Conacyt incumple con la aplicación de fondos y entrega de estímulos fiscales para consolidar la investigación y el desarrollo de tecnología. No se comprometen más de 519 millones de pesos y 48 más tampoco son aplicados en el desarrollo de proyectos para el fomento de la ciencia
En incentivos fiscales, las empresas privadas son beneficiadas fuera de la normatividad con 10 millones de pesos y 79 más no son aplicados por contribuyentes: ASF.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) incurre en anomalías por 656 millones de pesos, señala la Auditoría Superior de la Federación (ASF). La entidad fiscalizada no compromete 519 millones 360 mil 200 pesos del Fondo Institucional para el Fomento de la Ciencia (Foins) a proyectos de investigación, como tampoco vigila la aplicación de 48 millones en proyectos ya convenidos.
La revisión y fiscalización superior de la cuenta pública 2007 apunta que tampoco cumplió con la ejecución adecuada del Programa de Estímulos Fiscales para la Investigación y Desarrollo de Tecnología.
En los “Informes de la auditoría financiera y de cumplimiento al Fondo Institucional para el Fomento de la Ciencia” y el “Informe de la auditoría especial al Programa de Estímulos Fiscales para la Investigación y Desarrollo de Tecnología”, la ASF observa que el Conacyt no garantiza que los recursos transferidos sean aplicados en su totalidad en el desarrollo de propuestas científicas y tecnológicas, pues la supervisión y los sistemas de control son insuficientes.
La auditoría determinó que empresas privadas son beneficiadas por 9 millones 599 mil pesos en incentivos fiscales mientras gozaban de apoyos de otros programas y constituían fideicomisos.
Mientras que 20 contribuyentes no aplicaron estímulos por 78 millones 593 mil 900 pesos y 33 aplicaron 44 millones 940 mil 700 de más.
Además, el organismo público descentralizado, responsable desde 1970 de la elaboración de las políticas de ciencia y tecnología, no emite informes sobre el impacto, beneficios y avances que México obtuvo con la entrega de estímulos fiscales a empresas privadas e instituciones.
En 2007, el Conacyt orientó 1 mil 96 millones para incentivar la investigación científica y tecnológica; otorgó 18 mil becas para la formación de recursos humanos calificados e inscribió a 12 mil 96 investigadores de mérito.
Fondos del Conacyt sin aplicación
El fideicomiso del Foins reportó en 2007 un saldo por 863 millones 667 mil 700 pesos. Tuvo ingresos por 391 millones 990 mil 200 pesos y egresos por 434 millones 100 mil 200 pesos.
Su objetivo es otorgar financiamiento para desarrollar proyectos, becas y formación de recursos humanos; creación y consolidación de empresas, grupos y centros de investigación; entrega de estímulos y reconocimientos y divulgación en el ámbito de la ciencia y la tecnología La ASF comprobó que, al 31 de diciembre de 2007, del saldo final del Foins sólo 344 millones 307 mil 400 pesos se utilizaron en 910 proyectos de investigación científica, mientras que los 519 millones 360 mil 200 pesos no se asociaron a algún proyecto.
El “Informe de la auditoría financiera y de cumplimiento al Fondo Institucional para el Fomento de la Ciencia” enumera que en 2007 se aprobaron 1 mil 365 proyectos por 155 millones 414 mil 400 pesos, que representan el 66 por ciento del presupuesto total por 235 millones 284 mil 300 pesos.
La ASF observa que los recursos que el Conacyt mantiene en el Foins exceden el monto de los proyectos apoyados: “El Conacyt no garantiza que los recursos transferidos al fondo sean aplicados en su totalidad, ocasionando que se mantengan recursos disponibles no destinados a actividades directamente vinculadas con los programas y el desarrollo de proyectos de investigación científica y tecnológica”.
Seis empresas privadas obtuvieron 17 millones 517 mil 300 pesos a través del Foins: Urbanizaciones Inmobiliarias del Centro, Tecnologías Innovadoras Orgánicas, Transmisiones y Equipos Mecánicos, Prefixa Visión, Obras de Arte, Inventos, Sueños y Comercializadora de Productos Básicos de México.
