobertura y construir nuevos colegios, reforzando estructuralmente otros. Y segundo, que es el gran reto que nos hemos puesto, lograr una educación pública de excelencia. Solamente con este tipo de educación podemos preparar efectivamente a nuestros niños, niñas y jóvenes para el reto de una sociedad del conocimiento.
¿Cómo se puede entender la excelencia?
S.M.- La educación tiene que partir de colegios mejor dotados. Éste, todos los demás que construiremos, tendrá biblioteca, áreas virtuales, salas tecnológicas, comedores, laboratorios, es decir, contará con una dotación muy importante para beneficiar a nuestros estudiantes.
Incluye, además, formación y capacitación de los docentes. No ahorraremos esfuerzos ni recursos para mejorar las condiciones de formación y capacitación, de actualización y acceso a las nuevas tecnologías por parte de los docentes de la capital de la República. E incluye, como una sola propuesta, preparar el tema de la sociedad del conocimiento. Allí juega un papel fundamental la inversión que haremos en tecnología, todo lo cual significa bilingüismo, lo que a la vez implica convenios para mejorar las condiciones que garanticen una educación pública de excelencia. El último punto se refiere a la articulación de la educación media con la superior, pues tenemos una brecha enorme entre la cantidad de jóvenes bachilleres que egresan de los colegios públicos y el número de ellos que ingresa a instituciones de educación superior.
Para superar esta brecha, desarrollaremos convenios con instituciones educativas superiores, y sobre todo tenemos que fortalecer la Universidad Distrital en oferta educativa. Con estos temas –cobertura, calidad y específicamente lo que trabajemos en calidad de la educación–, podemos construir la Bogotá positiva que siente las bases del desarrollo futuro de nuestra ciudad.
Alcalde, ¿cuál es el propósito con el tema de gratuidad?
S.M.- Yo insisto mucho en lo siguiente: el programa de gobierno que se llama “La Bogotá positiva por el derecho a vivir mejor” se va a cumplir en su totalidad. Cuando culmine nuestro mandato, el 31 de diciembre de 2011, la gratuidad será una realidad hasta el grado 11. Es decir, educación gratuita, buena, de calidad, de excelencia, y educación para todos los niños y jóvenes de nuestra ciudad.
¿Cómo se mantendrá el tema de los restaurantes escolares?
S.M.- Todo lo que significa alimentación tiene que ver con el mejoramiento de la calidad de la educación. Y para eso vamos a fortalecer el programa de Salud al Colegio, es decir, la atención básica a niñas, niños y jóvenes en las aulas escolares; y la ampliación del número de refrigerios que se están distribuyendo hoy en los colegios oficiales de Bogotá. Actualmente se garantizan un poco más de quinientos mil refrigerios diarios, y la idea y la meta que tenemos es ampliarlos en estos cuatro años a un millón.
¿Alcalde, qué se debe modificar y qué se debe profundizar en materia de salud al hogar y Bogotá sin hambre?
S.M.- En el tema de Salud al Colegio, hemos detectado que, focalizando la población, podemos desarrollar acciones de prevención y promoción. Igualmente, colegios como éste y las nuevas infraestructuras que se hagan, con reforzamiento escolar, inclusive la ampliación de colegios existentes, se hará énfasis en la educación preescolar, es decir, los tres grados de educación preescolar, en los que también estamos comprometidos.
Salud al Colegio y todo lo que significa refrigerios escolares son igualmente programas y objetivos específicos que tienen que ver con mejorar la calidad de la educación, la permanencia, la pertinencia, y sobre todo las condiciones dignas de una educación pública para todos y todas.
¿Existen recursos suficientes para estos proyectos?
S.M.- Para 2008 tenemos financiado todo lo que proyectamos, y vamos a tener la posibilidad de ampliar un poco más los recursos. Entre los retos grandes de los próximos años está lograr la sostenibilidad fiscal de este tipo de programas, la ampliación de los beneficios y en especial un manejo transparente de los recursos públicos de la ciudad.
