Después de haber intervenido en secreto ante el gobierno de Finlandia para garantizar otra venta de aviones de combate estadounidenses, la Casa Blanca podría decidir dar un paso atrás y dejar el camino libre al Rafale francés, como compensación por la brusca anulación del contrato que Australia había firmado con París para la compra de una docena de submarinos franceses.
Según la publicación Politico, un grupo de parlamentarios estadounidenses encabezados por Marc Veasey (representante demócrata por Texas) y por Michael Turner (representante republicano por Ohio), habían solicitado y obtenido el apoyo de la Casa Blanca para garantizar la venta de aviones de guerra “Made in USA” a Finlandia.
Cinco fabricantes –el estadounidense Boeing con el F/A-18EF Super Hornet; Lockheed Martin, también estadounidense, con el F-35 Lightning II; el francés Dassault con el Rafale, el sueco Saab con el Grippen E/F y el consorcio europeo Eurofighter con el Typhoon– compiten actualmente en el proceso de licitación abierto por Finlandia.
Sin embargo, luego de la anulación unilateral anunciada por Australia de una importante compra de submarinos franceses de propulsión convencional, para adquirir finalmente submarinos nucleares estadounidenses, y de la decisión de Suiza de equipar su fuerza aérea con el F-35 estadounidense en vez del Rafale francés, la administración Biden se plantea dar a Francia la oportunidad de vender sus Rafale a Finlandia como premio de consolación.
Según el SonntagsZeitung [1] y Le Matin Dimanche [2], el presidente francés Emmanuel Macron anuló en represalia un encuentro que tenía programado para noviembre, en la capital francesa, con el presidente de la Confederación Suiza, Guy Parmelin.
El equipo de trabajo del presidente Macron atribuyó ese cambio a la agenda particularmente cargada del presidente francés.
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