«Redorar el blasón de la ONU»

Los Jefes de Estado y de Gobierno se reúnen hoy en Nueva York para discutir la reforma de las instituciones. Los embajadores trabajan con denuedo para dar el toque final a los últimos detalles de las propuestas de reformas.
En 27 años de trabajo en la ONU, he podido observar numerosas transformaciones. Cuando entré a la organización, nadie hubiera creído que la ONU organizaría elecciones en los países soberanos, conduciría inspecciones de armas, impondría sanciones comerciales a un Estado miembro o crearía tribunales internacionales. Ello significa que la ONU es una institución muy flexible, que ha sabido evolucionar para responder a los cambios de la época. Los imperativos de la actual reforma están dictados por la Guerra de Irak. El prestigio de la ONU decayó en los Estados Unidos por no apoyar la guerra y en el exterior por no poder impedirla. Frente a esa situación, Kofi Annan decidió lanzar un gran plan de reforma.
Annan nombró a personas eminentes para examinar los asuntos de paz y seguridad, mientras que un grupo paralelo de economistas, dirigidos por Jeffrey Sachs, estudian las medidas a adoptar para cumplir los compromisos establecidos en la Declaración del Milenio. En marzo, Annan sintetizó las propuestas. Ese informe permitirá a la ONU evolucionar y concretar los cambios ya orquestados. En la actualidad, las Naciones Unidas promueven los Derechos Humanos y fortalecen las instituciones y prácticas democráticas en todo el mundo. La ONU instauró un Fondo para la Democracia y propusimos establecer una Comisión de Construcción de la Paz para ayudar a los países a pasar del estado de guerra al de paz sostenible.
Debemos aceptar los retos de nuestro tiempo pero también los antiguos, los del subdesarrollo, del sida o de las catástrofes naturales. Esta cumbre deberá reafirmar los Objetivos del Milenio para el Desarrollo y reafirmar el compromiso de la comunidad internacional respecto de la realización de esos objetivos para 2015. Esta cumbre será la mayor reunión de dirigentes políticos de todo el mundo, de toda la historia humana. Si esos dirigentes cumplen sus obligaciones, el renacimiento y renovación de la ONU serán posibles.