Por primera vez en este informe cuatrianual sobre las prioridades militares-estratégicas se incluye una amplia sección acerca del cambio climático y sus potenciales consecuencias geopolíticas.

Robert Gates, secretario de Defensa, declaró hoy a reporteros que al desarrollar estrategias militares se debe tomar en cuenta que se enfrenta un mundo donde las amenazas más probables y letales emanarán de estados fracasados o fracturados. Gates y los jefes del estado mayor enfatizaron que hay una gama de nuevos desafíos que van más allá de los marcos tradicionales. De hecho, elevaron el universo del ciberespacio como un nuevo terreno de conflicto.

La Revisión Cuatrianual de Defensa (QDR, por sus siglas en inglés), presentada hoy al Congreso por el Departamento de Defensa, es un ejercicio que enmarca opciones estratégicas generales e identifica las prioridades a mediano plazo. Hoy fue empleada para justificar los gastos militares; identifica como misiones centrales de las fuerzas armadas la defensa de la nación, lograr éxito en operaciones de contrainsurgencia, estabilidad y antiterrorismo, construir la capacidad de seguridad de naciones socias, derrotar agresiones en ambientes difíciles, prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva y operar de manera efectiva en el ciberespacio.

El QDR afirma que los intereses y el papel de Estados Unidos en el mundo requiere de fuerzas armadas con capacidades inigualables y la voluntad de la nación para emplearlas en la defensa de nuestros intereses y del bien común. Estados Unidos permanece como la única nación capaz de proyectar y sostener operaciones de gran escala a través de vastas distancias. Esta posición única genera una obligación de ser administradores responsables del poder e influencia que la historia, la determinación y la circunstancia han otorgado.

El Departamento de Defensa sostiene que en este siglo, como en el pasado, Estados Unidos se ha esforzado por proteger a nuestro pueblo, promover la estabilidad en regiones claves, otorgar asistencia a naciones necesitadas y promover el bien común.

A la vez, señala que ha cambiado el panorama estratégico: El surgimiento de nuevos poderes, la creciente influencia de actores no estatales, la difusión de armas de destrucción masiva y otras tecnologías destructivas, y una serie de tendencias constantes y emergentes presentan desafíos profundos al orden internacional. Afirma que la distribución del poder político, económico y militar global es cada vez más difusa, al señalar el surgimiento de China e India, y de actores no estatales cada vez con más acceso, por la globalización, a tecnología más peligrosa.

Ante todo esto, los estrategas tienen que poder planear tanto para conflictos tradicionales como para enfrentar las nuevas amenazas. Por lo tanto el QDR identifica el éxito en contrainsurgencia junto con la lucha antiterrorista como uno de los ejes centrales de la estrategia militar. Estados Unidos tiene que retener la capacidad de conducir operaciones de contrainsurgencia, estabilidad y antiterrorismo de gran escala en una amplia gama de ambientes, afirma. Así, en el presupuesto se plantea un incremento de 6 por ciento para fuerzas de operaciones especiales, por un total de 6.3 mil millones, y un incremento de 2 mil 800 soldados.

América Latina

Según el QDR, el objetivo estratégico es trabajar hacia un hemisferio occidental seguro y democrático al desarrollar relaciones de defensa regionales que abordan amenazas domésticas y trasnacionales como organizaciones narcoterroristas, tráfico ilícito y disturbio social.

Pero para ello no se requiere de una presencia militar amplia, sino que se mantendrá una presencia limitada mientras buscamos mejorar relaciones con estados regionales y sus militares en promover nuestros objetivos comunes de seguridad hemisférica.

Por otro lado, se afirma que “continuaremos trabajando de cerca con México para mejorar nuestra forma cooperativa de abordar la seguridad fronteriza, la mejora de la capacidad de defensa u operaciones coordinadas…” A la vez, subraya el compromiso estadunidense de fortalecer la relación con Brasil en toda la gama de asuntos regionales como los de seguridad global.

Cambio climático, ¿aliado o enemigo?

Se identifica el cambio climático como un nuevo factor militar estratégico, al señalar que el cambio climático podría tener impactos geopolíticos significativos en el mundo, contribuyendo a la pobreza, la degradación ambiental, y mayor debilitamiento de gobiernos frágiles, como también empeorará la escasez de alimentos y agua, se incrementará la dispersión de enfermedades y se podría promover la migración masiva, alerta, citando fuentes de inteligencia. “Mientras que el cambio climático por sí solo no causa conflicto, podría actuar como acelerador de la inestabilidad o conflicto…”

Al parecer, defenderse ante tanta amenaza es cada vez más caro. Los 708 mil millones en la propuesta de Obama para gasto militar, incluidos 159 mil millones para las misiones bélicas en Irak, Afganistán y Pakistán, provocan críticas, ya que no sólo constituye un nuevo récord, sino se presenta en momentos de crisis, cuando otros programas federales tendrán que ser sacrificados. Todo esto aún tendrá que ser ratificado por el Congreso (el cual podría elevar aún más la suma total).

Fuente
La Jornada (México)
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