El lunes 14 se inició la elaboración de las líneas gruesas del Plan de Desarrollo (Bogotá Positiva). Una vez presentado el 28 de febrero al Concejo de Bogotá, allí tendremos la posibilidad de definir el Plan de Inversiones de los próximos cuatro años y las metas específicas sobre las cuales trabajaremos. Dentro del Plan de Desarrollo estableceremos criterios, herramientas e instrumentos, para que efectivamente la ciudadanía, los medios de comunicación y cualquier entidad pública y privada puedan efectivamente saber cómo se avanza, el nivel de cumplimiento de las metas, lo cual es muy importante porque así se les puede exigir más a los secretarios o los directores que estén colgados en el cumplimiento de las metas.
La doctora Mónica de Greif acaba de posecionarse, ¿cuáles son los retos de la Secretaría de Desarrollo Económico?
S.M.- Esta Secretaría tiene un reto enorme, como las ventas ambulantes, la generación de empleo y la creación de Banca Capital para fortalecer los microcréditos, y eliminar barreras de acceso en el crédito a las pequeñas y medianas industrias, lo mismo que el turismo (cómo generar ingresos a la ciudad por esta vía). Bogotá se convirtió en el principal destino turístico tanto en lo nacional como en lo internacional, y ahí tenemos una fuente enorme de ingresos y recursos. Por consiguiente, esta Secretaría tiene por delante unos retos muy grandes, y será éste un instrumento muy útil en nuestra Administración para mejorar las condiciones de competitividad, de turismo, y sobre todo de generación de empleo y de acceso a créditos para aumentar la fuerza productiva de la ciudad.
¿Estamos hablando de una banca de pobres?
S.M.- Banca Capital la hemos denominado, para lograr acceso a crédito, eliminando barreras de garantías a esos recursos, y miren algo que sorprende: el 80 por ciento del empleo que se genera en Bogotá proviene de las pequeñas, las medianas y las empresas familiares. Entonces, imaginen el reto tan grande que tenemos en este tema de Banca Capital.
¿Cómo se proseguirá con las Alcaldías Menores?
S.M.- Por lo menos el 50 por ciento estará compuesto por mujeres.
Alcalde, ¿cuáles son las estrategias para garantizar la participación ciudadana?
S.M.- Justamente, la ciudadanía tiene que participar, empoderarse; su acción es fundamental, no solamente en la discusión de los Planes de Desarrollo locales sino igualmente en precisar las prioridades del presupuesto.
¿En qué va la discusión con el Gobernador de Cundinamarca con respecto a la relación Bogotá-Región?
S.M.- Ese es otro eje de nuestro Plan de Gobierno. Ya estamos precisando con el Gobernador las líneas principales de lo que haremos.
¿Cómo será la coordinación con el Polo?
S.M.- Directa, eso no tiene problema alguno.
¿Será una Alcaldía con el Polo?
S.M.- Va a ser una Alcaldía con el programa que inscribí, independiente de la afiliación política. Yo lo dije en la campaña: aquí caben muchas personas, y lo único que les pido es compromiso, seriedad, y que se cumpla todo lo que está escrito en nuestro programa.
Alcalde, ¿Usted tiene programadas reuniones con los gobiernos de Bolivia, Argentina, Brasil y otros países que marcan un giro progresista en la región?
S.M.- Hicimos una gira por los países europeos. Hay una relación muy directa y la relación de Bogotá como principal ciudad de la región andina tiene que ser muy directa con todos los gobiernos progresistas y democráticos, no sólo de América Latina sino también del mundo.
Voces desprevenidas sobre la nueva Administración de Bogotá
La definición, por demás polémica, del nuevo gabinete de Bogotá ha suscitado todo tipo de debates y sobresaltos que ameritan una lectura pausada y con mirada de futuro.
Continuidad merecida
En primer lugar, la decisión de dar continuidad al trabajo en las Secretarías de Educación y Salud, así como en el programa “Bogotá sin Hambre”, ratificando a quienes vienen de la administración anterior, ha sido leído por algunos como la cuota Lucho en el gobierno de Samuel, y por otros como un justo y necesario reconocimiento a los programas que le dejaron a la ciudad grandes avances y satisfacciones. Claro está, no sin antes insistir en la insoslayable profundización de la calidad educativa; hacer realidad el sueño del derecho a la salud, tanto en lo preventivo como en lo curativo, y fortalecer las redes de producción agrícola campesina, las cadenas de comercialización popular y las organizaciones comunitarias encargadas de la circulación de alimentos en los sectores pobres de la ciudad, como contraposición a los grandes monopolios comerciales.