También el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, el Centro de Investigación y Estudios Avanzados, la Secretaría de Investigaciones y Postgrado del Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zuriban, el Colegio de la Frontera Norte y el Centro de Investigación en Materiales Avanzados recibieron apoyos económicos por 106 millones 60 mil 700 pesos. A su vez, el Foins financió cinco fondos por 328 millones 39 mil 500 pesos, cuatro en conjunto con la Secretaría de Educación Pública, con la Secretaría de Economía y con el gobierno de Chiapas, y uno más para emprendedores.
La auditoría 07-1-3890X-02-0353 comprobó que hasta la fecha de revisión, en agosto de 2008, Urbanizaciones Inmobiliarias del Centro no entregó al Conacyt el informe de cierre, que debió haber presentado a los 30 días naturales a partir de la fecha de terminación del proyecto.
Asimismo, Transmisiones y Equipos Mecánicos recibió 4 millones 893 mil 400 pesos para el proyecto “Diversificación del portafolio de productos de TRMEC, mediante el diseño, desarrollo y prueba de una transmisión de velocidad variable para aplicación en vehículos todo terreno”.
La entidad fiscalizada proporcionó comprobantes por 3 millones 657 mil 400 pesos y por un reembolso de 908 mil 800 pesos, mas no de los 327 mil 200 pesos restantes. Por ello, la ASF presume un daño o perjuicio al Estado en su hacienda pública por dicha cantidad.
En tanto que Obras de Arte, Inventos, Sueños, Urbanizaciones Inmobiliarias del Centro, Prefixa Vision Systems y Tecnologías Innovadoras Orgánicas comprobaron apoyos por 10 millones 962 mil pesos, incluyendo el Impuesto al Valor Agregado (IVA) por 813 mil 200 pesos; Comercializadora de Productos Básicos y Transmisiones y Equipos Mecánicos no comprobó apoyos, aun cuando obtuvieron recursos por 6 millones 555 mil 300 pesos. Por ello, la ASF recomendó al Conacyt evaluar si el IVA debe o no ser considerado en la comprobación de los gastos.
En cuanto a las instituciones beneficiadas, el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional sólo recibió 38 de los 42 millones de pesos que el Conacyt se comprometió a entregar para el proyecto “Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad Vegetal y Microbiana-Langebio”.
El Conacyt transfirió el monto sin cumplir con el calendario y la entrega previa de informes técnicos y financieros establecidos en el convenio de asignación de recursos FONINST- 314-06 firmado con el Cinvestav.
El reporte advierte que el centro no realizó el proyecto, por lo que contravino lo establecido en el acuerdo. El director del proyecto solicitó una prórroga de 10 meses, autorizada por el Comité Técnico y de Administración del fondo.
Para la “consolidación del laboratorio clínico nacional de máxima seguridad biológica para el estudio de la tuberculosis y de enfermedades emergentes”, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zuriban percibió 10 millones de pesos del Foins; sin embargo, hasta agosto de 2008 la entidad no había aplicado la cantidad.
El informe de la auditoría aclara que se estimó que el proyecto concluirá el 14 de mayo de 2009: “Lo anterior denota que el Conacyt no ha vigilado la debida aplicación y aprovechamiento de los recursos otorgados al instituto”.
En ambos casos, la ASF solicitó al Órgano Interno de Control en el Conacyt realizar las investigaciones pertinentes y, en su caso, fincar las responsabilidades administrativas sancionatorias derivadas de los actos u omisiones de los servidores públicos que en su gestión no realizaron el seguimiento técnico y financiero del apoyo otorgado al Cinvestav y al Instituto Salvador Zuriban.
Descontrol en estímulos fiscales
En la revisión y fiscalización superior a la cuenta pública 2007, la ASF concluyó que el Conacyt incumplió con las disposiciones normativas aplicables a la ejecución del Programa de Estímulos Fiscales para la Investigación y Desarrollo de Tecnología.
