La prensa occidental no ha mencionado en lo absoluto el viaje a Irak de los ministros franceses de Exteriores y de Defensa, Jean-Yves Le Drian y Florence Parly, los días 25 y 26 de agosto de 2017.
Los medios de difusión de las potencias occidentales se limitaron a repetir la versión oficial de que Francia está comprometida con la lucha contra el Emirato Islámico (Daesh) y respalda la reconstrucción de Irak.
Sin embargo, durante su estancia en Bagdad, la delegación francesa anunció un préstamo francés de 430 millones de euros, pero no se hizo ninguna donación.
Lo más importante, rompiendo con la falta de claridad que reina en París sobre ese tema, es que los miembros de la delegación francesa dijeron a todo el que se les puso por delante que Francia ha renunciado a intervenir en Siria y a tratar de poner en el poder a la Hermandad Musulmana derrocando la República. Incluso dijeron a los periodistas que el presidente Assad puede participar en la «transición» y hasta presentarse para ser reelecto presidente, si así lo desea.
La delegación francesa trataba así de hacer un gesto hacia el presidente sirio, que se negó a recibir varios emisarios encargados de gestionar la reapertura de la embajada de Francia en Damasco. Siria ha planteado como condición previa el cese total del apoyo a los yihadistas. Es por tanto poco probable que las declaraciones de los ministros franceses de visita en Bagdad surtan efecto, mientras se mantenga el respaldo de Francia a esos elementos.
En Erbil, los dos ministros franceses se reunieron con el presidente del gobierno regional kurdo de Irak, Masud Barzani, actualmente inmerso en los preparativos de su referéndum de independencia. El comunicado común que se difundió al final de ese encuentro señala que Francia expresó su punto de vista sobre esa consulta… sin precisar en qué consiste ese punto de vista.
La prensa francesa parece empeñada en ignorar ese referéndum, convocado para el final de septiembre y condenado por Estados Unidos y Turquía.
A los medios de prensa kurdos se les rogó, por otra parte, que retiren de internet las declaraciones que el anterior presidente de Francia, Francois Hollande, hiciera el 8 de septiembre de 2016, cuando tomó posición públicamente a favor de la independencia del Kurdistán iraquí y de los territorios que esa región anexó con la complicidad del Emirato Islámico (Daesh), así como de lo que la prensa occidental ha dado en llamar Rojava, o sea el territorio árabe sirio donde París, el gobierno regional del Kurdistán iraquí y Ankara pretendían crear un Kurdistán para expulsar hacia allí a los kurdos de Turquía.
Jean-Yves Le Drian, jefe de la diplomacia del actual presidente francés, fue ministro de Defensa bajo el presidente Hollande. Pero el actual proyecto de Estado independiente del presidente Barzani sólo mantiene una lejana relación con el grandioso proyecto de Alain Juppé y de Francois Hollande. Sin embargo, ni uno ni otro de esos proyectos obtendrá reconocimiento internacional, exceptuando el reconocimiento de Israel.
París, que ya ha cambiado varias veces de opinión sobre la eventual creación de un Estado kurdo, parece que ya ni siquiera sabe lo quiere y por eso mantiene sobre ese tema dos retóricas diferentes, según se trate de declaraciones que se hacen en Francia o en el Medio Oriente.
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