La herencia de Slobodan Milosevic es la sangre y el caos. Fue en gran parte responsable por los miles de muertos que provocó la desintegración de Yugoslavia, incluso Franjo Tudjman tuvo también su cuota de responsabilidad. Milosevic fue más un oportunista que un nacionalista, pero liberó las fuerzas del nacionalismo serbio. La respuesta fue Tudjman en Croacia, y un genocidio y limpieza étnica en Bosnia.
Milosevic llevó el desastre y cubrió de vergüenza a los serbios, pueblo que ante los ojos del mundo es el responsable de masacres como la de Srebrenica. Al final los serbios se dieron cuenta de quién era y lo derrocaron. Durante mucho tiempo engañó a los dirigentes occidentales y la intervención en su contra se produjo demasiado tarde. Logró burlarlos por su atracción y capacidad para mentir.
Hoy los Balcanes son los campeones mundiales de la teoría del complot; confiemos en que pronto encontrarán teorías sobre la muerte de Slobodan Milosevic. ¿Pero para qué habría servido su muerte? En todo caso no ayuda al tribunal de La Haya.

Fuente
The Independent (Reino Unido)

«Bloody legacy of a man whose talent was lying », por Paddy Ashdown, The Independent, 13 de marzo de 2006.