El artículo 219 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR) determina que se otorgarán estímulos fiscales del 30 por ciento de los gastos realizados en la investigación y el desarrollo de tecnología contra el gravamen causado en el ejercicio de dicho crédito. De 2001 a 2007 se entregaron beneficios por 13 mil 911 millones de pesos a 2 mil 659 empresas en la realización de 8 mil 833 proyectos. Según el “Informe de la auditoría especial al Programa de Estímulos Fiscales para la Investigación y Desarrollo de Tecnología”, en 2007 se autorizaron en la Ley de Ingresos de la Federación incentivos por 4 mil 500 millones de pesos para investigación y desarrollo de tecnología en la obtención de nuevos productos, procesos o servicios.
En total, 621 contribuyentes del ISR recibieron incentivos para 1 mil 918 proyectos.
El Conacyt coordinó 24 centros públicos de investigación que realizaron 3 mil 583 proyectos. Para tal efecto, orientó 4 mil 456 millones 118 mil pesos.
En suma, ese año se destinaron 8 mil 956 millones 118 mil 100 pesos para culminar 5 mil 501 proyectos de investigación y de desarrollo tecnológico; sin embargo, la ASF detectó que el Programa de Estímulos Fiscales para la Investigación y Desarrollo de la Tecnología carece de un plan operativo anual.
La entidad fiscalizada no emitió un informe global de los impactos y beneficios que el país obtuvo con la entrega de estímulos fiscales. La ASF concluye que no se refleja la importancia que representa para la economía nacional el otorgar dichos estímulos fiscales a las empresas causantes de ISR y del impuesto al activo: “El sector público desconoce si, al haberse otorgado estímulos fiscales, el país ha logrado avances en materia de investigación y desarrollo de tecnología”.
La ASF observa fallas en la supervisión del programa, pues el Comité Interinstitucional para la Aplicación del Estímulo Fiscal a los Gastos e Inversiones en Investigación y Desarrollo de Tecnología autorizó apoyos pese a que los beneficiaros ya habían recibido otros apoyos para el desarrollo de su proyecto.
El artículo segundo transitorio de la LISR, para el ejercicio fiscal 2002, dispuso que los contribuyentes, que constituyeron fideicomisos, podrían aplicar el estímulo siempre que agotaran dichos fondos. Sin embargo, tres beneficiarios reportaron saldo en los fideicomisos por 5 millones 272 mil 800 pesos y recibieron incentivos por 1 millón 685 mil 300 pesos para cuatro proyectos.
Por lo que el máximo órgano de fiscalización emitió una promoción del ejercicio de la facultad de comprobación fiscal para que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) auditara a los empresas con registro federal de contribuyentes (RFC) FMI75060644A, FJV960705LN6 y IFB0311173P8.
Aunque las reglas de aplicación establecen que gastos e inversiones no podrán ser financiados con apoyos de otros programas del Conacyt, dos contribuyentes que recibieron beneficios al amparo de la Ley de Ciencia y Tecnología, por 6 millones 73 mil 100 pesos, gozaron además de un estímulo por 7 millones 902 mil 700 pesos.
La ASF considera que el sistema de control interno del programa “no brinda una seguridad razonable, en virtud de que el procedimiento de estímulos fiscales no es transparente por las diversas fallas y omisiones que se presentan en la información capturada por los contribuyentes”.
Al respecto, agrega que el sistema informático del Conacyt no vigila la aplicación que los contribuyentes hacen de los estímulos fiscales.
En contravención de lo dispuesto por las reglas generales, 20 empresas no aplicaron incentivos por 78 millones 593 mil 900 pesos en 2007, aun cuando manifestaron tener un impuesto a cargo por 432 millones 332 mil 700 pesos; mientras que 33 contribuyentes aplicaron un monto de más, por 267 millones 208 mil 600 pesos, cuando sólo se les autorizó un apoyo por 222 millones 267 mil 900 pesos.
En caso de que el crédito sea mayor al impuesto causado, la normatividad define que los contribuyentes aplicarán la diferencia que resulte en los 10 ejercicios siguientes hasta agotarlo en las declaraciones anuales; no obstante, ello no se cumplió y el órgano de fiscalización sugirió una promoción del ejercicio de la facultad de comprobación fiscal para que el SAT audite a los contribuyentes que incurrieron en dichas faltas.