“Se gana con el Polo y se gobierna con Samper”
Es otra de las voces que se escuchan en diversos ámbitos capitalinos. Que junto con la cuota gavirista, la de César, claro está, vocero y presidente del partido liberal, representa casi una tercera parte del gabinete. Será “un gobierno de centro, que saluda con la derecha y se despide de la izquierda”, anotaba el otro día un paisano en un clásico café de Bogotá. Los más ilustrados amplían tal preocupación recordando experiencias de otras latitudes y anotando que a la izquierda siempre se le llama para “administrar las de crisis”. Bueno, no falta quien con acento entre irónico y realista diga “¿pero qué esperaban, si así fue con Lucho?”.
Ahora, todos con él
Una ciudad que ha demostrado en quienes acuden a las urnas, todavía minoritarios, que la elección de sus gobernantes es cada vez más consciente e independiente, no logra acabar de comprender por qué quienes durante el debate electoral atacaban de manera despiadada en los medios de comunicación a un candidato, hoy, después de su incuestionable triunfo, lo saludan con beneplácito y lo adulan de manera melosa y casi sospechosa. Bueno, es éste el resultado de un “verdadero debate democrático”, en que se marcan las diferencias y se reconocen los aciertos, claro está, siempre y cuando se garantice una buena participación en el reparto burocrático y que no les falte la “pauta publicitaria” a los medios que ejercen el “control político” de las acciones del gobierno.
“Aquí no se hace la revolución”
En busca de una participación equitativa en el gobierno distrital, pasan interminables horas de espera y una que otra antesala, como primera acción política de quienes retornan o acceden por primera vez al Concejo de la ciudad. Los novatos no comprenden todavía las reglas del acuerdo político y ven pasar ternas de posibles contralores, junto con la lista de los 12 convidados a la “última cena” como posibles personeros(as) y el consabido comentario: “Uno es para los liberales y otro para el Polo”. Quienes ayer nos ilustraban en el debate electoral marcando posiciones irreconciliables, hoy ya elegidos y nuevamente en un “sano diálogo democrático”, diluyen sus diferencias en acuerdos políticos en los cuales se suman todas las siglas para una verdadera ‘Convergencia’ en que se ‘Mira’, se recuerda la antes incomoda vocal U, se propone uno que otro ‘Cambio Radical’, se plantea que un poco de ‘conservadurismo’ no hace daño, y todo esto para por fin tener otro ‘Polo’ en el recinto deliberativo de la democracia capitalina. De aquí surgen los nombres alternados de quienes serán los presidentes del Concejo y las alianzas necesarias para gobernar sin sobresaltos. Uno de los más experimentados, eso cree él, nos dijo: “Compañeros, aquí no se hace la revolución; sólo se ajustan algunos engranajes y se convive con las diferencias en este necesario período de transición”. La mayoría no entiende –no entendemos– qué significa esto. Pero si ya lo elegimos, él debe saber lo que hace, y lo que es mejor para todos y todas.
Creando condiciones para los créditos que vendrán
Pero las tareas no son fáciles. Ese humor cachaco, que al parecer sólo entienden ellos, nos recuerda que “el mayor reto que afronta un Alcalde de Bogotá, por lo menos así lo muestra la historia reciente, es construir el puente de la Calle 92 sin que se le caiga”, y ahora nos vemos enfrentados a la faraónica tarea de construir “el metro”, y no son pocas las preocupaciones e interrogantes: ¿cómo financiarlo? ¿cómo construirlo? ¿cómo administrarlo? ¿cómo mantenerlo? ¿cómo? ¿cómo? ¿cómo? Bueno, no existen aún instrumentos en el mercado financiero capitalino ni en el tradicional mercado internacional que nos aseguren créditos y garantías para recoger los dineros necesarios para su construcción, acordes con los principios y políticas de una economía social no capitalista. Igualmente, las tecnologías apropiadas son también del otro lado, por así llamarlo. La credibilidad o garantías necesarias para asignar los créditos no se las otorgan precisamente a quienes tradicionalmente han estado en la crítica política y económica del sistema imperante.
