Decenas de afganos han muerto en días pasados por una bomba no nuclear lanzada por Estados Unidos. Dicen los medios norteamericanos que las víctimas son integrantes del Estado Islámico. ¿Quién confirma tal aserción? El poder devastador del explosivo no pregunta por carné partidario, sólo destroza y pulveriza. Ciertamente el suceso monstruoso y criminal no ha merecido condena expresa y terminante de la Cancillería del Perú, por lo menos no figura en su página web.

Puédese entender que la fe religiosa del titular de Relaciones Exteriores, Ricardo Luna y el séquito que oficia de cuerpo asesor, sea tan católica que decidió guardar silencio porque ¡al fin y al cabo, los caídos son tan lejanos y ajenos a nuestra realidad! Pero también cabe otra interpretación, más mundana y realista: la sumisión de Cancillería a Estados Unidos y su política bombardera, cobra visos de escándalo y complicidad ¡como nunca antes!

Hay que recordar a la eternamente dormida Cancillería del Perú que los ataques acontecidos violan todos los tratados multilaterales y la mudez ante estos crímenes, sólo configura anuencia servil y deplorable con el señor Donald Trump y sus abusivos designios. Mañana o pasado podría ser, por quítame estas pajas, una bomba en Caracas o Lima. ¡O en cualquier parte en que los mandones de la Casa Blanca decidan ejercer su escarmiento contra los derechos a la vida de cualquier pueblo que les resulte incómodo, inviable o inferior!

La eternamente dormida Cancillería da muestras cotidianas, aunque parezca un contrasentido, de ser una entelequia militante que deja que todo pase sin expresión de parte. En pocos meses la Corte Internacional de La Haya dará su veredicto en torno al caso que protagonizan Chile y Bolivia y nadie sabe ¿qué previsiones está tomando Torre Tagle? Para Bolivia el asunto es trinacional. Para Chile siempre conveniente responsabilizar al Perú del enclaustramiento a que ellos empujaron al país altiplánico desde 1879.

Si el silencio de Relaciones Exteriores es un gesto ineficiente y mediocre, la miopía, cuasi ceguera, de los clubes electorales, mal llamados partidos políticos, es digna de un viaje al tacho de basura sin escalas y de frente. Verbi gracia, antaño el Apra proclamaba su solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo, hoy ¡ni siquiera se dan por enterados del bombardeo en Afganistán o en cualquier otra parte! Y hay muertos achicharrados por el poder no nuclear de dicha arma letal.

¿Y qué dice el resto? Nada de nada. Pedirle peras al olmo, en buena cuenta, requerir de nuestros burros políticos, inventiva o ingenio es tan estéril como esperar honestidad de quienes llegan sólo a depredar las cansadas ubres del Estado. Hay, felizmente, excepciones, pero sobran los dedos de la mano para contarlas.

Semanas atrás hasta el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se dio el lujo de contar en detalle las medidas de previsión contra las inundaciones del Niño costero. Nadie se preguntó en Perú ¿cómo allá sí solucionaban el asunto y aquí no? Más grave aún: ¡no se ha pedido informe minucioso de qué ha hecho el representante de Perú en el Plan Binacional Perú-Ecuador, diplomático Harold Forsyth Mejía y que sabía ¡todo lo que se estaba haciendo en el país del norte, al respecto! Nótese que durante más de dos años, el diplomático ganó más de US$ 8 mil dólares mensuales, carro y chofer y cuando las circunstancias requirieron de su concurso profesional e imprescindible ¡no hay señas de absolutamente nada! ¿Por causa de qué los clubes electorales en el Congreso no llaman al adormilado canciller Ricardo Luna para que explique esta clamorosa desazón institucional? Forsyth se va como embajador del Perú a Japón en breve.

Pocos días atrás el titular del Perú en España, José Antonio García Belaunde, el célebre y silencioso cómplice del regalo que hiciera de los cielos del Perú, Alan García Pérez, con el Memorándum del 2011, a Lan Chile, promovió la visita del vicecanciller ibérico a Lima y aunque casi nadie se enteró, aquél sólo visitó cárceles para ver cómo estaban sus connacionales y ¡sanseacabó! ¿Cómo puede permitirse tanta mediocridad en los pagos de Torre Tagle? ¿y por causa de qué premian a quienes han incurrido en traición a la Patria como es el caso de Gonzalo Gutiérrez Reinel, ahora en Bélgica?

En intervención televisada en Todo se sabe, el 17-2-2017 (Alan García obsequió soberanía aérea del Perú a Lan https://www.youtube.com/watch?v=C-MamY6vMfE) denuncié, porque no lo hacen los clubes electorales, el regalo de los cielos del Perú a Lan Chile, el 2011 y mencioné a Alan García Pérez, José Antonio García Belaunde, Gonzalo Gutiérrez Reinel, Enrique Cornejo Ramírez y otros. Y siendo que es un asunto de soberanía, como lo reconoció la propia Cancillería el 2016 ante requerimiento de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, el ministerio de Relaciones Exteriores ¡ni de oficio! investiga en qué estado se encuentra el tema y no lo impulsa o lo invalida. ¿A qué se debe tanta lenidad insufrible de empleados, los diplomáticos lo son, que no cumplen con sus deberes?

¿Cómo despertamos a la eternamente dormida Cancillería del Perú?