Los aviones “invisibles” estadounidenses escapan a la vigilancia de los radares comunes. Pero son fácilmente detectables para una tecnología vieja y particularmente pesada. Además, todos esos aviones dependen de la tecnología GPS, que los hace detectables.
Los aviones llamados «furtivos» están concebidos por ordenador partiendo del principio de que los ángulos formados en la unión de las tomas de admisión y de las alas al fuselaje no deben reflejar las ondas de radar cuya longitud de frecuencia se halla entre el centímetro y el milímetro. Como en todo el mundo, el 99% de los radares de detección y de gestión de tiro (radares terrestres, marítimos o aéreos, incluso los de los aviones AWACS) funcionan en esa gama de frecuencias.
A la inversa, los radares que funcionan con frecuencias decamétricas (longitud de onda de decenas de metros), métricas y parcialmente decimétricas, detectan los aviones de 5ª generación (los F-35, F-22 y los bombarderos estratégicos B-2) sin problema. La tecnología de radar que permite detectar los aviones considerados «invisibles» ha evolucionado menos y presenta un gran inconveniente.
Un ejemplo es el radar ruso 29B6 Container que vigila el espacio aéreo en una distancia de 3 000 kilómetros. Primeramente, consume una enorme cantidad de electricidad. Por otro lado, es un radar fijo y se halla cerca de las fronteras. La antena emisora del radar 29B6 Container está situada en Nizhni Novgorod (250 kilómetros al este de Moscú) y tiene 440 metros de largo mientras que la antena receptora está a 150 kilómetros al sur y comprende postes de 35 metros de altura situados a lo largo de 1,3 kilómetros.
Los aviones de 5ª generación también pueden ser detectados a causa de sus propias emisiones electromagnéticas. El radar del avión, su estación de radio, la línea de transmisión de datos, el radioaltímetro, etc. son fuentes de emisiones que pueden ser captadas por varias estaciones terrestres especializadas. Mediante la triangulación, la red de estaciones terrestres identifica constantemente la posición del objetivo aéreo en movimiento.
No se debe olvidar que la herramienta de navegación más importante es el GPS. El GPS del avión se coordina antes del despegue y se mantiene en funcionamiento hasta el momento del aterrizaje. Ya sabemos actualmente que el sistema ruso R-330ZH Zhitel se encarga de seguir el diálogo (transmisión y recepción) entre las redes de satélites NAVSTAR (GPS) y las aeronaves militares enemigas. Un R-330ZH Zhitel puede interrumpir, interfiriéndola, la recepción y emisión del equipamiento GPS de los aviones de 5ª generación. Una red de estaciones derivada del R-330ZH Zhitel trabajando en la detección de la aviación enemiga puede seguir los movimientos de cualquier avión de 5ª generación mediante el método de triangulación del transmisor GPS de la aeronave.
Quien crea en la «invisibilidad» absoluta de algún avión de 5ª generación, como el F-35, sufrirá sin dudas sorpresas desagradables.
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