La presión social y los compromisos adquiridos en la campaña, contenidos en el Plan de Gobierno, de obligatorio cumplimiento, exigen que se realicen todos los esfuerzos y acciones necesarias para tales propósitos. Así las cosas, hay que buscar personas nuevas, “neo”, que con miradas amplias, flexibles y “liberales” tengan la capacidad requerida para hacer lobby –como se dice en el argot popular– y “les pasen al teléfono”, para conversar con quienes tienen el dinero, la tecnología y la capacidad de gestión de una obra como el metro para Bogotá, prioridad de la Secretaría de Hacienda. Nunca falta el entusiasta nacionalista que afirma que “tenemos gente de sobra, hay que creer en lo nuestro”, a lo cual responden los realistas: “Mientras los encontramos y ellos realizan su tarea, se nos pasan los cuatro años de gobierno y no hemos hecho nada”. En estas condiciones, dice otro desprevenido contertulio: “Con que logremos hacer aunque sea un mero centímetro del metro, démonos por bien servidos”.
Un realismo que ojalá no frustre
Por todo lo anterior y zanjando las discusiones, responde el gobierno distrital, necesitamos gente técnica, capaz, honesta, responsable, conocedora del tema, pero sobre todo que, siendo de los otros, los atiendan los otros y les presten la platica. Nuevamente la tarea aquí es “ser realistas”. El nuevo Gabinete, en el entender de muchos y muchas, es ‘realista’, ‘técnico’, ‘equilibrado políticamente’, ‘entusiasta’ y con todas las virtudes terrenales necesarias para llevar a feliz término la tarea que le encomendamos en las urnas. Bueno, dicen otros: “¿Será que en lo que nos equivocamos es en lo que queríamos cuando votamos y no medimos las consecuencias?”, porque “si los elegidos para ser realistas políticos tienen que hacer tantas cosas, ¿qué tenemos que hacer los realistas del diario vivir para satisfacer nuestras demandas y necesidades? También son realismo el desempleo, la falta de vivienda, la falta de garantías políticas, la colas para ser atendidos en los hospitales, el trancón en las calles, la inseguridad, los jóvenes desaparecidos y/o asesinados en los barrios populares, los habitantes de la calle, las mujeres maltratadas, las palabras de protesta violentamente silenciadas, la baja calidad educativa, la falta de equidad en el reparto de los bienes colectivos, el madrugón para poder llegar a tiempo al trabajo, el salario mínimo que no alcanza ni para lo mínimo, la economía informal, en fin… tantas y tantas realidades del diario vivir. Es ésta la más “Clara” tarea que les queda a la Secretaría de Gobierno y las entidades que la componen.
Crítica sana, el mejor acompañamiento
Samuel, quizás la mejor forma de acompañar su gobierno, por parte de quienes lo elegimos y de quienes quieran sumarse en el propósito de construir una ciudad más justa, equitativa y amable, o, mejor, una “Bogotá positiva”, será continuar en el realismo diario de la crítica, de la participación activa en la toma de decisiones, del control ciudadano y la veeduría sobre las acciones de gobierno; de la exigencia día a día por la honestidad, la transparencia y la justicia; y también, si es necesario, de la movilización pacífica, masiva y fraterna para que se escuchen en las calles todas estas voces que pocas veces pueden llegar al oído de los gobernantes porque no son acordes con quienes ostentan el poder de los grandes medios de comunicación.
Bienvenido, entonces, el nuevo gobierno, su gabinete y sus propuestas, en tanto sean nuestras y representen nuestros deseos y opiniones, expresadas en el voto que consignamos por ustedes. Porque las bogotanas y bogotanos estamos a la altura y exigencias de nuestra realidad, no dudamos de que ustedes estén a la altura de la responsabilidad que conjuntamente asumimos.
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