La represión en Chiapas ha alcanzado sus niveles más altos en por lo menos 10 años, con casos documentados de torturas, detenciones arbritrarias, desalojo de indígenas, y militarización de la sociedad, advirtió Ernesto Ledesma de gira por Europa para denunciar esa situación
Ernesto Ledesma, miembro del Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales y Económicas (CAPISE), del Estado de Chiapas, emprendió una gira por Estados Unidos y Europa con el objetivo de denunciar la situación de represión en su Estado y especialmente en los territorios zapatistas, y advertir sobre la creciente militarización de México.
El activista denuncia que la decisión de los zapatistas de salir del territorio indígena para construir con otros sectores un movimiento nacional para construir una alternativa al sistema imperante, fue respondida por el gobierno con una militarización y una ofensiva en Chiapas, para atacar la retaguardia zapatista y obligar a un repliegue.
La situación es tan grave que ha obligado al subcomandante Marcos a volver a la clandestinidad y asumir su papel como jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), subrayó el activista mexicano.
Ledesma recordó que en diciembre pasado Marcos ofreció sus últimas declaraciones públicas y desde entonces no ha concedido más entrevistas ni ha sido visto en público.
En esa ocasión el subcomandante Marcos recordó que el EZLN “es un ejército, muy otro por cierto, pero es un ejército”, e insistió que él es el “jefe militar”. La declaración llamó la atención, y más cuando señaló que “las señales de guerra en el horizonte son claras. La guerra, como el miedo, también tiene olor. Y ahora se empieza ya a respirar su fétido olor en nuestras tierras”.
Entonces Marcos recordó que por primera vez en muchos años se encontraba en una situación en que había un cerco de cal y canto a la difusión de lo que hacía el movimiento zapatista y sobre las actividades de represión en el Estado.
El ejército mexicano ha aumentado su presencia militar en Chiapas y los territorios zapatistas con el argumento de que combaten al narcotráfico, cuando en realidad es el propio ejército el que asegura las rutas de la droga, sostiene Ledesma.
Desde la asunción del Felipe Calderón a la presidencia se ha llegado a establecer 79 campamentos militares en Chiapas y de ellos, 56 están en territorio indígena. Pero lo más grave, denuncia Ledesma, es que el 90% de estos 56 campamentos en territorios indígenas, son de tropas especiales, y en aquellos lugares que se han establecidos las tropas especiales, hay un incremento de los grupos paramilitares.
Muchos de estos grupos paramilitares están conformados por indígenas a los que se los quiere enfrentar con los zapatistas. Ya hay dos grupos paramilitares identificados en Chiapas y CAPISE tiene indentificados a 200 miembros, con nombres, apellidos, direcciones, así como a policías involucrados en torturas y represión. Pese a las denuncias públicas, ninguna autoridad ha dado respuesta e las denuncias ni ha efectuado una investigación.
Por el contrario, han provocado una dinámica de mantener a las organizaciones sociales en permanente campaña para la liberación de presos políticos, ya que mientras liberan a algunos, enseguida vuelven a detener a otras personas.
Ledesma recordó que dos militantes que partieron en una caravana desde Oaxaca para reclamar por la libertad de presos políticos en Chiapas, han sido asesinados recientemente.
El EZLN ha advertido que no actuará contra los grupos paramilitares ya que no quiere enfrentar a indígenas con indígenas, pero va a responder si se llega a situaciones límites. Sin embargo, advierte el activista mexicano, las autoridades están provocando y buscando una operación militar contra el EZLN y las autoridades civiles zapatistas.
Desde la declaración de alerta roja en diciembre pasado, el EZLN y sus jefes militares se ha replegado y se prepara para resistir. Esta resistencia comprende además la construcción de más poder popular, desarrollar y fortalecer las autonomías, las Juntas de Buen Gobierno, las instituciones del poder comunal indígena con la construcción de escuelas, un sistema de salud, entre otras cosas.
En el mismo sentido, las autoridades civiles zapatistas y el EZLN están buscando informar a la población en general, a los indígenas y a la comunidad internacional, sobre la situación y denunciar la agresión que se prepara. En los últimos días, tres caravanas han llegado desde otros puntos del país a Chiapas para llamar la atención y denunciar la represión y los casos de torturas.
Despojo de tierras
Además de una mayor presencia del ejército y tropas especiales en Chiapas, también hay una mayor actividad de la policía federal y estatal en la región zapatistas, y una campaña desde el gobierno central para despojar de tierras a los indígenas.
