En Líbano, hace 10 días que los bancos están cerrados, los cajeros automáticos ya no tienen efectivo, las manifestaciones continúan en todo el país, todos los ejes de comunicaciones terrestres están bloqueados y sólo es posible circular a través de carreteras secundarias o caminos poco conocidos. Es imposible llegar al aeropuerto de Beirut.
En Irak, se han reanudado las manifestaciones –sobre todo en las zonas chiitas– y la represión ha causado más de 200 muertes en un mes. Al igual que el Líbano –desde 1943–, en Irak se implantó desde 2005 una Constitución que distribuye el poder en función de criterios religiosos, sistema concebido por los colonizadores para que mantener en una situación de dependencia a los pueblos de los países que colonizaron.
En Siria, la interrupción de la circulación a través del eje terrestre Beirut-Damas ha hecho imposible el abastecimiento del país a través del Líbano. Sin embargo, Siria es autosuficiente en materia de alimentos y la circulación de bienes comerciales entre Siria y Turquía se ha restablecido al punto que nuevos productos están apareciendo en los mercados de Alepo, la segunda ciudad de la República Árabe Siria.
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