Por Ghaleb Kandil
Cualesquiera que sean los resultados de las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, la realidad que se desprende de la imagen de los ministros de Relaciones Exteriores de las grandes potencias llegando apresuradamente a Ginebra ante las noticias sobre un acuerdo de principio –al que pudieran seguir nuevas rondas de conversaciones– es que 34 años de bloqueo y de guerra [contra Irán] han terminado en un durísimo fracaso para Occidente. La resistencia de los líderes y del pueblo iraní y su determinación en seguir adelante han vencido todas las conspiraciones.
El momento en que se toma la decisión estadounidense de reconocer la fuerza y el poderío de Irán coincide con el abandono por parte de Washington de su proyecto de agresión contra Siria, ante la determinación y solidez del eje de la resistencia y de sus aliados, que se oponen al unilateralismo estadounidense. Siria, Irán y el Hezbollah expresaron su firme decisión de enfrentar cualquier ataque, conscientes de que toda agresión contra un miembro del Eje de la Resistencia tiene como objetivo el desmantelamiento de esa alianza.
Gracias al amor del pueblo iraní por su independencia y su libertad, a la decisión y la habilidad de sus dirigentes, Irán ha logrado sobrevivir al bloqueo imperialista que le fue impuesto hace más de 3 décadas. Y eso no es todo. Irán ha logrado incluso crear y acumular enormes capacidades económicas, técnicas, científicas y militares, que le han permitido hacer su entrada en el club de las grandes potencias. El reconocimiento de esa fuerza por parte de Estados Unidos viene a coronar todos sus éxitos ante los complots imperialistas y sionistas, financiados por Arabia Saudita y por otros países del Golfo. Esos éxitos son fruto de la decisión de resistir, que se ha reflejado en la alianza entre la Siria árabe y el Irán islámico, una alianza cuyas bases se establecieron en el histórico encuentro entre dos grandes figuras hoy desaparecidas: el presidente Haffez al-Assad y el ayatola Khomeiny. El reconocimiento de la fuerza de Irán por parte de Estados Unidos es perfectamente comparable al reconocimiento de la China popular por parte de Washington a finales de los años 1970. Y si el hecho de reconocer el papel y el poderío de la China popular abrió el camino a una serie de cambios en el este de Asia, el reconocimiento de Irán abrirá también el camino a importantes cambios en el Mashreq árabe y en la región del Golfo.
Quienes hoy se muestran contrariados e inquietos ante el hecho que Washington haya decidido reconocer las nuevas realidades muestran con ello su verdadero rostro, en Riad y Tel-Aviv. Son los mismos que a lo largo de décadas basaron sus propios intereses en las acciones ofensivas y agresivas de Estados Unidos contra Irán. A esas acciones se dedicaron enormes medios financieros y militares, así como en materia de inteligencia, con el objetivo de contrarrestar la estrategia de Teherán que, por principio, hizo de la causa palestina y del respaldo a la resistencia en Líbano y Siria la piedra angular de su política regional. Esos mismos principios iraníes son los que hoy vemos en aplicación en el enfoque de la situación en Irak y de las crisis en Yemen y Bahréin.
La futura relación entre Irán y Estados Unidos debe verse a través del prisma de una guerra fría regional y mundial. Creer que las negociaciones conducirán a compromisos globales e inmediatos sobre todos los puntos de desacuerdo sería hacerse ilusiones. Es evidente que existen divergencias en cuanto a las prioridades. Washington desea una serie de arreglos que entrarían en aplicación antes de la retirada de sus tropas de Afganistán, mientras que Palestina sigue siendo una preocupación fundamental para Teherán. Todas las etapas anteriores de la confrontación han mostrado la solidez de la posición iraní de principio en su respaldo a Siria y su negativa a negociar en detrimento de sus compromisos. Es precisamente esa solidez lo que ha obligado a Estados Unidos y sus aliados al reconocimiento tácito de su propio fracaso. Los indicios que confirman el retroceso de Occidente comenzarán a aparecer próximamente, sobre todo en la medida en que países europeos aliados de Washington envíen emisarios a Damasco.
La confrontación ha cambiado de forma pero se mantiene la base misma de la contradicción entre un Irán libre e independiente y sus aliados, por un lado, y la alianza imperialista, sionista y de los Estados colaboradores, del otro lado. Esa confrontación se caracteriza ahora por nuevas correlaciones de fuerza, que favorecen a Irán y sus aliados.
Declaraciones y posicionamientos
Mohammad Raad, jefe del bloque parlamentario del Hezbollah
«Nuestro enemigo está lleno de odio. Al no lograr vencernos frente a frente, trató de atacarnos por la retaguardia de la frontera oriental, a través de Siria, utilizando los grupos takfiristas para clavar un puñal en la espalda de la Resistencia.
