El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue recibido el 4 de diciembre por el príncipe Mohamed ben Salman en Riad, la capital de Arabia Saudita. Macron llegaba al encuentro trayendo en el bolsillo la dimisión del ministro de Información de Líbano, Georges Kordahi.
Georges Kordahi (ver foto) hizo carrera como periodista y después como presentador en medios de prensa profranceses, probritánicos, prosauditas y, finalmente, proiraníes. Se hizo célebre en el mundo árabe como presentador de una versión del juego televisivo británico Who Wants to Be a Millionaire.
Gracias a sus contactos con el antiguo grupo armado cristiano conocido como Brigada Marada, encabezado por Soleimane Frangié y hoy transformado en partido político, Georges Kordahi se convirtió en ministro de Información en el gobierno del actual primer ministro libanés Najib Mikati.
Pero sus declaraciones sobre lo absurdo de la guerra de Arabia Saudita contra Yemen –algo evidente para todos– fueron vistas en Riad como irrespetuosas hacia el príncipe heredero Mohamed ben Salman, promotor de esa agresión y el reino rompió todas sus relaciones con Líbano.
A pesar de las fuertes presiones de las que fue objeto, Georges Kordahi no renegó de sus palabras. Partidario de la soberanía libanesa, Kordahi aceptó sin embargo renunciar a su cargo, a pedido del presidente libanés Michel Aoun, con la esperanza de abrir una puerta de salida a la grave crisis que enfrenta su país.
Luego de haber viajado a Riad ignorando el rechazo de Estados Unidos a codearse con el príncipe Mohamed ben Salman –altamente sospechoso de haber ordenado el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, en el consulado de Arabia Saudita en Turquía– el presidente de Francia puede enorgullecerse haber llegado al reino con la cabeza de Kordahi en bandeja de plata para su amigo el príncipe heredero.
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