Los takfiristas son una corriente sectaria extremadamente marginal dentro del Islam sunnita. Ven herejes por todos lados y estiman que es correcto asesinarlos. Su prioridad en materia de gente a liquidar son los propios musulmanes que se niegan a unirse a ellos. Hoy en día, los takfiristas gozan del respaldo de una facción de la familia real de Arabia Saudita aliada a Estados Unidos e Israel en el intento por acabar con el régimen laico sirio.
A principios de 2012, se pidió a varios ricos sauditas miembros de la secta takfirista que ayudaran a financiar el reclutamiento de kamikazes para perpetrar atentados en Siria. Los donantes piensan que al hacerlo están cumpliendo con el pago del impuesto islámico.
En el video que acompaña esta nota, un hombre vende en subasta la vida de uno de sus hijos a un takfirista a cambio 1,5 millones de rials sauditas (unos 400 000 dólares). Semanas más tarde, el joven así subastado, previamente endrogado, murió en Idlib, Siria, al hacer estallar una bomba en un atentado tipo kamikaze. La autoría del atentado fue reclamada por al-Qaeda.
El vendedor que se ve en el video ya había ofrecido anteriormente la vida de otro de sus hijos para llevar la yihad a Siria. La realidad es que el Islam prohíbe que los musulmanes matar a otros musulmanes, pero los takfiristas consideran herejes a la inmensa mayoría de los demás musulmanes y para ellos Siria está llena de herejes cuyo asesinato ellos deben propiciar o perpetrar personalmente para ir al paraíso.
En la segunda parte del video, los sobrevivientes gritan insultos contra el jeque Andan Al-Arur, predicador takfirista convertido en jefe espiritual del llamado Ejército Sirio Libre.
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