El suministro a Bielorrusia de sistemas de misiles táctico-operativos Iskander podría ser una de las formas de la respuesta asimétrica de Rusia al despliegue en Europa de elementos de la defensa antimisiles norteamericana (DAM).
"Contando con una adecuada actitud de Bielorrusia, ¿por qué no? Toda acción necesariamente provoca una contracción", manifestó el coronel general Vladímir Zaritski, Comandante de las Tropas de Cohetería y Artillería, respondiendo a preguntas de la prensa relativas a los parámetros. El general no faltó a la verdad al subrayar: "Contando con una adecuada actitud de Bielorrusia".
Pero ¿a qué se refería el general? El alcance del sistema Iskander-E (que sería suministrado a Bielorrusia) no supera los 280 kilómetros. Según han manifestado las autoridades de Minsk, la brigada de misiles a ser dotada de Iskander-E está acantonada en la provincia de Moguiliov, en cercanías de la frontera con Rusia. Su alcance (280 km) no será suficiente para batir los antimisiles norteamericanos instalados en Polonia. Aun reubicando Iskander-E en la provincia de Brest, próxima a Polonia, su alcance tampoco será suficiente.
Otra cosa sería suministrarle a Bielorrusia la versión modernizada de Iskander con un alcance superior a 500 kilómetros, o sea, el tope establecido en el Tratado de Eliminación de los Misiles de Alcance Medio y Más Corto (Tratado INF, según las siglas en inglés de Intermediate-Range Nuclear Forces). Consiguientemente, el desarrollo de la versión modernizada de Iskander significaría la retirada de Rusia del mencionado tratado.
Moscú no descarta la adopción de esta medida en respuesta, entre otras cosas, al emplazamiento de elementos de la DAM norteamericana en Europa. Sin lugar a dudas, la DAM en cercanías de las fronteras rusas es un fuerte factor irritante para Moscú. Con tanta más razón tiene un marcado carácter provocador respecto a Rusia. Ello no obstante, expertos divergen al comentar las consecuencias de la posible retirada de Rusia del Tratado INF.
En opinión de Alexei Arbátov, director del Centro de Seguridad Internacional (Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales), no se puede pasar por alto el despliegue de la DAM en Europa, aun cuando su potencial sea inconmensurablemente inferior a las fuerzas rusas de disuasión nuclear. No se puede hacerlo, porque, según reconocen los propios expertos norteamericanos, el programa de la DAM se presta a continuación. O sea, ni el propio Washington ni sus aliados dan garantías algunas de que el asunto se limite a un radar en la República Checa y a 10 misiles interceptores en Polonia.
Dicho en otros términos, EEUU no dan garantías algunas de que dentro de algún tiempo el número de estos antimisiles no aumente en 10, 15 ó 100 veces. Ello no obstante, cree Arbátov, es preciso sopesar minuciosamente todos los pros y los contras que suponga la retirada de Rusia del Tratado INF, pronosticar sus consecuencias estratégicas, militares, políticas, financieras y económicas. En opinión del experto, hoy por hoy, Rusia dispone de todos los instrumentos eficaces para contrarrestar la DAM norteamericana en Europa. Invirtiendo mucho menos, Rusia podría acantonar varios regimientos adicionales de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) Topol-M, sin infringir el Tratado INF.
Arbátov admite, en particular, que en respuesta a la reanudación de la fabricación de misiles rusos de alcance medio, EEUU reanudaría la producción de los vehículos análogos Pershing-2, de los misiles de crucero con base en mar, así como procedería a desarrollar nuevos misiles de alcance medio de mejoradas características técnicas y a emplazarlos en Europa.
Este pronóstico de Arbátov es sobre todo realista si recordamos la frase de que "toda acción necesariamente provoca una contracción", proferida por el Comandante de las Tropas de Cohetería y Artillería de Rusia.
Sin lugar a dudas, los misiles Iskander son un arma muy eficaz para batir objetivos tanto de pocas dimensiones como de gran extensión, tales como sistemas misilísticos, incluidos los misiles interceptores emplazados, por ejemplo, en Polonia.
Tampoco cabe la menor duda de que el Tratado INF suscrito entre la URSS y Estados Unidos todavía en 1987 hoy daña seriamente los intereses nacionales de Rusia, ante todo en el ámbito de seguridad. Hablando en rigor, este instrumento no ha adquirido carácter universal. No lo han firmado otros países, aunque, digamos, China posee misiles de esta clase. Pero es evidente una cosa: el Tratado INF es uno de los tratados más importantes en materia de desarme nuclear, así que hay motivo serio para reflexionar
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