Ese enemigo y todos los que colaboran con él, como las potencias árabes de la región y las fuerzas políticas en Líbano, estuvieron preparando su arsenal durante un año y 8 meses de tráfico continuo de combatientes y armas, de creación en el norte –en Arsal y la Bekaa– de campamentos de entrenamiento de takfiristas y de entrada de barcos a los puertos del norte [del Líbano], con la complicidad de ciertas agencias oficiales. Hemos visto como su ex director reveló su verdadero rostro, el de un jefe de milicia y no el de director general de las Fuerzas de Seguridad Internas [FSI]. Estas conspiraban con los takfiristas y los ayudaban a descargar las armas en los puertos, [armas] que las bandas recogían después en los almacenes del norte y eran introducidas poco a poco en Siria a través de los puntos de paso de las aduanas por donde se infiltraban los combatientes. Así quisieron abrir bases hostiles para atacar después a la resistencia en la Bekaa, luego de haber transformado [la ciudad siria de] Qousseir en eje de sus acciones hostiles.
Todo lo que ellos hicieron durante un año y 8 meses, la resistencia lo hizo volar en pedazos en 18 días. Les volcamos la mesa encima y modificamos la ecuación en Siria y en la región.
Fueron a Turquía y a otros lugares a aullar de odio. Querían cumplir una misión israelí apuñaleando a la Resistencia por la espalda. Pero la Resistencia los derrotó y aniquiló esa misión.
Intervinimos en Siria para impedir la injerencia de ellos y su complot contra la resistencia, contra su pueblo, contra sus hombres y sus éxitos y para proteger el Líbano de sus abusos y sus crímenes. Los crímenes que estamos viendo en las pantallas de televisión son de su autoría.
A ustedes les viramos la mesa encima. Así que tengan cuidado y no traten de hacerlo nuevamente. Nos defendimos y hemos defendido nuestro Líbano con los medios necesarios para lograrlo. Anden con cuidado y no nos obliguen a hacer más que defendernos.
No queremos ser el único el poder de decisión en este país. Pero tampoco queremos que nos dejen al margen de las decisiones nacionales. Nosotros hemos preservado y defendido este país. Ustedes han tratado de convertirlo en una cartera que llevan de un lado para otro. Ustedes quisieron convertirlo en una empresa y en un montón de intereses para los inversionistas árabes y regionales, a expensas de los inversionistas libaneses.
Nosotros queremos que nuestro Líbano sea soberano, libre, independiente y saludable. El centrismo no debe significar neutralidad. No hay centrismo entre lo bueno y lo malo, entre la justicia y la opresión, entre la independencia y la ocupación, entre la soberanía y la sumisión. No hay centrismo que pueda llamarse distanciamiento. Ese centrismo neutro significa sumarse al bando de lo que es malo, voluntariamente o no.
Nosotros entendemos y representamos el sentido de soberanía, no a quienes negocian la soberanía mientras gritan sus consignas en las arenas públicas.»
Michel Aoun, líder de la Corriente Patriótica Libre
«Nuestra relación con la Resistencia comenzó realmente en 2006 y se consolidó durante la guerra de julio contra Israel. En aquel momento todo el mundo creía que la Resistencia sería aplastada pero yo dije lo contrario. Las declaraciones de sayyed Nasrallah demostraron después el valor que él concede a esa posición y los chiitas en general nos prueban cada día la importancia de nuestra relación con el Hezbollah.
Yo no busco ventajas para mí sino para la patria. Pienso que la estabilidad actual en el Monte Líbano, en el sur y en la Bekaa se debe en gran parte a ese entendimiento y beneficia a todos los libaneses, independientemente de que nos apoyen o no.
El Hezbollah se vio obligado a ir a Siria porque los combates comenzaban a extenderse al Líbano, a Ersal y Laboué. Así que tenía que empujarlos lejos de la frontera libanesa. Utilizó para eso una estrategia preventiva y así ha mantenido la guerra en territorio sirio. El resultado de la batalla dirá si tuvo razón o no.
La participación del Hezbollah en la guerra en Siria lo convierte en parte integrante de la futura solución. Pero eso no quiere decir que va a volverse en contra de sus interlocutores en Líbano. Yo creo, por el contrario, que la futura solución favorecerá los intereses de la entidad libanesa (…)
Los extremistas libaneses eliminarán a los cristianos rápidamente mientras que las dictaduras lo harán más lentamente. Estuve en Siria en 2008. Entre 2008 y 2011, hubo una distensión entre los dos países y los maronitas pudieron recuperar sus raíces. Las relaciones entre los dos pueblos se han profundizado. Ha habido una verdadera normalización de las relaciones entre los dos pueblos, aunque no estaban resueltos los problemas políticos. El [entonces] primer ministro Saad Hariri había emprendido negociaciones para arreglarlos.