Ledesma denuncia que este despojo de tierras se hace mediante mecanismos legales y con el objeto de desplazar a los indígenas y en otras zonas para enfrentarlos entre sí. ”El EZLN recuperó a sangre y fuego unas 250.000 hectáreas para los indígenas, sean zapatistas o no. Pero ahora el gobierno, a través de una ley de regularización de tierras, y con la excusa de proteger el medio ambiente, está desplanzando a los indígenas, a los que acusa de talar los bosques, declarando esas zonas como áreas protegidas. Al mismo tiempo reparte otras tierras a grupos adversos a los zapatistas”. En un año, subraya, el gobierno ha despojado a los indígenas de unas 36.000 hectáreas. Este proceso se da en medio de una mayor presencia militar en el Estado.
Ledesma denuncia que México está en un proceso de militarización, donde los uniformados están ocupando responsabilidades que siempre estuvieron ocupadas por civiles.
Además, cuatro de los ministros del presidente Calderón, tienen antecedentes de reprimir las organizaciones sociales y encabezar las represiones en Oaxaca y San Salvador de Atenco, donde más de 30 mujeres fueron violadas, decenas de personas torturadas y varios muertos.
”El mensaje del gobierno a los movimientos sociales ha sido bien duro y lo está ampliando”, subrayó.
Por otra parte, destacó Ledesma, las autoridades están usando la supuesta lucha contra el narcotráfico para criminalizar el movimiento social. El argumento de la presencia del ejército en Chiapas es combatir el narcotráfico. También con ese objetivo se coordina con el ejército de Estados Unidos y se recibe ”ayuda”. Sostiene que existe una sincronización entre los ejércitos de Estados Unidos y México. ”El presidente Felipe Calderón no precisa ser convencido por Bush, ambos piensan igual” explicó.
Construir una alternativa al sistema
La represión en Chipas ha obligado a suspender la Otra Campaña, iniciada en el año 2006 para construir un movimiento nacional antisitémico. El movimiento zapatista entendió que después de enfrentar gobiernos de derecha, autoproclamados de centro o de izquierda (como en el Estado de Chiapas) la situación no sólo que no ha cambiado, sino que ha empeorado. Al mismo tiempo se descarta la falsa opción de optar por lo menos malo como se ha presentado en México y en otros países.
”De allí la necesidad de construir otra cosa, que aún no se sabe que es, pero que descarta este sistema”, explica Ledesma. ”Este sistema no funciona y tenemos que hacer algo, construir una alternativa”.
El movimiento Otra Campaña no se define por el socialismo, todavía se está en proceso de discusión sobre las alternativas al sistema imperante.
Para construir este movimiento nacional debe haber participación de todas las organizaciones a nivel nacional, salir de Chiapas y del territorio indígena.
En esta etapa se está en proceso de creación de una red nacional de apoyo que permita articular respuestas a determinadas situaciones. De manera que todo el país reacciona si se produce un hecho en un Estado o en una comunidad.
En esta construcción ya se han efectuado tres foros nacionales desde octubre, pese al cerco informativo, añade Ledesma.
El vecino poderoso
Ernesto Ledesma destaca que después del 11 de septiembre del 2001, la administración norteamericana se concentró en la agresión a Afganistán e Irak. Cuando volvieron a mirar en la región, se dieron cuentan que en América Latina habían surgido gobiernos que por lo menos adoptaban políticas independientes y se alejaban de su dominio. George Bush al ser reelecto con otro fraude en 2004, sentenció también las elecciones presidenciales del 2006 en México, insistió Ledesma.
Ese año fue muy convulso para México, con tres grandes movimientos sociales en acción. Por un lado, recordó, la campaña electoral. Junto a esto, la movilización zapatista de la Otra Campaña recorriendo el país, y que fue frenada violentamente en la represión de San Salvador de Atenco. Ese mismo año, las movilizaciones en Oaxaca que se amplificaban a todo el país. Finalmente en julio, las elecciones y el fraude que impuso a Felipe Calderón como presidente.
Ledesma sostiene que las presiones e injerencia de Estados Unidos se sienten mucho más en México, ya que el gobierno norteamericano no quiere cambios indeseados en su frontera.
Caravana hacia Chiapas el 26 de julio
En la gira por Estados Unidos y Europa, que culminará en el encuentro europeo de organizaciones de solidaridad los días 9, 10, y 11 de mayo en Atenas, Gracia, se plantea el objetivo del movimiento la Otra Campaña de construir una red internacional de apoyo, que no sólo denuncie la situación en Chiapas, sino que de respuestas coordinadas a las situaciones de represión que pueden vivir cada organización de apoyo en sus respectivos países.
Ledesma explica que en el encuentro de Grecia, se presentarán propuestas de acciones para parar la represión y planes para impulsar el proceso de la Otra Campaña para construir una alternativa al sistema.
Además se discutirá la participación en una caravana que se realizará en México, y que partirá de la capital hacia Chiapas el 26 de julio próximo, con parada en varias localidad, denunciando la situación y fomentando la red de apoyo nacional. Para esta caravana ya hay anotadas unas 200 personas de Europa, destacó.
La caravana será recibida y acompañada por el movimiento la Otra Campaña, desde México hasta Chiapas.
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