Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, reunidos en Bruselas el 22 de julio de 2013, incluyeron la rama militar del Hezbollah en la lista europea de organizaciones terroristas.
La inscripción de una organización en esa lista supuestamente busca penalizar la realización de uno o más actos de terrorismo. A pesar de los desmentidos provenientes de ese partido libanés, los partidarios europeos de la medida atribuyen al Hezbollah el atentado perpetrado el 18 de julio de 2012, en la localidad búlgara de Burgas, contra un autobús israelí. En aquel momento, el gobierno búlgaro de Boiko Borisov (centroderecha) atribuyó el hecho al Hezbollah, lo cual ha sido desmentido posteriormente por el actual gobierno búlgaro de centroizquierda [1].
La realidad es que la decisión europea de incluir la Resistencia libanesa en la lista de organizaciones terroristas de Bruselas es resultado de fuertes presiones de Israel y Estados Unidos. La iniciativa en ese sentido ante la Unión Europea vino de los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido, William Hague, y de Francia, Laurent Fabius.
La República Libanesa había advertido a la Unión Europea sobre las consecuencias negativas que puede tener la decisión de clasificar como terrorista una organización que forma parte del gobierno libanés. En definitiva, la Unión Europea matizó su sumisión a la demanda de Tel Aviv y Washington al establecer una distinción entre la rama política y la rama militar del Hezbollah.
Pero se trata de una sutileza más que arbitraria ya que la rama militar del Hezbollah fue legitimada hace mucho tiempo por sus repetidas victorias sobre el invasor israelí. Los libaneses se suman a ella para defender el país, sin nada que ganar a cambio y arriesgándose a morir. La rama política, en cambio, padece desgraciadamente del mismo mal que los demás partidos políticos libaneses, la corrupción que proporciona a veces la posibilidad de enriquecerse.
En todo caso, según el secretario general del Hezbollah, sayyed Hassan Nasrallah, el ideal de los miembros de esa organización no es entrar en política sino seguir el ejemplo del imam Hussein (nieto del Profeta Mahoma) y morir como mártires en el campo de batalla.
Con gran respaldo entre la población libanesa, la Resistencia es fundamentalmente chiita, aunque también ha creado una sección especial para los no chiitas.
El Hezbollah ha desarrollado en Líbano el concepto de «resistencia» inspirándose en el modelo de la Francia de Charles De Gaulle, surgido durante la Segunda Guerra Mundial y en el fragor de la lucha contra la ocupación nazi, concepto que la Unión Europea condena hoy por iniciativa... del actual gobierno francés.
La Resistencia libanesa constituye hoy en día la principal fuerza armada del mundo árabe, superior en eficacia a los ejércitos de los Estados.
La doctrina oficial del Líbano en materia de defensa incluso está organizada actualmente alrededor de tres pilares: «Pueblo, Ejército, Resistencia». Y así sigue siendo, a pesar de que el actual presidente de la República, Michel Sleiman, se niega a reconocerla desde agosto de 2012.
[1] «Bulgaria descarta implicación del Hezbollah en el atentado de Burgas», Red Voltaire, 7 de junio de 2013.
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