Rocco Buttiglione

Los días 5 y 6 de octubre pasados, se produjo una viva conmoción en Bruselas durante las audiencias de Rocco Buttiglione, el comisionado europeo designado para ocupar este puesto. EL ejercicio de estilo se tornó en enfrentamiento. Por primera vez en su historia, una comisión del Parlamento Europeo se opuso al nombramiento de un comisionado europeo. Sin embargo, teniendo en cuenta la falta de precedente, ignoramos las consecuencias prácticas de ese voto.

Recordemos los hechos: el presidente José Manuel Durao Barroso le confió al ministro italiano de Asuntos Europeos, que fue designado por Silvio Berlusconi para representar a Italia en la Comisión Europea, la cartera «Justicia, Libertad, Seguridad».

Según el procedimiento, este nombramiento debe ser aprobado por el Parlamento Europeo con la opinión previa de sus dos comisiones competentes. Además, nuestros amigos de Bruselas habían sensibilizado ampliamente a los diputados sobre la personalidad del candidato a comisionado.

Sin abordar la cuestión de las pertenencias, que podría haber provocado cuestionamientos a terceros, los parlamentarios cuestionaron al señor Buttiglione sobre sus convicciones personales y el peso que pudieran tener en la forma de ejercer sus funciones.

A la pregunta de Kathalijne Buitenweg (Verdes (ecologistas)/Holanda) y Michael Cashman (Soc/Reino Unido) sobre si lucharía eficazmente contra la discriminación de los gays, Rocco Buttiglione se colocó primero bajo los auspicios de Kant para establecer la diferencia entre moralidad y Derecho. Después, respondió que «[él era] libre de pensar que la homosexualidad es un pecado», pero que no dejaría de aplicar lo que la Carta de los derechos fundamentales estipula contra la discriminación.

A una pregunta de Bogdan Pek (Ind/Portugal) sobre la naturaleza del matrimonio, respondió que su posición era tradicional y conocida por todos: «Una mujer tiene derecho a tener hijos y disfrutar de la protección de un hombre». Sabiéndose en una situación embarazosa, al otro día indicaba que sus palabras habían sido mal interpretadas: «No quiero que las mujeres permanezcan en la casa, pero ellas están sobrecargadas y debemos establecer una política que les permita ser madres, continuar su carrera y cultivar otros intereses».

A propósito del matrimonio entre personas del mismo sexo, se pasó de los límites, al afirmar que «la Unión [europea] no define el matrimonio».

Como resultado de esas aclaraciones y algunas otras jocosidades, la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo se pronunció por mayoría contra el nombramiento de Buttiglione en ese puesto. Luego, en una segunda votación, los parlamentarios indicaron que no querían que al candidato se le propusiera otra cartera.

Es muy poco probable que esa decisión sea compartida por todo el Parlamento, en la medida en que, hasta el momento, dicha asamblea nunca se atrevió a criticar al comisionado, pero siempre puede darse una sorpresa y los parlamentarios podrían aprovechar esta ocasión para convertirse por fin en un contrapoder institucional.

Entonces, ¿quién es Rocco Buttiglione?

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Rocco Buttiglione nació el 6 de junio de 1948 en Gallipoli. Cursó estudios de Derecho en las universidades de Turín y Roma, donde fue alumno del profesor Augusto Del Noce. Posteriormente, hizo una brillante carrera universitaria como profesor de filosofía política que lo llevó a enseñar no sólo en Italia, sino también en los Estados Unidos, Liechtenstein y Polonia.

Entró en la política durante el hundimiento de la Democracia Cristiana, fue diputado en 1994 y después diputado europeo en 1999. Participa en la creación de una nueva formación política, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y se convierte en su secretario general, más tarde lo nombran ministro de Asuntos Europeos en el segundo gobierno de Berlusconi.

A esta biografía demasiado oficial sería conveniente añadir que el señor Buttiglione es un católico ferviente que milita en la asociación Comunión y Liberación (cuyo partido político surge de esta) [1], y es amigo cercano y consejero escuchado del papa Juan Pablo II a cuyo pensamiento dedicó un libro de referencia [2].

En realidad, Rocco Buttiglione es una personalidad clave del dispositivo de influencia intelectual de la Santa Sede. Toda su obra tiende a establecer la convergencia entre «el individualismo metodológico» de los pensadores libertarianos Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek [3] y el «personalismo polaco» de Karol Wojtyla [4].

Ese trabajo encontró su momento cumbre con la encíclica Centesimus Annus (1991) en la que Juan Pablo II detalla las bases morales del libre mercado y niega la idea de una tercera vía entre capitalismo y comunismo.

