Desde la independencia de Letonia, Sandra Kalniete, ex ministra de ‎Exteriores de ese pais y ex comisaria europea de Agricultura, comenzó a actuar contra la ‎Unión Soviética. Sandra Kalniete está entre los autores de la Declaración de Praga (2008) contra ‎los crímenes del comunismo. A través del Reconciliation of European Histories Group, Sandra ‎Kalniete asimila el nazismo al comunismo y actualmente sigue trabajando contra Rusia. ‎

«Rusia no puede seguir siendo considerada como un socio estratégico y la Unión Europea debe ‎estar dispuesta a imponerle sanciones si sigue violando el derecho internacional.» Eso estipula la ‎resolución adoptada por el Parlamento Europeo el 12 de marzo de 2019 con 402 votos a favor, ‎‎163 en contra y 89 abstenciones [1]. Presentado por la eurodiputada ‎letona Sandra Kalniete, ese texto niega ante todo la legitimidad de las elecciones presidenciales ‎en Rusia, calificándolas de «no democráticas» y presentando así al presidente Putin como un ‎usurpador. ‎

Ese texto acusa a Rusia no sólo de «violación de la integridad territorial de Ucrania ‎y ‎de Georgia» sino también denuncia la «intervención en Siria y la interferencia en países ‎como ‎Libia» y, en Europa, la acusa de «interferencia tendiente a influir en las elecciones y a ‎alimentar ‎las tensiones». Además, acusa a Rusia de «violación de los acuerdos de control ‎de ‎armamentos», atribuyéndole la responsabilidad de haber enterrado el Tratado INF. Y ‎también ‎habla de «importantes violaciones de los derechos humanos en Rusia, incluyendo ‎torturas y ‎ejecuciones extrajudiciales» y de «asesinatos perpetrados por agentes de la ‎inteligencia rusa ‎mediante el uso de armas químicas en suelo europeo». ‎

Después de esas acusaciones y otras más, el Parlamento Europeo declara que Nord Stream 2 –‎‎el gasoducto que multiplicará por 2 el aprovisionamiento de gas ruso a Alemania– ‎‎«incrementa ‎la dependencia europea del abastecimiento con gas ruso, amenaza el mercado ‎interno europeo y ‎sus intereses estratégicos […] y, por consiguiente, hay que ponerle fin». ‎

La resolución del Parlamento Europeo repite fielmente no sólo el contenido sino incluso ‎los ‎términos mismos de las acusaciones que Estados Unidos y la OTAN lanzan contra Rusia. ‎Lo más ‎importante es que repite fielmente que hay que bloquear el gasoducto Nord Stream 2, ‎lo cual ‎constituye un objetivo de Washington tendiente a reducir el aprovisionamiento ‎energético ruso ‎a los países de la Unión Europea para sustituirlos con la venta de hidrocarburos ‎estadounidenses, ‎o en todo caso vendidos por compañías de Estados Unidos. ‎

En ese mismo marco entra la advertencia que la Comisión Europea dirigió sus países miembros ‎que ‎‎–como Italia– tienen intenciones de integrarse a la iniciativa china conocida como la Nueva ‎Ruta ‎de la Seda. La Comision les recuerda que China, aunque es un socio, es también un ‎competidor ‎en el plano económico y, más importante aún, «un rival sistémico que promueve ‎modelos ‎alternativos de gobernanza» –en otras palabras, modelos diferentes a la forma de ‎gobernanza ‎que hasta dominaban las potencias occidentales. ‎

La Comisión Europea advierte que ante todo hay que «salvaguardar las infraestructuras ‎digitales ‎críticas ante amenazas potencialmente serias contra la seguridad», amenazas que ‎supuestamente ‎se derivan de las redes 5G proporcionadas por empresas chinas como Huawei, ‎prohibida por ‎Estados Unidos. Otra vez la Comisión Europea se hace eco de la advertencia de ‎Estados Unidos ‎a sus aliados. El Comandante Supremo de las fuerzas aliadas en Europa, el ‎general ‎estadounidense Scaparrotti, ha advertido que las redes móviles ultrarrápidas de quinta ‎generación ‎están llamadas a desempeñar un papel cada vez más importante en la capacidades ‎bélicas de ‎la OTAN y que, debido a ello, no se admiten «ligerezas» de parte de los miembros ‎de ‎ese bloque militar. ‎

Todo lo anterior confirma la presión que ejerce el «bando de los americanos», poderoso ‎grupo ‎transversal que orienta las políticas de la Unión Europea en función de los ‎lineamientos ‎estratégicos de Estados Unidos y la OTAN.‎

Al imponer la idea de que Rusia y China son potencias amenazantes, las instituciones de la ‎Unión ‎Europea preparan la opinión pública para que esta acepte lo que Estados Unidos ‎está ‎preparando, supuestamente para “defender” Europa. Según declaró a CNN un vocero ‎del ‎Pentágono, Estados Unidos se prepara para iniciar ensayos con misiles balísticos ‎terrestres ‎prohibidos por el Tratado INF que Washington acaba de enterrar. O sea, se trata de ‎nuevos ‎‎“euromisiles” que volverán a convertir Europa en base nuclear estadounidense y también ‎en ‎blanco de una guerra nuclear. ‎

Fuente
Il Manifesto (Italia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio. ‎