Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos anunciaron que ponen a la disposición del nuevo gobierno egipcio una suma similar a la que anteriormente le proporcionaba Qatar, o sea 8 000 millones de dólares. Arabia Saudita pondrá 5 000 millones y los Emiratos Árabes Unidos aportarán los 3 000 millones restantes.
Egipto recibe además anualmente una ayuda militar estadounidense de 1 500 millones de dólares y 2 000 millones de dólares en créditos otorgados por Turquía.
Por el momento no parece que la ayuda de Washington esté en peligro ya que la Casa Blanca está evitando cuidadosamente el uso de las palabras «golpe de Estado» al referirse a la destitución del presidente Morsi y la mayoría del Congreso estadounidense no está dispuesta actualmente a poner fin a la cooperación con Egipto.
En cambio, se ignora el futuro de la ayuda turca. En todo caso, el embajador de Turquía en El Cairo fue convocado por el nuevo ministro egipcio de Relaciones Exteriores quien le comunicó su disgusto por la flagrante injerencia en los asuntos internos de Egipto que constituyó el más reciente discurso del primer ministro Erdogan.
Egipto está atravesando una terrible crisis económica desde el año 2008. La situación se agravó considerablemente después del derrocamiento de Hosni Mubarak y el gobierno de Mohamed Morsi demostró ser incapaz de frenar esa tendencia. En 2 años, el número de personas que viven por debajo del nivel de pobreza aumentó en Egipto al menos en un 50% y las reservas en divisas se redujeron a la mitad mientras que las agencias de notación financiera redujeron la nota de Egipto de B+ a CCC+.
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