El movimiento de los «Chalecos Amarillos» [1], iniciado en Francia el 17 de noviembre de 2018, se extiende ahora a los departamentos franceses de ultramar así como a Bélgica y Bulgaria.
Según el ministerio del Interior de Francia, el momento de máxima participación se registró a las 17 horas (hora de Francia) del 18 de noviembre con 287 710 participantes, cifra imposible de verificar ya que no existe ningún otro conteo disponible y porque los participantes organizan turnos y relevos a lo largo del día para garantizar su presencia en los puntos estratégicos donde bloquean o filtran la circulación de vehículos.
Aunque se trata de un movimiento pacífico, se han reportado algunos actos de violencia sin que sea por el momento posible precisar si han sido responsabilidad de los participantes en la protesta o de provocadores. Esos incidentes están siendo ampliamente divulgados por la prensa francesa, que trata así de desacreditar el movimiento.
En uno de los llamados “departamentos franceses de ultramar” –la isla de la Reunión, en el Océano Índico– las autoridades locales instauraron un toque de queda en 14 de las 34 comunas que cuenta ese territorio.
Este movimiento de los “Chalecos amarillos”, que denuncia una presión fiscal excesiva de parte del gobierno, no cuenta con una organización central y se ha propagado a través de internet. Los participantes son principalmente personas de clase media y las protestas se iniciaron en las zonas rurales, aunque ya se extienden también a las ciudades.
En la Asamblea Nacional de Francia, el diputado Jean Lasalle, quien fue candidato a la elección presidencial en 2017, violó deliberadamente el reglamento al presentarse en el hemiciclo portando un chaleco amarillo de emergencia (ver foto) durante la sesión de preguntas al gobierno. El presidente de la Asamblea, Richard Ferrand, diputado de La République en Marche, movimiento creado para respaldar la elección del actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que Jean Lassalle será objeto de sanciones.
[1] El nombre de este movimiento viene de los chalecos amarillos de alta visibilidad que los automovilistas deben portar en situaciones de emergencia y es una manera de denunciar la situación de desastre financiero en la que se ven sumidas muchas familias por los aumentos de impuestos. Nota del Traductor.
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