Carta de fecha 8 de junio de 2010 dirigida al Presidente
del Consejo de Seguridad por el Representante Permanente
de la República Popular Democrática de Corea ante las
Naciones Unidas
La presente carta se relaciona con la evolución reciente de una situación grave relacionada con la península de Corea. El 20 de mayo de 2010, las autoridades de los Estados Unidos de América y la República de Corea publicaron los “resultados de una investigación” que vinculaban forzosamente el hundimiento del buque de guerra Cheonan de la República de Corea con la República Popular Democrática de Corea. De inmediato, la República Popular Democrática de Corea rechazó por completo los “resultados de la investigación” y aclaró su posición, señalando que no había tenido nada que ver con ese incidente y proponiendo enviar al lugar de los hechos a su propio grupo de inspectores de la Comisión de Defensa Nacional para que realizara una evaluación objetiva de los “resultados de la investigación”. Sería muy conveniente recordar las crecientes dudas y críticas formuladas a nivel internacional, más allá de las fronteras internas de la República de Corea, respecto de los “resultados de la investigación”, desde el momento mismo en que éstos se publicaron. Con el paso de los días, el examen objetivo y científico de este incidente desde el punto de vista militar y los hechos en torno a él, demuestran que se trata de una farsa que sólo busca servir a los fines políticos y militares de los Estados Unidos. La clave para resolver este caso yace en que la República Popular Democrática de Corea, que es la víctima, está dispuesta a verificar y evaluar los “resultados de la investigación” sobre una base científica. Es imprescindible que el Consejo de Seguridad no vuelva a caer en la situación en que cayó una vez cuando fue utilizado indebidamente como instrumento de la prepotencia y hegemonía de los Estados Unidos al legitimar su invasión armada al Iraq sobre la base de las falsedades expuestas por el Sr. Collin Powell, Secretario de Estado de los Estados Unidos, en febrero de 2003. El Consejo de Seguridad tiene el deber de adherirse a los principios de imparcialidad y respeto de la soberanía de los Estados Miembros de las Naciones Unidas, como se establece en la Carta de la Organización. El Consejo de Seguridad es un órgano cuya misión fundamental consiste en salvaguardar la paz y la seguridad mundiales. Si el Consejo de Seguridad, en su calidad de órgano encargado de esa misión, desea verdaderamente lograr la paz y la seguridad en la península de Corea, donde se está creando una situación peligrosa debido al incidente del Cheonan, debería adoptar medidas que condujeran a que los Estados Unidos y la República de Corea recibieran al grupo de inspectores de la Comisión de Defensa Nacional, como lo ha propuesto la República Popular Democrática de Corea, la víctima, para ayudar a verificar los “resultados de la investigación”. Si así lo hiciera, el Consejo de Seguridad estaría asignando la máxima prioridad al esclarecimiento del incidente, sobre bases imparciales y objetivas. En caso de que los “resultados de la investigación”, urdida unilateralmente, se incluyeran en el orden del día del Consejo de Seguridad y se abrieran a debate sin que los hechos fueran verificados directamente por la parte victimada, quedaría más que claro que se estaría violando la soberanía y la seguridad de la República Popular Democrática de Corea, y, entonces, nadie podría imaginar cuán graves serían las consecuencias para la paz y la seguridad en la península de Corea. Adjunto a esta carta una copia de la respuesta del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, de fecha 4 de junio de 2010. Le agradecería que tuviera a bien hacer distribuir el texto de la presente carta y la respuesta adjunta del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores como documento del Consejo de Seguridad.
Respuesta del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores
de la República Popular Democrática de Corea a la pregunta formulada por la Agencia Central de Noticias de Corea el 4 de junio respecto del intento de los Estados Unidos y sus seguidores de remitir el caso del hundimiento del buque de guerra Cheonan
al Consejo de Seguridad vinculando a la República Popular Democrática de Corea a este hecho
Como ya aclaró la República Popular Democrática de Corea, los “resultados de la investigación” del caso publicados por las autoridades de los Estados Unidos de América y la República de Corea son falsos. Si fueran ciertos, no habría razón para la negativa a recibir un grupo de inspectores de la Comisión de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea, con arreglo a la propuesta de esta parte, para que los “resultados” fueran confirmados objetivamente. La clave para solucionar este caso yace en que la República Popular Democrática de Corea, como víctima, inspeccione y verifique los “resultados de la investigación” llevada a cabo por las autoridades de los Estados Unidos y la República de Corea. En primer lugar, el “grupo de investigación”, orquestado por las autoridades de la República de Corea con la manipulación de los Estados Unidos, es una entidad vaga, que no se ajusta en absoluto a las normas internacionales. Las autoridades militares tienen la última palabra, y se dice que algunos extranjeros han participado en el grupo, pero no se ha dicho qué procedimientos ni qué procesos se siguieron para su selección como miembros del grupo y si todos los miembros estuvieron de acuerdo o no con los “resultados de la investigación”. Es por ello que las autoridades de la República de Corea se vieron obligadas a inventar el nombre extraño de “grupo de investigación mixto civil-militar”, algo sin precedentes en el mundo, en lugar de denominarlo oficialmente, equipo internacional de investigación. Ahora están tratando de calmar las dudas internacionales sobre la veracidad de los “resultados de la investigación”, invitando a expertos de determinados países que no son la víctima en este caso. El Consejo de Seguridad no debería seguir el precedente en el que ese foro fue mancillado por los Estados Unidos con sus mentiras acerca del Iraq. Es importante que los Estados miembros del Consejo de Seguridad presten atención sobre todo a la búsqueda objetiva de la verdad en este caso y emitan su propio criterio justo, para que el Consejo no vuelva a ser utilizado indebidamente como instrumento de las prácticas prepotentes y arbitrarias de los Estados Unidos. En caso de que esta cuestión se remita al Consejo, ese órgano debería adoptar medidas, ante todo, para asegurarse de que los Estados Unidos y la República de Corea reciban al grupo de inspectores de la Comisión de Defensa Nacional, como ya ha propuesto la República Popular Democrática de Corea, y que dicho grupo confirme los “resultados de la investigación”. Si los Estados Unidos y sus seguidores remiten el caso al Consejo de Seguridad únicamente con los “resultados de la investigación” unilateral y evitan que la verdad se confirme objetivamente, quedará demostrado de manera irrefutable que los Estados Unidos y sus seguidores persiguen un propósito ulterior. En ese caso, los Estados Unidos y el Consejo de Seguridad no podrán decir nada incluso si la República Popular Democrática de Corea responde con las medidas más rigurosas como en el pasado, y no podrán eludir su responsabilidad de haber impedido la desnuclearización y haber desatado un conflicto en la península de Corea.
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