Bajo la noche de Buenos Aires, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo pronunció palabras claras y contundentes. La liberación de América latina y la esperanza en las nuevas generaciones de compañeros marcan el camino de la revolución.
Compañeros, amigos, hijos míos, hace 30 años no imaginaba, ni por casualidad, cuál iba a ser mi vida. Primero los milicos eligieron por mí, y después elegí yo qué es lo que quería hacer con mi vida. Pasamos momentos muy difíciles, ustedes lo habrán visto, pero también se darán cuenta de que ninguna lucha es inútil, que la sangre derramada en este país y en este suelo, brota en miles de jóvenes que no se resignan.
Las Madres aprendimos de los hijos todo lo que estamos haciendo. Discutimos mucho para ver qué hacíamos para esta fecha siniestra de repudio, de horror, de sangre y de muerte. Pero como las Madres siempre tenemos que ver con la vida, 30 años poniéndole vida y vida a la muerte.
Sentimos cada vez con más fuerza que nuestros hijos viven, que estamos viviendo otra época que no soñábamos ver, ni soñábamos contar estos momentos.
A nuestras compañeras Azucena, Mary y Esther nos negamos a enterrarlas, jamás van a morir, habitan esta Plaza. La Marina va a tener que contar lo que ha hecho, asesinó a las tres mejores Madres que dio este país y lo van a tener que pagar porque se están abriendo los archivos. Ayer la Ministra (de Defensa, Nilda) Garré decretó que se abran los archivos para que sepamos quiénes fueron los que las torturaron, los que las tiraron al río. No hay perdón. No hay olvido. Jamás los perdonaremos.
Abrir los archivos tiene que servir para que sepamos quién tiró a nuestros hijos vivos al río y al mar, quiénes manejaban los aviones, quiénes los empujaban, y quiénes eran los curas que los confortaban a los milicos. Eso también lo tenemos que saber y los tenemos que condenar.
Hay más de 400 jueces de la dictadura, a ellos también tenemos que sacarlos; no con juicio político, hay que echarlos de un plumazo.
La dictadura militar no llegó sola. La dictadura militar vino acompañada, muy acompañada, de los políticos de turno, corruptos, que hoy todavía ocupan cargos y que hay que echarlos a la mierda, como Ruckauf, ese hijo de puta que firmó el decreto de aniquilamiento de nuestros hijos y que hoy dice que es kirchnerista. Me da asco escucharlo.
Todavía el señor presidente tiene mucho que hacer y tiene mucho trabajo, pero todos los días nos da una satisfacción. Está trabajando mucho para anular los indultos, anularon la obediencia debida y el punto final.
Pero nosotras, las Madres, estamos muy conformes con lo que está haciendo el presidente. Porque no soñábamos ver que se sacaran las fotografías de los milicos, no soñábamos que sacaran los nombres de las calles de los asesinos como (Ramón) Falcón, no soñábamos ver la Escuela de Mecánica de la Armada en nuestras manos para abrir un centro cultural. No soñábamos ver una Ministra, como Garré, con tanta valentía, con tanta garra, que abrió los archivos y además va a sacar toda la mugre y si tiene que cerrar las bases como la Almirante Zar (Trelew), las va a cerrar. Yo le digo desde acá a la doctora Garré, que va a tener que cerrar el noventa por ciento de las bases porque están llenas de gusanos hijos de putas.
En este día, es un día muy especial y muy particular.
Repudiamos la dictadura, y por otro lado estamos satisfechas de haber luchado casi 30 años sin pedir nada para nosotras, dándole al país lo mejor que tenemos: la vida de nuestros hijos y nuestras propias vidas. Nuestras propias vidas que están aquí.
Compañeros, este momento político lo tenemos que saber aprovechar. Lo que está mal hay que criticarlo y lo que está bien hay que aplaudirlo. Falta mucho todavía. Todavía hay hambre, hay desnutrición, hay falta de trabajo, y tenemos que luchar para que alguna vez eso se termine. Las Madres con nuestra Universidad, con tantos jóvenes trabajando junto a nosotras, le damos mucha importancia al saber, le damos mucha importancia al conocimiento. Pero no podemos olvidar que nuestra lucha es también latinoamericana. Que amamos a Fidel, que amamos a Chávez, que amamos a Evo Morales, y a la doctora Bachelet en Chile, una gran mujer. Hay un nuevo momento político, diferente, único, que lo tenemos que tomar en nuestras manos. Si queremos un país diferente, luchemos y hagamos el país, hagámoslo nuestro. Que sea nuestro todo. Esta Plaza es nuestra. Las calles son nuestras. Hagamos el proyecto nuestro. Si queremos un nuevo país, trabajemos para que este país alguna vez nuestros hijos y nuestros nietos lo puedan ver.
Protesta sin propuesta no sirve. Hay que proponer y protestar, claro que sí.
Estamos emocionadas de ver esta Plaza impresionante, emocionadas de los artistas que nos acompañan siempre, emocionadas de los compañeros de Canal Siete que trabajaron para esto, emocionadas de tantos compañeros que pusieron todo para que esto sea así. De los pibes, como decimos nosotras, y no tan pibes, que hicieron esto que ustedes vieron ahora. De los que trabajaron incesantemente para que esto saliera como salió. Las Madres les queremos decir que la verdadera resistencia está cada jueves en la Plaza. Cada jueves es distinto, esa es la verdadera resistencia. Las Madres no faltamos nunca, llueva o truene. Y la Plaza también es de todos. Cada jueves es diferente, cada jueves es mejor. Cada jueves se convierte en un nuevo bastión de lucha. Luchar sin descansar, todos queremos otro país que no se construye protestando, criticando. Un país se construye cuando uno pone las horas del día, todas las que pueda de todos los días, de todas las semanas, y de todos los meses; (ésa) es la única manera de construir un país diferente.
Compañeros, estamos emocionadas.(Se produce una interrupción: sube un joven al escenario, se acerca para saludar a Hebe)Tomó un poquito de vino demás el pibe ése, y se subió acá. Eso es la falta de trabajo, es la falta de oportunidad, los pibes casi no pertenecen al sistema.
Luchen, pibes. Tienen que luchar, tienen que hacer todo lo posible para que este país algún día sea de ustedes, que lo tomen en sus manos y lo hagan como todos queremos.
Muchas gracias y hasta siempre.
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