Con el arribo a Cuba de los expedicionarios del yate Granma el dos de diciembre de 1956, nació el Ejército Rebelde que en épica contienda se convirtió en protagonista principal de la victoria popular alcanzada el Primero de Enero del 59.
Foto: AIN
Pero no bastaba con haber vencido al ejército de la República, con su armamento y asesores norteamericanos y matarifes a sueldo, ese que en todas las épocas defendió los grandes intereses del imperialismo y la oligarquía nacional, el de los desalojos campesinos y las masacres de obreros.
Frente a las tempranas amenazas y agresiones provenientes del vecino norteño se hizo indispensable transformar la heroica tropa guerrillera en una nueva fuerza militar moderna, con oficiales de elevado nivel profesional, sólidas convicciones patrióticas y revolucionarias y fuerte vocación de servicio al pueblo.
"El Ejército Rebelde —se explicaría en el Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba— en la marcha del proceso se desarrolló hasta convertirse en lo que es hoy, nuestras poderosas Fuerzas Armadas Revolucionarias, orgullo de nuestro pueblo y de nuestro Partido, producto del brillante y extraordinario esfuerzo desplegado por el compañero Raúl al frente del Ministerio..."
Del seno del pueblo surgieron, en oleadas sucesivas, soldados nacidos con la Revolución, que han cumplido con honor el servicio militar y como parte del pueblo y estrechamente unidos a él, participan entusiastas en todas las esferas de la sociedad cubana.
Haber creado una institución así, profundamente enraizada en el pueblo, es indudablemente una de las grandes conquistas políticas de estos años de Revolución.
En Cuba, cuando de ejército se trata, no se habla de minorías en cuarteles, se habla de pueblo en el sentido más exacto y literal del término. Si no, ¿de dónde salieron los más de 300 mil cubanos que de manera voluntaria cumplieron victoriosas misiones militares en defensa de la independencia de varios países hermanos?
A los sectores laboriosos de la nación caribeña pertenecen igualmente los más de 200 mil hombres y mujeres poseedores de grados de oficiales en las tropas regulares, las reservas y las Milicias, y los más de cuatro millones de trabajadores y estudiantes reservistas, milicianos e integrantes de las Brigadas de Producción y Defensa y las Formaciones Especiales.
Esas no son cifras inventadas o temas propagandísticos. Ese es el pueblo trabajador que ha sostenido la Revolución, afrontado todos los riesgos, hasta el de la amenaza nuclear, y hoy resiste la criminal guerra económica del imperio y enfrenta con serenidad las amenazas contenidas en el llamado Plan Bush.
Se trata de quienes en caso de agresión se movilizarán en torno a las unidades regulares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y bajo la dirección del Partido, combatirán de acuerdo con los principios de la doctrina de la Guerra de Todo el Pueblo, convertidos en el avispero insoportable para el invasor, mencionado mas de una vez por el
Comandante en Jefe Fidel Castro.
Ese pueblo combatiente tiene en sus manos el abundante y modernizado armamento de las FAR, domina cada vez más el teatro de operaciones militares, lo adecua a las condiciones específicas de cada lugar y asimila con rigor los programas de preparación para la defensa bajo la consigna " Mi guardia por la Patria."
En Cuba, no resulta difícil comprobarlo, no existen diferencias entre el pueblo y sus Fuerzas Armadas, y esa es, a no dudarlo, una sustancial fortaleza que destaca con toda justicia cuando la institución armada arriba, con plena madurez, a su primer medio siglo.
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