Estamos ante una nueva prueba para Occidente. Después de Irak, ahora Irán. Mientras que Teherán rompe los sellos de las instalaciones nucleares y se prepara para reanudar su programa de enriquecimiento de uranio que podría permitirle en el plazo de unos años producir armas atómicas, se hace urgente que Europa y Estados Unidos elaboren una respuesta en común. Pero ¿cuál? Si esta crisis se maneja mal, conducirá a otra confrontación militar y también a una nueva crisis en Occidente.
La política europea de contención negociada, apoyada sin confianza por Estados Unidos y de manera ambigua por Rusia, ha fracasado. La Unión Europea no presionaba lo suficiente y Estados Unidos tenía muy pocos incentivos. Además, nadie a ambos lados del Atlántico contaba con los medios para hacer entrar en el juego a una China sedienta de petróleo y a una Rusia rica en petróleo.
El presidente iraní, medio loco, sin dudas debe haber analizado el costo/beneficio de la situación como un invento del gran Satanás y como una señal de decadencia occidental, pero hay mentes más mesuradas en Irán. Ahora bien, incluso éstos deben pensar que el riesgo vale la pena. Irán cuenta hoy con elevados ingresos derivados del aumento del precio del petróleo y tiene a Estados Unidos cogido por los testículos en Irak. China y Rusia tienen intereses distintos a los del Occidente; Alemania e Italia dudarán en romper sus fructíferas relaciones comerciales con Teherán. Hay pocos medios para presionar a Irán y si se les utiliza, se corre el riesgo de apuntalar a un gobierno que va a presentarse como víctima. En caso de ataques dirigidos contra las instalaciones nucleares, desaparecerá en el país el sentimiento pro occidental.
Es preciso que Europa tome en serio la amenaza, que los países occidentales intercambien información sobre Irán y que cada paso sea dado después de reflexionar sobre las implicaciones que ello puede tener para el gobierno iraní y para la sociedad iraní. Me siento mal cuando veo a Frank Gaffney exhortar a una revolución en Irán. Es fácil poner en peligro la vida de los demás.

Fuente
The Guardian (Reino Unido)

«Let’s make sure we do better with Iran than we did with Iraq», por Timothy Garton Ash, The Guardian, 12 de enero de 2006.