La vergonzante decadencia de Alan García Pérez

Hace algunos días culminó el ansiado XXIV Congreso Nacional “Armando Villanueva del Campo” del Partido Aprista Peruano, que se caracterizó por pactos infames, maniobras sórdidas y rebatibles determinaciones. Una vez más, se reincide en el error de adoptar oscuras decisiones que laceran el legado más importante de Víctor Raúl Haya de la Torre: su decencia, rectitud y convicción democrática.

El país demanda partidos sólidos, arraigados en su localidad y aptos para analizar nuestra composición social. Este quehacer debe inspirar la activa contribución de peruanos identificados con las esperanzas colectivas. Como fue exhibido en el encuentro aprista, la devoción por un ideal, fue dejada de lado, para dar paso a las confabulaciones, usanzas indecorosas y ambiciones individuales. Una secuela de acontecimientos ha transformado la política en una cantera de procederes detestables.

Estos reprochables acontecimientos ratifican la opinión de quienes consideran al aprismo como una logia atiborrada de arreglos subrepticios, colmada de ex funcionarios estatales acusados de enriquecimiento ilícito, opuesta a la alternancia en sus liderazgos y al ejercicio de la pluralidad de ideas. Se cree que la “disciplina” y la “fraternidad” son asumidas como sinónimo de sumisión y complicidad.

El encuentro celebrado en la Casa del Pueblo ha sido una verdadera orgía política. Se han consumado acuerdos desconociendo las disposiciones internas, los procedimientos establecidos en la Ley de Partidos Políticos y, especialmente, retomando el ancestral vicio de alterar los padrones de afiliados. Hasta la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) ha observado lo acontecido. El legislador Jorge del Castillo Gálvez en su cuenta en twiter refirió: “…Niegan voto secreto y control de la ONPE. Mayoría de delegados se retiran protestando”.

La mesa directiva que presidió Paul Rodríguez Armas -alcalde del distrito del Porvenir (Trujillo) y persona cercana a José Elías Rodríguez- impidió el ingreso de los “delegados fraternos” en el segundo día del congreso. Las delegaciones de jóvenes provenientes de provincias fueron afectadas. Se modificó el listado de los “delegados fraternos” a último minuto y se perjudicó a numerosos representantes al boicotear su participación.

Los candidatos al Comité Ejecutivo Nacional que pagaron su inscripción para postular, como Daniel Robles López y Ruth Sánchez Ferro, estuvieron imposibilitados de competir. Otra perla: el presidente de la comisión organizadora, Erasmo Reyna Alcántara, mostró desconocimiento sobre el desarrollo de este evento. Llamó a elección del presidente de la mesa directiva; lo cual provocó el reclamo unánime de los concurrentes, ya que éste cargo no se elige. El titular es el autor del “El antimperialismo y el APRA”.

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Estas ocurrencias evidencian su fragilidad institucional, la carencia de voluntad para hacer respetar las decisiones de sus militantes, el poder de inconfundibles sectas, la resignación de sus afiliados ante tan bochornosos hechos, la real incapacidad para lograr rehabilitar la confianza, la credibilidad y el respeto ciudadano.

En este libertinaje se eligió al inventor de la afamada frase “la plata llega sola”, como presidente de esta agrupación; recordemos que renunció a este cargo luego de la derrota electoral del 2016. Alan García Pérez hizo uso de su agudo cálculo político e inmediatamente manifestó en las redes sociales: “... Mi declinación es por lealtad a mi palabra. Que nadie la use para deslucir un proceso limpio y supervisado por la ONPE”. Qué contradicción: nominar como presidente a uno de sus más elocuentes y emblemáticos sepultureros.

Los delegados eligieron para el Comité Ejecutivo Nacional a la única lista que se presentó, vulnerando las normas partidarias de forma cerrada, evadiendo hacerlo por cargo. Todos los otros postulantes retiraron sus candidaturas al conocer esta indecorosa artimaña y anunciaron que acudirán al Jurado Nacional de Elecciones para solicitar la nulidad de esta votación. En esta instancia están arropados ex funcionarios públicos controvertidos, allegados al ex presidente de las riquezas inmobiliarias y celebridades carentes de representatividad y prestigio.

La Comisión Política, presidida por el congresista Mauricio Mulder Bedoya, la componen un selecto elenco de acólitos y felones alanistas; incluso algunos involucrados en severos cuestionamientos durante su desempeño como pusilánimes empleados del estado. Es decir, el ex mandatario tendrá indisputable control sobre las decisiones que adopte esta instancia.

Mención aparte merece la truculenta nominación del secretario general institucional, el parlamentario José Elías Rodríguez, que permaneció escoltado por un contingente de guardaespaldas al estilo de un capo mafioso. Comparto lo escrito en su facebook por mi ancestral compañero José Arcela Martínez: “…Con la elección de su nuevo secretario general, el Partido Aprista Peruano, se consolida como un partido que aspira a mantenerse como referente y actor protagónico de la política peruana. El reconocido liderazgo de Elías Rodríguez, reputado y connotado congresista no solo garantiza la continuidad y relanzamiento del PAP, su elección sin duda es la muestra de cómo se desarrolla un congreso limpio, transparente, sin fisuras”. Una elegante ironía que describe esta debacle.

Es conveniente que los interlocutores del aprismo ostenten impecables credenciales éticas y de entrega a los ideales de “pan con libertad”. José Elías Rodríguez es investigado por lavado de activos debido a sus presuntos vínculos con el clan de los narcotraficantes Sánchez Paredes y está suspendido de su función legislativa por plagiar proyectos de ley. Seguramente su “envidiable hoja de vida” es la causante de tanto revuelo entorno a su cristalina elección.

Del mismo modo, bastante se ha mencionado la expresión “renovación”, la que no debe entenderse sólo como un recambio generacional. Existen cabecillas de la reputada promoción de los “cuarentones” con merecida y acreditada fama de pícaros e inmorales, cuya única actividad laboral conocida se ha producido durante el segundo quinquenio aprista. Su exiguo desarrollo profesional se lo deben a su fugaz paso por el parapléjico aparato gubernamental. En ese sentido, comparto las palabras del probo, austero y digno dirigente Carlos Roca Cáceres: "Es preferible un aprista mayor y honesto antes que un joven corrupto como los que hoy están en el Comité Ejecutivo Nacional que fue elegido ayer".

En síntesis, tampoco se tomaron acuerdos importantes más allá de la ilegítima elección de las espurias autoridades partidarias, vulnerando la obligatoria cuota de género y evadiendo convocar a los jóvenes. Se rehuyó la autocrítica, el análisis político, el debate ideológico y la discusión programática. En consecuencia, se cumplió lo expuesto por el secretario general del Comité Ejecutivo Distrital de San Borja, Luis Carreño Martínez, quien en el pronunciamiento del 16 de junio alertó: “…Reprobamos y denunciamos las acciones que vienen ejecutando la dirigencia partidaria que buscan manipular, boicotear y manejar el proceso eleccionario a través de la evidente alteración de los padrones eliminando a compañeros de comprobada trayectoria y el cobro oneroso de cuotas para la participación de sus afiliados como delegados. Todo ello, oscurece este proceso y, por lo tanto, debilita las garantías de un Congreso Nacional Partidario limpio, transparente y representativo”.