La reforma electoral para las elecciones presidenciales ha abierto una nueva etapa vibrante y dinámica en nuestra vida política. Por supuesto que hay excesos, pero eso estaba previsto. Lo importante es que el pueblo egipcio pueda decidir su propia opción. Yo sé que conoce la diferencia entre vagas promesas electorales y compromisos firmes.
Algunos de mis adversarios retoman las propuestas hechas por el gobierno, otros no comprenden la situación regional existente o se limitan a criticar. Mi programa, por el contrario, se basa en lo que ya hemos logrado. Nuestras reformas han tenido gran éxito, pero el público no siempre lo ha sabido porque no me gusta alardear y porque muchos electores son demasiado jóvenes para acordarse de la situación que había en Egipto antes de que recuperáramos el Sinaí. No obstante, los egipcios se sienten satisfechos por la manera en que ha mejorado su vida. Continuaremos con la democratización para obtener una mayor participación de la población. Si marchamos hacia la democracia es porque ya podemos hacerlo gracias a las reformas económicas que hemos llevado a cabo.
Durante esta campaña, hago una clara distinción entre mis actividades de candidato y mi labor como presidente. Como presidente, mi prioridad es la seguridad nacional. Vivimos una época turbulenta con la retirada israelí de Gaza, la situación en Irak y la de Sudán. Siria y el Líbano están sometidos a presiones, el Cuerno de África vive en condiciones inestables y continúan los problemas en la región de los Grandes Lagos donde está la fuente del Nilo. Egipto tiene un papel que desempeñar en todas estas cuestiones. Es también para trabajar en estos asuntos que convoqué una Cumbre árabe con carácter extraordinario.
Egipto se niega a sufrir presiones de nadie. Nuestras relaciones con las potencias mundiales y con la única superpotencia se basan en la amistad, en el respeto mutuo y en el interés común. Nuestra reforma actual es el resultado exclusivo de la voluntad egipcia. Las reformas no pueden ser dictadas desde el exterior, la reforma política se basa en la estabilidad del país, que sigue siendo una cuestión prioritaria para mí. Vivimos en una región turbulenta que ayudamos a apaciguar. Egipto, asimismo, tiene una dimensión africana.
«Commitments, not promises», por Hosni Mubarak, Al Ahram, 1° de septiembre de 2005. Texto adaptado a partir de una entrevista. Decidimos no tratar las partes referentes a la vida económica egipcia.
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