Una red intelectual transatlántica y atlantista

Para sustituir ese «personalismo económico» en la antigua «doctrina social de la Iglesia» y erigir las teorías pseudoliberales de los Estados Unidos en dogmas, Rocco Buttiglione desarrolló dos centros de enseñanza: la Academia Internacional de Filosofía (IAP) de Liechtenstein, de la que es vicerrector, y la universidad católica de Lublin (Polonia), de la que es doctor honoris causa.

La Academia Internacional de Filosofía (International Akademie für Philosophie) fue fundada en 1986 por el profesor Josef Seifert bajo el alto patronato del príncipe consorte, Nikolaus von und zu Lichtenstein. El financiamiento fue asegurado principalmente por los Caballeros de Colón (Estados Unidos) y el Opus Dei (Santa Sede).

La Academia fue instalada en Schan (Lichtenstein) y dispone desde el 15 de agosto de 2004 de un segundo centro en la universidad pontificia de Santiago de Chile. La obra es administrada por nobles católicos como Siméon de Habsbourg y Nikolaus von Lobkowicz, y la apadrinan ocho intelectuales entre quienes se encuentran Francisco Consiga y Alexandre Solzhenitsin.

La universidad católica de Lublin se fundó inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial. A partir de 1954, Karol Wojtyla impartió allí Ética Cristiana durante aproximadamente veinte años. Cuando fue elegido papa, se creó en la universidad, en su honor, el Instituto Juan Pablo II.

Recíprocamente, para lograr que la teología católica entrara en la escuela económica de Chicago, Rocco Buttiglione se apoyó en diversos think tanks [centro de investigación, de propaganda y divulgación de ideas, generalmente de carácter político, N. del Traductor.]

Trabajó en el American Enterprise Institute (Washington) [5] junto al teólogo y embajador Michael Novak, lo que le permitió el contacto con los neoconservadores Lyne Cheney, Richard Perle, y otros.

Participó en los trabajos del Ethics and Public Policy Centre (Washington) junto al teólogo católico George Weigel, ex miembro del FPRI [6], y sobre todo con el teólogo judío Elliot Abrams, personaje clave del Irangate y actualmente de la política de los Estados Unidos en el Medio Oriente.

Reverendo Robert A. Sirico.

Apoyó el Institute on Religion and Public Life del teólogo luterano convertido al catolicismo, padre Richard John Neuhaus.
Sobre todo, dirigió el Action Institute for the Study of Religion and Liberty desde su creación, en 1990, por el reverendo padre Robert A. Sirico [7].

Este último es miembro del club libertariano de mayor rango, la Sociedad del Monte Peregrino. El Instituto organiza principalmente cursos para seminaristas católicos y todos los que sean destinados a funciones sacerdotales en cualquier Iglesia, a fin de iniciarlos en los fundamentos de la Biblia del libre mercado y la globalización.

Rocco Buttiglione no es simplemente un integrista católico proveniente del movimiento Comunión y Liberación, es sobre todo el profeta de los fundamentos divinos del libre mercado, el arquitecto de la alianza ideológica entre el Vaticano y los libertarianos que siguió al hundimiento de la URSS.

Por ese motivo, hace un decenio, se unió a la poderosa congregación del Opus Dei [8].

[1Comunión y Liberación había creado primero El Movimiento Populare. Este originó el Cristiani Democratici Uniti.

[2Libro: Il pensiero di Karol Wojtyla, por Rocco Buttiglione, Jaca Book, 1982. Versión francesa: La Pensée de Karol Wojtyla (El pensamineto de Karol Wojtyla), editorial Fayard 1984.

[3«Friedrich von Hayek, el padre del neoliberalismo», por Denis Boneau, Voltaire, 30 de enero de 2005.

[4Para ser más precisos, la escuela personalista polaca encuentra su origen entre los discípulos de Edmund Husserl: Adolf Reinach, Edith Stein, Roman Ingarden, Dietrich von Hildebrand, Max Scheler y, finalmente, Karol Wojtyla llamado «Juan Pablo II».

[5Ver: «El Instituto Norteamericano de la Empresa», Voltaire, 13 de marzo de 2005.

[6Ver en francés: «El FPRI y Robert Strausz-Hupé», Voltaire, 24 de septiembre de 2004.

[7El Action Institute se formó en el marco de la red internacional de promoción de las ideas libertarianas de Sir Anthony Fisher. Ver: «El Manhattan Institute, laboratorio del neoconservadurismo», por Paul Labarique, Voltaire, 30 de enero de 2005.

[8Ver nuestra carpeta «El Opus Dei»