Al principio de la revuelta iniciada en Líbano en octubre de 2019, los primeros bloqueos de vías terrestres de comunicación fueron organizados por los cristianos de las Fuerzas Libanesas de Samir Geagea (ver foto) y de las Falanges Libanesas de la familia Gemayel [1].
Los cuadros de esas dos organizaciones habían sido informados por el rey de Jordania, Abdalá II, que el consejero especial del presidente estadounidense Trump, su yerno Jared Kushner, propuso al primer ministro libanés (musulmán sunnita), Saad Hariri, que concediera la nacionalidad libanesa no sólo a los palestinos refugiados en Siria sino también a los palestinos de Cisjordania. Este pedido es la clave del «Trato del Siglo», anunciado hace más de un año por la Casa Blanca y constantemente pospuesto, y modificaría radicalmente la demografía libanesa en detrimento de cristianos y chiitas.
Samir Geagea y los cuadros de sus Fuerzas Libanesas fueron los primeros diputados libaneses en dimitir al inicio de la crisis e invitaron toda la clase política a hacer lo mismo, principalmente al primer ministro Saad Hariri, quien dimitió entonces pero sin haber informado previamente a sus aliados cristianos de la Corriente Patriótica Libre (encabezada por el presidente de la República, Michel Aoun) ni a sus aliados chiitas del Hezbollah [2].
Aunque el secretario de Estado yanqui, Mike Pompeo, hizo recientemente un llamado a la calma en Líbano, diferentes actores estadounidenses están implicados en los desórdenes y la crisis desatados en ese país.
En un artículo redactado para la Brookings Instition de Doha, Jeffrey Feltman –quien ha sido sucesivamente embajador de Estados Unidos en Líbano, secretario de Estado adjunto bajo la secretaria de Estado Hillary Clinton y vicesecretario general de la ONU– afirma que la peor coalición para un “estadounidense” serían el Hezbollah... y la Casa Blanca [3]. En ese artículo, Feltman deplora la suspensión de la ayuda de Estados Unidos al ejército libanés y sugiere de forma indirecta un golpe de Estado militar en Líbano a favor del general Joseph Aoun.
Agitadores del Canvas de Doha –organizadores de «revoluciones de colores» entrenados por el estadounidense Gene Sharp [4]– han sido identificados en Líbano entre los manifestantes.
[1] Las Falanges Libanesas (Kataeb) fueron creadas en 1936 siguiendo el modelo de la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera y constituyen el único partido fascista sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial.
[2] Después haber afirmado durante años que el Hezbollah había estado implicado en el asesinato de su padre, el ex primer ministro Rafic Hariri, Saad Hariri se convirtió en aliado del Hezbollah a raíz de su secuestro en Arabia Saudita.
[3] «With Lebanon making fragile progress, now is the wrong time to pull US assistance», Jeffrey Feltman, Brookings Institution, 1º de noviembre de 2019.
[4] «La Albert Einstein Institution: no violencia según la CIA», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de febrero de 2005.
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