Excelentísimo señor Raúl Castro Ruz, presidente de Cuba;
Excelentísimo señor Juan Manuel Santos, presidente de la República de Colombia;
Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno;
Señor Timoleón Jiménez, comandante de las FARC-EP;
Excelentísimo señor Mogens Lykketoft, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas;
Excelentísimo señor Franςois Delattre, presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas;
Excelencias;
Distinguidos miembros de la Comunidad Diplomática y Honorables huéspedes;
Señoras y señores:
Buenos días.
Es un gran honor estar con ustedes en este día tan importante para Colombia y para América Latina y el Caribe.
Estoy muy complacido y agradecido por tener la oportunidad de disfrutar una vez más de la hospitalidad de Cuba.
Señores Presidentes, Excelencias, Señoras y Señores:
El proceso de paz en Colombia nos impone un compromiso esencial: un acuerdo de cese al fuego y deposición de las armas.
Hoy el proceso de paz colombiano valida la perseverancia de todos aquellos en el mundo que trabajan por poner fin al conflicto violento, no mediante la destrucción del adversario, sino mediante la búsqueda paciente de una solución conciliatoria.
Deseo expresar mi gran admiración por los equipos negociadores que han demostrado que es posible alcanzar la paz con dignidad para todos los involucrados. Ellos han vencido momentos de tensión y temas difíciles para llegar a este histórico acontecimiento.
También felicito al gobierno de Cuba y Noruega que han dedicado considerables esfuerzos diplomáticos al proceso de paz. Junto con los Países Acompañantes, Chile y Venezuela, han demostrado cómo los esfuerzos nacionales de paz pueden apoyarse de forma honesta, discreta y efectiva.
Hace seis meses el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) respondieron al llamado del gobierno de Colombia y las FARC-EP y se comprometieron a apoyar la implementación del acuerdo de cese al fuego y la deposición de las armas.
La firma de este componente especial del Acuerdo de Paz fortalecerá este acuerdo. Ahora resultará crucial movilizar al pueblo y los recursos requeridos para la supervisión y verificación del mismo.
Sabemos que las conversaciones de paz continúan y que quedan pendientes importantes temas, pero confiamos que el logro de hoy proporcionará un renovado impulso hacia la última fase de las negociaciones.
Existen grandes expectativas de que la visión articulada en los acuerdos alcanzados en los últimos tres años pronto serán una realidad. Les insto encarecidamente a materializar estas esperanzas.
En las Naciones Unidas estamos decididos a hacer todo lo posible para que, junto con el gobierno y las FARC-EP, podamos convertir este extraordinario proceso de negociación en la implementación ejemplar de los compromisos de paz asumidos.
En mi último año como Secretario General de las Naciones Unidas, es un verdadero privilegio participar en este histórico evento. Es un honor para mí compartir con ustedes el trabajo de sentar las bases para una paz duradera y un mejor futuro para todas las personas en su país.
Excelencias; señoras y señores:
Trabajemos ahora juntos para que la promesa de la paz que se sella hoy en La Habana se haga realidad en Colombia.
Muchas gracias.
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