"Hoy estamos acá los que realmente creemos en esta plaza, creemos en lo que estamos haciendo. Había un padre que contaba cuántos venían cada jueves, no es importante cuántos, sino para qué y por qué venimos", expresó Hebe de Bonafini en Plaza de Mayo.
Hoy estamos acá los que realmente creemos en esta plaza, creemos en lo que estamos haciendo. Había un padre que contaba cuántos venían cada jueves, no es importante cuántos, sino para qué y por qué venimos. Y con referencia a esto de los que venimos, que nos pelamos los pies con el calor y nos empapamos cuando llueve, quiero hacer referencia a estas solicitadas que están saliendo de organismos de derechos humanos, diciendo que van a seguir resistiendo. Las Madres no dijimos que prohibíamos la Marcha de la Resistencia, las Madres dijimos que no íbamos a ser más nosotras, las que siempre la hicimos, la Marcha de la Resistencia. Lo que la quieren hacer que la hagan, pero la resistencia es esto, cada jueves a las tres y media con lluvia, con frío, con sol, con viento aquí (aplausos).
Mil quinientos dos jueves, y mil quinientos tres y mil quinientos veinte, esa es la resistencia. Y decir algo todos los días, las Madres casi todos los días hacemos un comunicado, acabamos de sacar un comunicado de adhesión a los petroleros que ya llegó a Alemania y Osvaldo (Bayer) ya escribió, de rápido que llega con esto de internet.
La resistencia es también la construcción, resistir construyendo, entregándole a los jóvenes, y no tan jóvenes, parte de los que estamos haciendo. Muchos de los que estamos aquí, están construyendo la Universidad, la librería, la biblioteca, la imprenta, la prensa. Eso es la resistencia, no una marcha por año, donde no se discute, el que la quiere hacer que la haga, sólo que nosotros fuimos claros en decir: el enemigo no está más en la casa de gobierno, hay otra gente, todavía hay bastante basura que hay que limpiar, pero bueno, ya se limpiara, pero hay otras personas, hay otro gobierno y por eso no hacemos más la Marcha de la Resistencia. Para los que no les quedó claro: no les prohibimos, a los que quieran hacer lo que haga.
Nuestra resistencia de veintiocho, casi veintinueve años, es no haber abandona nunca la plaza (aplausos). Hemos venido siempre, aún con marchas de la CGT, cuando eran duros los de la CGT y nos cagaban a palos, acuérdense compañeros. Y a los pechazos y como pudimos hicimos ese jueves la marcha. Por eso, para que le quede claro, y a la gente que lea hoy el discurso de las Madres, esto es lo que las Madres decimos: los que nos critican son los que no vienen los jueves a la plaza. Por eso lo quería decir.
Y estuvimos viendo las fotos de Irak, yo no puedo entender que no haya gobierno en el mundo que se oponga, que exija, que no nos podamos juntar un montón para decirle a Estados Unidos “basta”. Cómo va a tener tanto poder de torturar y hacer pedazos a la gente en Irak y en Guantánamo. En Irak dicen que hay cien casetes, recuperaron cuatro, alguien los afanó para pasarlos, para sacarlos, para que los veamos. Y en Guantánamo: acá hay una declaración de Naciones Unidas, pero no condena a Estados Unidos. Piden cerrar la base de Guantánamo, que no es lo mismo que condenar por asesino al presidente de Estados Unidos y a ese gobierno (aplausos). Eso es lo que hay que hacer: condenarlo por asesino. No decir que se cierre la base, y la gente que quedó ahí adentro quedó echa pelota y su familia, todos medios tontos porque los tuvieron cabeza abajo, cabeza arriba, llenos de tajos, torturados, sin comer. ¿Cómo puede hacer un país eso, cómo puede Estados Unidos hacer eso? Pero tiene que quedar claro, que lo que hay que hacer es condenarlos, juzgarlos y condenarlos, el mundo entero tiene que juzgar esto. No que cierren la base, no sirve, eso no le sirve a nadie, porque pasado mañana la abren con otros. Y saben cuál es la excusa, la misma que utilizaron para hacer desaparecer a nuestros hijos: “son terroristas, hay que torturarlos, hay que aprisionarlos, hay que cagarlos a palo”.
Y este pueblo también se calló cuando acá se dijo que nuestros hijos eran terroristas y todos, o muchos, miraron para otro lado, porque creyeron que eran terroristas. Hoy, después de treinta años, muchos de esos se dieron cuenta que nuestros hijos lo único que quería era un país mejor, y entregaron su vida para que nosotros podamos estar hoy, aquí en esta plaza.
Gracias.
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