El Pentágono sigue extendiendo su despliegue militar a las puertas de Rusia. Sin embargo, a cada posicionamiento de nuevas armas ofensivas, Rusia responde con el despliegue de nuevas armas defensivas. Parece poco probable que Washington esté preparándose realmente para atacar a Moscú. Todo se desarrolla más bien como si el verdadero objetivo de ese despliegue fuera provocar a Rusia y dar cuerpo a la amenaza que supuestamente se cierne sobre el centro de Europa, justificando así la «protección» estadounidense.
El Pentágono parece decidido a amenazar el oeste de Rusia mientras aún dispone de la superioridad tecnológica, o sea hasta 2018. El éxito de los blindados estadounidenses depende de la ejecución por sorpresa de operaciones con fuerzas aerotransportadas realizadas con aviones dotados de rotores móviles (O/MV-22) y con los helicópteros de transporte CH-47, CH-53E y UH-60. Simultáneamente, habría que «limpiar» el teatro de operaciones de la presencia de blindados rusos, «limpieza» que debería ser ejecutada con helicópteros estadounidenses de ataque AH-64, OH-58 y AH-1W/Z.
Para enfrentar la agresión estadounidense, Rusia anunció que creará 2 nuevas divisiones dentro del Mando Estratégico del Oeste (Smolensk y Voronezh) y una división en el Mando Estratégico Sur (Rostov del Don). Al mismo tiempo, en la frontera rusa con Finlandia, los países bálticos y Polonia, los guardafronteras del ministerio del Interior de Rusia iniciaron el despliegue de redes de sensores anti-intrusión del tipo «Owl». Ese dispositivo permite la detección, reconocimiento, obtención de coordenadas y vigilancia de blancos móviles, mostrando en tiempo real su desplazamiento en un mapa numérico de la región.
El sistema «Owl-SBRM» (Служебно-боевая разведывательная машина) es operado por un grupo de soldados a bordo de un vehículo blindado ligero GAZ-233036 Tigre e incluye hasta 50 u 80 sensores-transmisores magnéticos, sísmicos y acústicos. Estos sensores, con un peso de unos 700 gramos, están implantados en forma de red en una zona bien definida y se monitorean de manera remota. Pueden ser implantados en zonas inaccesibles (bosques, pantanos o regiones lacustres). Cada sensor está calibrado para 31 canales y cada canal reconoce 27 códigos de identificación correspondientes a las frecuencias de las vibraciones que emitiría cualquier tipo de helicóptero, avión de rotores móviles, así como cualquier tipo de blindado u otros tipos de material de guerra. Cada sensor detecta los blancos en un radio de 15 kilómetros, con una precisión máxima de 2 grados a una distancia de 1,2 kilómetros, indicando la dirección de su desplazamiento. La batería del captor garantiza su funcionamiento durante 130 días.
El vehículo automotor GAZ-233036 está dotado de un brazo telescópico, que lleva encima una antena de radar cuyo radio de detección abarca 40 kilómetros, y de un sistema optrónico que se compone de 8 canales con cámaras de video, cámaras de detección térmicas (infrarrojas) y telémetros laser. El grupo de vigilancia de la frontera dispone además de mini-drones de reconocimiento, con una autonomía de 60 minutos cada uno. El funcionamiento de todo el conjunto de ese sistema se controla a través de pantallas a bordo del vehículo GAZ-233036 o, de manera individual, a través de ordenadores portables. El sistema Owl-SBRM fue producido en Tula por Diamant-Antey y puesto a prueba entre 2013 y 2015, antes de ser desplegado en la base aérea rusa de Hmeymim, en Siria, como parte del dispositivo de defensa terrestre de dicha base.
El sistema Owl-SBRM forma parte de las herramientas de reconocimiento y espionaje del tipo MASINT (Measurement and Signature Intelligence) que permiten recibir y medir la reflexión de las emisiones (sonido, vibración, presión) causadas por cualquier tipo de material militar, que se transmiten a través del aire, el agua y el suelo. El ejército estadounidense fue el primero en utilizar sensores acústicos (AN/PRS-9), durante la guerra de Vietnam, para detectar los camiones norvietnamitas que se movían en la selva, utilizando la célebre Ruta Ho Chi Min.
La marina estadounidense utiliza un sistema que constituye una adaptación basada en la hidro-localización. Las fuerzas terrestres de Estados Unidos poseen 8 200 dispositivos de la familia BAIS (Battlefield Anti-Intrusion System) fabricados por la firma L-3 Communications y los han utilizado para garantizar la seguridad de las bases militares estadounidenses en Irak y Afganistán. El mejor de esos dispositivos es el AN/GSR-8 (REMBASS II), puesto a la disposición de la brigada Stryker y de las fuerzas especiales.
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