La auditoría 07-1-3890X-06-1066 constató que cinco contribuyentes fueron beneficiados (con 6 millones 665 mil pesos en incentivos) sin estar inscritos en el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas.
El Comité Interinstitucional canceló los apoyos que les fueron otorgados; no obstante, “el titular de la Dirección de Estímulos Fiscales, en su carácter de secretario técnico del comité, no aseguró la operación del programa conforme a las reglas generales”.
Por lo que la ASF recomendó que el SAT audite a los beneficiarios con los RFC ACM-990910-265, BME-860403-9GO, MPE-940422-NP5, PME-960930-B53 y VIM-970403-775.
En los reportes que deben presentar los contribuyentes –explica la ASF– no se realiza el análisis y la evaluación de su contenido, toda vez que se da por cumplida dicha obligación con sólo enviar on line el respectivo informe, sin que se confirme que los formatos fueron llenados adecuadamente.
Así, cuatro empresas, con incentivos por 2 millones 257 mil 100 pesos durante 2005, no presentaron sus informes cuando tenían un plazo máximo hasta el 15 de abril de 2007. El Conacyt no canceló los incentivos, no obstante que se establece así en las Reglas Generales para la Aplicación del Estímulo Fiscal a la Investigación y Desarrollo de Tecnología y Creación.
El órgano de fiscalización agrega que las cartas bajo protesta de decir verdad, que se presentan al momento de solicitar los incentivos, no contenían todos los datos y documentos requeridos.
Y es que 200 de los beneficiados omitieron mencionar si habían presentado sus declaraciones de pagos provisionales por el ejercicio fiscal de 2007 y que no tenían créditos fiscales a su cargo por impuestos federales.
Tampoco se identificó que las solicitudes previeran la revisión y verificación física de los gastos e inversiones, a fin de corroborar el cumplimiento de los requisitos fiscales y administrativos.
Las observaciones realizadas por la ASF alcanzaron un monto de 3 millones 942 mil 400 pesos. En total, el órgano de fiscalización emitió ocho recomendaciones, cuatro promociones del ejercicio de la facultad de comprobación fiscal, dos recomendaciones al desempeño y ocho promociones de responsabilidad administrativa sancionatoria.
Para la elaboración de este trabajo se solicitó conocer la posición del Conacyt. Hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
Observaciones al programa de Conacyt
El 12 de enero de 2009 el Conacyt le presentó a la Auditoría Superior de la Federación tres evaluaciones externas al Programa de Estímulos Fiscales para la Investigación y Desarrollo de Tecnología.
El informe Rentabilidad, innovación y políticas de apoyo a I&D en México, elaborado en marzo de 2008 por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), sugirió que:
• Se busque el mayor rigor posible en la evaluación de los proyectos elegibles, de tal manera que se apoyen aquéllos que no se realizarían en la ausencia del estímulo fiscal
• El objetivo de los estímulos se podría precisar en función de las prioridades del alcance nacional, incluyendo la capacidad de innovación y competitividad
• Sería conveniente hacer una doble revisión de la información entregada por las empresas con otras instancias de gobierno o de información pública, para integrar una base de datos confiable, pues cualquier evaluación futura enfrentará los mismos problemas de disponibilidad de datos que la realizada por el CIDE El informe Resultados preliminares de la evaluación del Programa de Estímulos Fiscales, realizado por la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico, señaló que:
• No se verifica la información otorgada por los beneficiarios
• No coincide el número de patentes reportadas en 2003 con las reportadas por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial
• Resulta difícil comparar los resultados de la aplicación de estímulo fiscal de las grandes empresas Las evaluaciones hechas en 2005 y 2006 por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y el despacho Esteva Maraboto Consultores coincidieron en:
• No hubo información suficiente en las bases de datos para proporcionar resultados acerca del número de patentes producidas, de nuevos productos, procesos o modificaciones
• No se tenían datos suficientes para afirmar que el número de investigadores en la industria privada ha aumentado, al menos en las empresas que han recibido apoyo por parte de este programa • No se encontró evidencia acerca de los beneficios económicos que los proyectos le han generado a los contribuyentes que los realizan (PM).
Fuente original: Revista Contralínea
CONTRALÍNEA 129
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