Tanto la OTAN como la Unión Europea son hijas del Plan Marshall. De hecho, son las dos caras de una misma moneda. Pero la OTAN está por encima de la Unión Europea en la medida en que –según los tratados– la alianza atlántica garantiza la seguridad de la entidad supranacional europea.
Del 22 de febrero al 5 de marzo se desarrolla en el Mar Jónico el ejercicio de guerra antisubmarina de la OTAN denominado Dynamic Manta con la participación de navíos, submarinos y aviones de Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania, Grecia, España, Bélgica y Turquía.
Las dos unidades navales más importantes implicadas en Dynamic Manta son un portaaviones estadounidense de ataque de la clase Los Angeles y portaviones francés Charles de Gaulle, de propulsión nuclear. Inmediatamente después del Dynamic Manta, el Charles de Gaulle pondrá rumbo al Golfo Pérsico.
Italia, que participa con varios navíos y submarinos, es la nación que “acoge” todo el ejercicio ya que ha puesto a la disposición de las fuerzas participantes el puerto y la base de helicópteros de la marina de guerra italiana en Catania, la base aeronaval de Sigonella –que es la mayor base de Estados Unidos y la OTAN en todo el Mediterráneo– y la base logística de Augusta para garantizar el aprovisionamiento. El objetivo del ejercicio es la caza de submarinos rusos en el Mediterráneo ya que, según la OTAN, los submarinos rusos amenazan Europa.
Mientras tanto, el portaviones estadounidense USS Eisenhower y su grupo de batalla están de operaciones en el Atlántico para «demostrar el continuo apoyo militar estadounidense a sus aliados y el compromiso de mantener los mares libre y abiertos». Esas operaciones –bajo la dirección de la Sexta Flota estadounidense, con base en Gate (Italia) y cuyo mando central está en la región italiana de Nápoles– son parte de la estrategia enunciada por el almirante estadounidense James G. Foggo, quien fue comandante del Mando de la OTAN, también con base en Nápoles, cuando acusó a Rusia de querer utilizar sus submarinos para hundir los barcos que transitan entre los dos lados del Atlántico para aislar Europa de Estados Unidos. El almirante estadounidense Foggo afirmó entonces que la OTAN debe prepararse para la «Cuarta batalla del Atlántico», después de las dos guerras mundiales y la guerra fría.
Mientras se desarrollan los ejercicios navales, varios bombarderos estratégicos B-1 estadounidenses, enviados a Noruega desde Texas (Estados Unidos), están efectuando «misiones» en los límites del territorio ruso, junto con aviones F-35 noruegos, para «demostrar la rapidez y la capacidad de Estados Unidos de apoyar a sus aliados». Las operaciones en Europa y en los mares adyacentes se desarrollan bajo el mando del general estadounidense Tod Walters, de la US Air Force, quien encabeza el Mando de las fuerzas estadounidenses en Europa así como todas las demás fuerzas de la OTAN, dado su cargo de comandante supremo de la OTAN, que siempre va a manos de un general estadounidense.
Todas esas operaciones militares tienen como motivo oficial la «defensa de Europa contra la agresión rusa», explicación que es en realidad una inversión de la realidad ya que es la OTAN quien se extiende por Europa, implantando sus fuerzas y bases –incluso nucleares– al borde de las fronteras rusas.
Pero en el Consejo Europeo del 26 de febrero, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que «las amenazas que teníamos ante nosotros antes de la pandemia siguen ahí» y puso en primer plano «las acciones agresivas de Rusia», que según él tienen además como telón de fondo «el ascenso de China». Después resaltó que es necesario fortalecer el vínculo transatlántico entre Estados Unidos y Europa –exactamente lo que quiere la administración Biden– llevando a un nivel superior la cooperación entre la Unión Europea y la OTAN.
Stoltenberg recordó que más del 90% de los habitantes de la Unión Europea viven en países miembros de la OTAN (21 de los 27 países miembros de la Unión Europea son también miembros de la OTAN) y el Consejo Europeo reafirmó «el compromiso de cooperar estrechamente con la OTAN y con la nueva administración Biden en la seguridad y la defensa» haciendo que la Unión Europea sea militarmente más fuerte.
El nuevo jefe de gobierno de Italia, Mario Draghi, precisó en su intervención que ese fortalecimiento debe concretarse en un marco de complementación con la OTAN y de coordinación con Estados Unidos. Así que el fortalecimiento militar de la Unión Europea debe ser complementario con el de la OTAN, que a su vez tendrá que complementar la estrategia… de Estados Unidos, estrategia que consiste en provocar cada vez más tensiones con Rusia en Europa para elevar así el nivel de influencia de Estados Unidos en la Unión Europea.
Se trata de un juego cada vez más peligroso, ya que empuja a Rusia a rearmarse, y también cada vez más costoso. Así lo confirma el hecho que, en 2020, en plena crisis, Italia elevó sus gastos militares de forma tal que pasó del 13er lugar mundial al 12º, sobrepasando incluso a Australia.
Traducido al español por Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
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