El próximo 8 de marzo, una vez más, se celebrará el Día Internacional de la Mujer. Con mucho entusiasmo, deseo saludar no solo a las latinas, sino también a todas las mujeres de Asia, Africa, Europa y Oceanía, de cada una de todas las religiones, clases intelectuales y socioeconómicas, y sin distinción de raza, de edad ni ideología.

A las casadas con hijos, a las que no pueden tenerlos y a las que no quieren nada con niños, a las solteras que no les interesa contraer nupcias, a las divorciadas que piensan que volverían a casarse y tal vez reincidir en el divorcio, porque creen en el amor, pero no aguantan la estupidez de los hombres; a las viudas, a todas las mujeres, famosas y anónimas, exitosas y fracasadas, no hay exclusión alguna para ninguna.

Saludarlas no cambiará en nada que persista el machismo con corona. Sí, ese que usa Rolex y trajes de Hugo Boss, con sacos y corbatas y en situaciones más críticas, misóginos de alto calibre, que lideran el mundo y que al parecer su plan macabro ha superado el estilo de las fábulas illuminatis, donde el escenario está más claro que el agua, algunos hombres con mucho poder, planean un nuevo orden mundial, aboliendo los derechos fundamentales de la mujer.

No me da tanto miedo el más inhumano de los sicarios a sueldo, ni el más frío, tenebroso y calculador narcotraficante, puesto que villanos de mal vivir, como parias mezclados en el crimen, tienen resaltado en sus agendas, como primer objetivo, sacar diplomáticamente a la mujer de una posición de voz y voto, de un cargo político o de una representatividad colectiva, ya sea con una intervención muy sencilla o muy relevante.

Para muestra un botón y lo que expongo está basado en hechos reales, todo lo que constituye denigración, discriminación, violencia y cosificación sexual de la mujer con actos misóginos. Según los videos propalados, el eurodiputado polaco, Januzs Korwin –Mikke- dijo el 2 de marzo que las mujeres deben ganar menos porque son menos inteligentes, más débiles y más pequeñas. Comentarios tan canallas y huérfanos de criterio común, demuestran los rezagos del fascismo que mantiene una derecha cavernaria, racista, clasista y excluyente.

No hay duda que los que así piensan así dan muestra de un complejo muy profundo de inferioridad porque no soportan perder frente a una mujer, tienen pánico de ser superados por una fémina, saben que las mujeres podemos ser pequeñas y frágiles físicamente, pero inmensas e infinitas en nuestra inteligencia que ha quedado demostrada y documentada con grandes ejemplos. Como el de Mary Wollstonecraft, escritora inglesa que pasó a la historia por su comentado libro Reivindicación de los derechos de la mujer, escrito en el siglo XVIII. Ella argumenta que la mujer no es inferior por naturaleza sino por falta de medios económicos y el no acceso a la educación, Mary fue la primera que se atrevió a decir que los hombres y mujeres debían ser tratados como seres racionales e iguales.

Y no puedo dejar de mencionar a Marie Curie, la polaca pionera en el estudio de la radioactividad, quién ganó en 1903 y 1911, sendos Premios Nobel: el primero por sus estudios en física y el segundo, por su preparación en química.

Entonces la hipótesis del eurodiputado queda desechada, por los argumentos expuestos que mujeres, desde la época de Cleopatra hasta nuestros días, tanto las que han quedado registradas por su determinación y protagonismo, así como mujeres comunes y corrientes.

Se debe presionar para suprimir el término despectivo de ser llamadas ¨sexo débil¨, ya que por nuestra condición orgánica somos del sexo femenino. Curiosamente la Real Academia Española de la Lengua especifica al sexo fuerte como a un conjunto de hombres. Tremenda tropelía adefesiera. Desmán, transgresión y grosería.

Zully Pinchi Ramírez