La obra de Alexis de Tocqueville, el más grande innovador de lo que se llama el buen gobierno republicano amalgamado con la naciente democracia moderna –republicanismo y democracia enraizados en la gloriosa Revolución Francesa de 1789 y su continuación, para no quedar inconclusa, en 1848–, compuesta por 20 gruesos tomos (en francés), contiene el texto Recuerdos de la revolución de 1848. “Momentáneamente alejado del teatro de las actividades públicas, y no pudiendo tampoco entregarme a ningún estudio continuado, a causa del precario estado de mi salud, me veo reducido, en medio de mi soledad, a reflexionar, por un instante, acerca de mí mismo, o, más bien, a mirar a mi alrededor los acontecimientos contemporáneos en los que he sido actor o de los que he sido testigo”.
El 29 de enero de 1848, Tocqueville, diputado ante el Parlamento de Francia, da lectura a un discurso sustentado en la diversidad de agitaciones sociales que lo hicieron deducir la caída de la monarquía restaurada, y lo que “restaba del antiguo régimen fue destruido para siempre”, que produce la abdicación de Luis Felipe y da paso a la inauguración de la II República que abolió el mal gobierno sustentado en una devoradora corrupción; en una “lucha de querellas de palabras” que llevaron a Tocqueville a pronunciar ese discurso que hasta sus compañeros legisladores calificaron de “sombrías predicciones”. El texto se publicó al día siguiente, el 30 de enero. El 23 de febrero de ese 1848, una serie de manifestaciones callejeras antigubernamentales reprimidas por los militares se convierten en el inicio de la revolución de 1848.
Este discurso confirmó a Tocqueville –el grandioso teórico-historiador con su obra magna La democracia en América– como un estadista de la praxis política. Advertía que los gobernantes se habían “hecho indignos de ejercer el poder, ya que por su indiferencia, su egoísmo, por sus vicios (corrupción, mala administración, etcétera) se habían vuelto incapaces e indignos de gobernar”. Este manifiesto es parte del libro Recuerdos de la revolución de 1848, con extraordinaria introducción de Luis Rodríguez Zúñiga. Recreadora traducción de Marcial Suárez (edición de 1984) y prólogo de Ramón Ramos en la reedición de 1994.
La revolución de 1848 es el desenlace, la etapa final de la de 1789, para ser la única que completó su ciclo, ante las demás que promovió por Europa, Rusia y en toda América a partir de 1776-1800, que tienen como factor común el postulado de Lincoln: “El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, continuado con el principio de Al Smith: “Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia”. La magnífica, innovadora y actual obra de Tocqueville –La democracia en América; El antiguo régimen y la revolución; y los Recuerdos de la revolución de 1848– es el origen de todo ello.
Ficha bibliográfica Título: Recuerdos de la revolución de 1848 Editorial: Nacional y/o Trotta |
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