Después, vino la guerra pero esta no es responsabilidad del régimen. Se emprendió la guerra en interés de Israel y por parte de los países que son aliados de Israel o de Estados Unidos y que tienen 2 intereses: Israel y el petróleo (…)
Desde el principio dije que el presidente Bachar no se irá y que la solución de la crisis está en el diálogo. Estamos a punto de lograrlo y mi consejo a los sirios es que emprendan el diálogo lo más rápidamente posible.»
Walid Joumblatt, jefe del Partido Socialista Progresista [libanés]
«Soy favorable a un compromiso [sobre la formación de un gobierno en Líbano] entre el 14 de Marzo y el 8 de Marzo, [compromiso] que concedería el tercio de bloqueo a ambas partes. La declaración ministerial del próximo gobierno debería incluir la fórmula Ejército-Pueblo-Resistencia y la Declaración de Baabda.
El Hezbollah cometió un error histórico al enviar hombres a luchar en Siria pero no ha sido el único en hacerlo. La presencia del Ejército Sirio Libre en Ersal es negativa.
La responsabilidad de la crisis en Siria no es solamente del régimen sino también de los países Amigos de Siria.
La oposición siria debe participar en la conferencia Ginebra 2 con un documento político unificado. Lo más importante es restaurar la unidad de Siria a través del ejército y de la seguridad.
Los árabes deben abrir un diálogo con vista a un compromiso con Irán, sobre todo en caso de que se produzca un acuerdo entre Estados Unidos e Irán. Más vale, para los árabes, ser parte del compromiso si este se produce.
John Kerry nos llama –desde Arabia Saudita– a que aislemos al Hezbollah en Líbano. Que comience él mismo por pedirle a Barack Obama que cese el diálogo con Irán.»
Adnane Mansour, ministro libanés de Relaciones Exteriores
«Yo representaría al Líbano, a la cabeza de una delegación, en la conferencia Ginebra 2. No es el 14 de Marzo quien decide ese tipo de cuestiones. Ese grupo puede oponerse a todo lo que le parezca y hacer los comentarios que quiera. Pero, a fin de cuentas quien decide son los instituciones y los responsables en el poder.
El periodo que va del 15 de diciembre al 15 de enero no es propicio, debido a las fiestas. La conferencia [Ginebra 2] será, por consiguiente, antes del 15 de diciembre o después del 15 de enero.
La posición árabe ya no es tan dura como antes porque todos los países, con excepción de uno o dos, están ahora convencidos de que hay que parar el baño de sangre en Siria. Pero resulta ingenuo creer que ese encuentro marcará el fin del presidente sirio Bachar al-Assad.
Iremos [a Ginebra 2] para hallar una solución política conveniente para todos, si no ¿por qué participaría el presidente Assad? Que nadie se crea que Ginebra 2 pondrá fin al régimen actual, ese encuentro se esforzará por hallar una solución política.»
Achraf Rifi, ex director de la Fuerzas de Seguridad Interna [FSI] del Líbano
«Los incidentes de Trípoli [norte del Líbano] son resultado de un proyecto irano-sirio cuya aplicación comenzó desde 2004. Pero yo estoy convencido de que está condenado al fracaso: el Hezbollah ya no goza en lo absoluto de un consenso nacional, ahora parece un pez que trata de vivir fuera del agua. Hassan Nasrallah está suicidándose en Siria. Los que hablan de victorias del Hezbollah lo hacen movidos por el afecto y el populismo. Soy hijo del Estado y las instituciones, la antítesis natural de las milicias. Si yo estuviese aún en el cargo, habría mandado a traer a Ali Eid de su casa para que la justicia lo interrogara. Los servicios de inteligencia tienen pruebas de su implicación en los incidentes de Trípoli y el Estado tiene que hacer su trabajo. Y si Siria se inmiscuye, ahí está la ONU para parar todo eso.»
Hechos
- El sitio web NowLebanon, vinculado al 14 de Marzo, reporta el ex primer ministro Saad Hariri no regresará al Líbano en largo tiempo, aún si quisiese hacerlo, porque los problemas de seguridad que lo llevaron a salir del Líbano aún se mantienen.
- El diputado sirio Mohjem al-Sahou, miembro de la tribu de los Bousaraya, establecida en el este de Siria, fue ejecutado el sábado por extremistas de al-Qaeda. Había sido capturado a finales de octubre junto a uno de los jefes de su tribu, vinculado al régimen sirio, Mohanna Faysal Fayyad, luego de violentos combates en la localidad de Chmeitiyé, cerca de Deir Ezzor. Mohjem al-Sahou fue ejecutado por el «Emirato Islámico en Irak y el Levante» [EIIL], vinculado a al-Qaeda. Había sido entregado al EIIL por la Brigada de la Victoria del Ejército Sirio Libre. Los rebeldes se esfuerzan por tomar el control de la ciudad de Deir Ezzor y para lograrlo necesitan eliminar primero a los partidarios del Estado sirio. Es por esa razón que ejecutaron a Mohjem el-Sahou y masacraron a varios miembros de su tribu.
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