Hace años, los pacifistas se hacían la siguiente pregunta retórica: ¿qué ocurriría si se declarara una guerra y nadie aceptara pelear en ella? Hoy, debemos formularnos otra interrogante: ¿qué ocurriría si el Pentágono tuviera que librar una guerra y Alemania no la autorizara?
La probabilidad de que Estados Unidos tenga que recurrir a la fuerza contra el régimen islamo fascista de Irán para impedir que éste cuente con armas nucleares es cada vez mayor. Mahmud Ahmadineyad fue muy preciso: Irán seguirá adelante con su programa nuclear militar y dice estar listo para suministrarle esta tecnología a otros Estados islámicos. Francia, Gran Bretaña y Alemania jugaron en una primera etapa la carta de la eliminación de las tensiones pero al darse cuenta de la inutilidad de esta política parecen estar dispuestos a abrazar la posición estadounidense y quieren presentar el tema a la ONU. Sin embargo, la protección de Rusia y de China le permitirá a Irán escapar a cualquier sanción de la organización.
Gracias a este patrocinio, Irán puede seguir perturbando la liberación de Irak y transformando a Gaza en refugio de terroristas. Como si esto no fuera suficiente, Irán busca un medio para golpear a Estados Unidos con un impulso electromagnético masivo que destruirá todos los programas electrónicos de nuestro país. Es preciso por lo tanto preparar nuestras defensas contra un ataque de Irán. Lamentablemente, para ello el US Army, la Navy y las oficinas del Pentágono deberían estar en condiciones de hacerlo. Ahora bien, todos dependen de un programa de gestión de recursos poco confiable vendido por una sociedad alemana. Pero ocurre que Gerhard Schröder no sólo se opone a una guerra contra Irán, sino que además este programa informático también se comercializa en Irán. Como no contamos con un programa estadounidense, Alemania dispone de un derecho de veto con relación a nuestras intervenciones.
Washington Times (Estados Unidos)
Propiedad del reverendo Sun Myung Moon (Iglesia de la Unificación).
«A German veto?», por Franck J. Gaffney Jr., Washington Times, 20 de septiembre de 2005.
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